Un cartel instalado en las calles de Lyon, Francia, inspiró que el presidente mexicano le dedicara unos minutos en la conferencia mañanera: “Viva el servicio público”. Pie de Página entrevistó al autor del cartel: Gérard Paris-Clavel, un referente actual de la gráfica popular francesa
Texto: Iván Cadín / Pie de Página
Paris Francia— El diseñador gráfico Gérard Paris-Clavel jamás pensó que un cartel suyo instalado en una marquesina de Lyon, ciudad al sur de Francia, sería fotografiado por un mexicano y que esa foto, en cuestión de breves horas, se viralizaría por las redes sociales en español, sobre todo las mexicanas.
Y menos aún le pasó por la cabeza que tres días después de haber sido captada esa imagen, del otro lado del charco, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, la mostrara en su habitual conferencia mañanera en medio de una alocución sobre el servicio público, leyendo la frase que es, en sí misma, la esencia del póster: “Cuando todo sea privado, estaremos privados de todo. Viva el servicio público”.
El video de esa conferencia tiene, hasta ahora, más de un millón y medio de vistas, de las cuales muchas seguramente intercambiaron una conversación semiótica cuando apareció la imagen de Paris-Clavel. Nada mal para un diseñador que busca, precisamente, provocar y cuestionar con sus diseños.
Se requiere valor para hablar de servicio público
Con motivo de este suceso, Pie de Página conversó con Paris-Clavel sobre el cartel en cuestión y su aparición en una conferencia en México, sobre el servicio público, sobre política y creación gráfica, entre otros puntos. Paris-Clavel es un referente actual de la gráfica popular francesa, cuyo trabajo se exhibe en estos momentos en una muestra retrospectiva en la ciudad de Lyon.
“Me sorprendió y estaba muy contento que se viera mi imagen pero eso es anecdótico: me interesa mucho más que un presidente de la república abra el debate sobre el servicio público, que es un elemento político fundamental de una política progresista comparado con la privatización del mundo. Quisiera que el mío (mi presidente) hiciera lo mismo, poner en la mesa el tema del servicio público, la cuestión del combate a los intereses privados. Requiere valor”.
Gérard Paris-Clavel es un diseñador cuya obra está relacionada con temas políticos y sociales, siendo esta una constante por los colectivos en los que ha participado a lo largo de su carrera grafista como son Grapus, grupo que marcó al diseño gráfico francés en los años setenta y ochenta, Les Graphistes associés (Grafistas asociados) y Ne pas plier (No doblar), agrupación a la que pertenece actualmente. Tiene su taller en Ivry-sur-Seine, a las afueras de París, que ha bautizado como “el Taller de Buenos Días”.
—Háblenos específicamente sobre este póster Viva el servicio público. ¿Cuándo, por qué y en qué contexto decidió crearlo?
—En 2010 hubo en Francia un movimiento general sobre servicio público a iniciativa del sector social francés; es decir, sindicatos y asociaciones con muchas iniciativas para sensibilizar a la población sobre el tema. Organicé una asociación que se llama Ne pas plier (no doblar) y armamos paseos informativos por la ciudad a favor del servicio público. De ahí el título, “Viva el servicio público”. Realizamos paseos por La Poste (empresa pública francesa que ofrece servicios de correo, banco, telefonía), escuelas, la alcaldía… Y desde hace dos años apareció un lema en manifestaciones que me llamó la atención: “cuando todo sea privado, estaremos privados de todo”. Yo no lo inventé.
Pandemia: manifestarse desde casa
El tema del servicio público resonó fuerte durante la pandemia de COVID-19, situación que en muchas partes del mundo desnudó las debilidades del servicio público de salud. Francia no fue la excepción y Paris-Clavel decidió reunir en una sola imagen tanto la reivindicación del servicio público como la consigna que retumbaba en marchas y se le había quedado fijada en la mente.
“Durante la pandemia y en apoyo a los hospitales públicos compartí el diseño (de Vive le service public) en varias hojas formato A4 (el tamaño de una hoja carta) para que la gente pudiera imprimir el mensaje en casa y pegarlo sobre sus ventanas. (En momentos en que no se podía salir a las calles por la pandemia) era un apoyo a la lucha de las enfermeras y hospitales públicos en Francia. Se popularizó mucho. No diría ‘éxito’ porque no me gusta la palabra, pero pegó. Después lo hice en formato cartel. Para mí es importante el origen y el destino, el contexto y las circunstancias de una imagen”, detalla Paris-Clavel, quien no se percibe como artista sino como artesano gráfico.
