Lorenzo Córdova está parado en medio de la vía donde dos trenes aceleran hacia la colisión.
Alejandro Páez Varela
La otra pregunta no estaba en la boleta, aunque sí estaba en la Consulta Ciudadana: ¿quieres que las actuales autoridades electorales lleven a cabo, en marzo de 2022, la consulta sobre la revocación o ratificación del mandato de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de México?
Escribo esto cuando apenas regreso de votar. Leo opiniones de todo tipo: quejas contra el INE, fotos de casillas vacías y muchas burlas por la que parece ser una muy baja afluencia. A 1.5 cuadras de mi casa había una mesa receptora abierta cuando salí. Pero tuve que pasarla, cruzar otras mesas receptoras en mi camino y caminar nueve cuatro más para emitir mi sufragio. Allá me tocó. No importa, que nueve cuadras son nada, sobre todo con un sol extraordinario.
Pero me pregunto si alguien se vio obligado a decidir entre tomar un camión en medio de la pandemia o quedarse a ver la repetición de los Juegos Olímpicos y tomarse una cerveza. Si no sienten obligación moral o ética, lo segundo le habrá ganado. Quizás. No sé. Apenas supongo. En algunas horas lo sabremos pero se notaba cuando fui a votar: había pocos, o nadie, en la mesa. Y las calles estaban llenas de familias porque es domingo y ya.
Intento ponerme en los zapatos de Lorenzo Córdova. Qué complicado. Sus afines, como José Woldenberg, fueron opositores de la Consulta Ciudadana. A su vez, él tiene que garantizarla porque, creyera o no en ella o le gustara o no la pregunta, es su promotor y organizador. Y si fue poca gente es un fracaso del INE porque tuvo el encargo. Y a su vez, si va poca gente le confirma dos cosas, a él, a Córdova: una, que tenía razón (dirá) cuando pidió más dinero para organización y, dos, que quizás la gente que le es más afín tenía razón (esto no lo dirá).
Lorenzo Córdova está parado en medio de la vía donde dos trenes aceleran hacia la colisión. La burla de los opositores por la poca afluencia alimenta el odio de los que atribuyen la poca afluencia al INE. Dos corrientes que van en un mismo sentido, sin quererlo. Los que celebran el eventual “fracaso” calientan a los que ya tienen un culpable para un eventual fracaso: el INE de Lorenzo Córdova.
La otra pregunta que no estaba en la boleta –aunque sí estaba en la Consulta Ciudadana– tomará vuelo en el oficialismo, justificada y alimentada por la burla de los opositores: ¿quieres que el INE de Lorenzo Córdova lleve a cabo la consulta sobre la revocación o ratificación del mandato de López Obrador? Su respuesta, la del oficialismo (que es el que la tiene más fácil para sacar una reforma político-electoral) suena desde ahora a que es un categórico NO.
Hace minutos se escuchaban truenos de una tormenta rumbo al INE de Córdova. Ahora caen gotas gruesas sobre su tejado.
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De todas maneras, la consulta podía arrojar cualquier dato, menos resultados. No mete a nadie a prisión. No exhibe a los corruptos (o presuntos corruptos) por su nombre. No ordena enjuiciar a nadie y no menciona ni siquiera la palabra “expresidentes”. Los que fuimos a votar fue por mucha voluntad personal. Los zapatistas, por ejemplo, hicieron su votación sin contar con autoridades electorales y ganó el SÍ. Creo que de todas maneras ganaría el sí: los que estaban motivados a votar lo estaban por la posibilidad de decir que sí a juzgar a los expresidentes de México aunque “juzgar” y “expresidentes” estuviera fuera de la boleta.
Pero, otra vez: la consulta no metía a nadie a prisión y apenas abría la posibilidad de realizar comisiones de la verdad que, a su vez, no necesitan consulta sino voluntad política. Tremendo entuerto. Y deje el entuerto: si había tan pocas casillas, ¿por qué no se bajó la vara a la consulta? Es decir, ¿por qué se mantuvo el mismo 40 por ciento obligado del padrón electoral? El INE de Lorenzo Córdova puede responder que porque no estaba en sus facultades hacerlo; que porque implicaba cambiar leyes. Y es un círculo vicioso que lleva a lo mismo: a este INE, al de Lorenzo Córdova: nunca habría logrado cambiar una sola Ley si es que se lo hubiera propuesto porque no lo consideran imparcial los que tienen los votos para cambiar una Ley.
Por eso de una vez digo que es NO, categórico, a la otra pregunta no estaba en la boleta: ¿quieres que este INE, el de Córdova, traiga como encargo la consulta de revocación o ratificación del mandato de López Obrador? Ni locos que estuvieran los que tienen mayoría. Ni locos permitirían que sí, que el INE de Lorenzo Córdova se encargue. Esta consulta fue un ensayo pero la otra los deja sin Presidente. ¿Se la van a dejar en sus manos?
Hace minutos se escuchaba la posibilidad de una reforma político-electoral que remueva a los actuales consejeros, empezando por Lorenzo Córdova. Ahora queda claro que el oficialismo no tiene dudas: hará todo por removerlo.
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Alejandro Páez Varela. Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx