Dos psicólogas y una médica de la niña que acusa de violación al sacerdote Aristeo Baca declararon sobre las afectaciones físicas y emocionales por abuso sexual infantil que presenta la menor
Blanca Elizabeth Carmona/La Verdad
A puerta cerrada, una médica y dos psicólogas declararon en el tercer día del juicio oral que se sigue al sacerdote Aristeo Trinidad Baca Baca, acusado de violación y abuso sexual a una niña. La primera de ellas dijo al Tribunal de Enjuiciamiento que sí encontró datos compatibles con un ataque sexual y otra de las profesionistas diagnosticó que a la víctima se le causó un daño emocional para el resto de su vida.
Estos detalles se conocieron por personas que estuvieron presentes durante las comparecencias, debido a que este miércoles los periodistas no tuvieron acceso a la trasmisión por audio en tiempo real del juicio, como lo hicieron los dos primeros días, porque la audiencia cambió de sala y el Tribunal Superior de Justicia informó que la nueva sede carecía de condiciones técnicas para el enlace. Debido al COVID-19, las autoridades no permiten la presencia de público en los recintos judiciales.
Durante su testimonio, la doctora Diana Fabiola López Peinado explicó a la jueza y a los dos jueces del Tribunal que el 19 de enero del 2019 realizó una revisión ginecológica a la víctima y pudo observar lesiones de data antigua, compatibles con una violación.
La profesionista explicó que por data antigua se debe entender que las lesiones tienen más de 15 días, se dio a conocer por personas que estuvieron presentes en la audiencia.
En la misma fecha, la psicóloga forense Nora Olivia Del Río Magallanes informó que realizó una primera evaluación mental a la víctima y determinó que esta presentaba una afectación leve como consecuencia de los presuntos delitos que vivió.
Meses después, otra psicóloga, Patricia Aragón Escalante, también realizó una valoración psíquica en la que pudo documentar que la víctima sufre una afectación grave, se informó.
Aragón Escalante, cuyo peritaje es el considerado el definitivo, dio a conocer al Tribunal de Enjuiciamiento que una de las consecuencias del delito es que la víctima perdió la fe que profesaba debido a que el presunto agresor era su guía espiritual y una persona que para ella representaba una figura de gran valía.
La pérdida de la fe es considerada como un daño grave y permanente, se mencionó.
Se dio a conocer que Aragón Escalante refirió también que será necesario que la víctima reciba tratamiento psicológico de por vida; sin embargo, debido a que parte de su trabajo es determinar el número de terapias que deben recibir las víctimas, ella estimó que en este caso deben ser al menos 52 sesiones, cada una con un costo de 800 pesos.
Por lo que el Ministerio Público (MP) pide el pago de 41 mil 600 pesos para ese concepto, monto que deberá cubrir el clérigo en caso de ser encontrado responsable de los delitos que se le acusa. Además, de una pena de 83 años y cuatro meses de prisión, como pide la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM).
Al responder una de las preguntas, Aragón también explicó que a la víctima se le detectó una mayor afectación en el segundo peritaje debido a que en la primera evaluación, por su edad, no comprendía a cabalidad que había sido objeto de un delito, además carecía de educación sexual. Con el trascurrir del tiempo, la hoy adolescente de 13 años se hizo consciente de que su cuerpo fue vulnerado y ello representa un delito.
La profesionista agregó que la víctima sí ha recibido terapia psicológica, se informó al concluir el tercer día de audiencias.
El juicio contra Aristeo Baca inició el pasado 25 de enero. Durante la primera audiencia, la víctima narró al Tribunal de Enjuiciamiento que durante tres años, cada domingo y antes de las misas matutinas, fue violentada.
Ese mismo día, los juzgadores recibieron también el testimonio de la mamá de la víctima y al día siguiente comparecieron el papá y la hermana, así como el activista y exsacerdote Alberto Manuel Athié Gallo.
Todos ellos fueron escuchados por representantes de diversos medios de comunicación en una trasmisión en tiempo real autorizada por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Chihuahua y en cumplimiento al principio de publicidad que rige el actual sistema de justicia penal.
Debido al COVID-19, las autoridades no permiten la presencia de público en las salas de audiencia como se hacía antes de la pandemia y por ello se habilitó una sala para trasmitir el audio –sin imágenes- del juicio oral 43/2020 correspondiente al párroco Aristeo Trinidad Baca Baca.
Sin embargo, este miércoles 27 de enero personal de Comunicación Social del TSJ indicó a los periodistas que no existían las condiciones técnicas para el enlazarse a la audiencia instruida a Aristeo Trinidad porque la sala en la que se habían realizado las anteriores diligencias estaba siendo utilizada para otro caso judicial y no se contaba con ningún otro recinto que reuniera las características técnicas necesarias.
Los días 25 y 26 de enero, las audiencias correspondientes al proceso penal en contra del párroco se llevaron a cabo en la primera sala de la “Ciudad Judicial” y este miércoles 27 de enero se realizó en la primera sala de apelaciones.
Aristeo Baca, quien en septiembre próximo cumplirá 77 años, está acusado de haber cometido dos violaciones y un abuso sexual en contra de una niña.
En la acusación presentada por la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delitos por Razones de Género (FEM) se establece que una violación se comentó a finales de diciembre del 2015 en el interior de la casa parroquial ubicada en la calle General Lorenzo Ávalos número 8926 de la colonia Santa María y cuando la víctima tenía apenas 8 años.
El abuso sexual presuntamente fue perpetrado por el sacerdote en septiembre de 2016, también en la casa parroquial y al momento que la niña contaba con 9 años. Una segunda violación presumiblemente sucedió el 28 de enero del 2018, en el mismo lugar. Para ese año, la víctima tenía 10 años, de acuerdo con datos oficiales.
El inicio del juicio oral estaba previsto para el pasado 19 de enero, pero el arranque fue diferido hasta el 25 de enero porque el abogado que lleva la defensa del clérigo no se presentó a la diligencia y el resto del equipo de litigantes le indicó al Tribunal que era sospechoso de COVID-19.
Un día antes, el 18 de enero, integrantes del Movimiento de Mujeres –integrado por Red Mesa de Mujeres, Grupo Compañeros, Organización Popular Independiente, Sin Violencia y Casa Amiga– y la Red de la Infancia comenzaron una vigilia para exigir justicia para la víctima y que no se permitan privilegios para Aristeo Trinidad Baca.
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