La imagen como cuestionamiento
Es tan vasta la obra y los temas sociales que toca Paris-Clavel que prácticamente no hay manifestación o ciudad en Francia que no alce alguna de sus imágenes.
Otro diseño suyo reapropiado por la gente es Rêve général (sueño general), que hace un juego de palabras con “Grève générale” (huelga general), un cartel común en las recientes -y constantes- huelgas francesas.
Igualmente, tiene obra que es utilizada en marchas feministas. Hizo un diseño donde un clítoris asemeja el gorro frigio que porta Marianne, la alegoría que en Francia simboliza la divisa de esta república (“libertad, igualdad, fraternidad”) acompañado del lema “Mi cuerpo, mi elección”.
Estas imágenes así como el paquete de autoimprimibles de Vive le service public y otras gráficas suyas que tocan temas de salud, impuesto a la riqueza, universalidad de las vacunas antiCovid, entre otros rubros, se pueden observar en su sitio en Internet. http://www.gerardparisclavel.fr/
— Se puede ver su trabajo en las calles, manifestaciones, ventanas de casas. ¿Por qué es importante que sus diseños interpelen a los peatones, a la gente que pasa y mira su trabajo?
— Para mí un trabajo creativo debe participar de las preguntas. Actualmente lo que llamamos comunicación sólo quiere mostrar los eventos, no cuestionarlos. (…) Los intercambios son demasiado rápidos y el espectador no puede describir una imagen para intentar entenderla, se la imponen, se la pasa switcheando imágenes. (…) Tengo una práctica política de mi trabajo: quiero crear colectivas, cuestionamientos y compartir conocimiento. Siempre digo una grosería y no sé si se pueda traducir en mexicano pero igual es interesante: para mí communiquer c’est niquer (comunicar es desmadrar). Informar es formar. En la palabra información está formación: compartir conocimiento.
Exposición-manifestación
El cartel de Vive le service public forma parte de una “exposición-manifestación” que desde el pasado 15 de octubre y hasta al 27 de febrero de 2022 presenta obra de Paris-Clavel (serigrafía, offset y digital) en el Museo de la Imprenta y la Comunicación gráfica de la ciudad de Lyon. La muestra tiene un nombre sencillo: Avec (con, en francés).
La intención de Paris-Clavel de exponer y a la par (in)formar con su trabajo, se manifiesta también en la misma “promoción” que de su muestra en el museo lionés decidió hacer: se distribuyeron por la ciudad francesa cuatro carteles (uno sobre el dinero, otro sobre la igualdad mujeres-hombres, uno más acerca de la ciudad y el del servicio público) pero sin incluir ninguna nota explicativa en ellos, cero referencia a la exposición, al museo o al autor. Sólo los afiches y su mensaje original.
—¿Por qué la decisión de instalar de esta manera las imágenes por Lyon en el marco de su exposición en esta ciudad?
—Porque así se permite a la gente experimentar una emoción. Generalmente las imágenes en la ciudad dan respuestas antes que la ciudadanía que las ve haya podido abrir un cuestionamiento. No me gusta exponerme, me gusta manifestarme. Si hago un poster para la expo sería promocionar el museo, que no me necesita para eso. Yo propuse esta idea y fue aceptada por el museo y por el gobierno de la ciudad (Lyon está gobernado desde julio de 2020 por el partido verde francés, EÉLV).
—El título de su exposición es interesante: Avec [con]. ¿Por qué este título y “con” quién?
—Por regla general es “con” el mundo. Mi filosofía no es la equidad versión estadounidense, que cada quien responda por sí mismo, sino por la igualdad a la francesa, derivada de la Revolución. Es decir, la responsabilidad colectiva. Vivimos en colectividad. Si comprendemos esto comprenderemos que hay que expresar lo más que se pueda nuestra singularidad para nutrir un colectivo de gran calidad. Si sólo buscamos trabajar nuestra individualidad construiremos un comunitarismo estrecho y justamente el pensamiento del capital es hacer creer que es muy progresista encerrarse en un sistema individual. En mi trabajo la palabra “con” es fundamental…
El servicio público puede ser ejercido por entes privados (cuando la empresa que lo ejerce está sujeta a supervisión y fiscalización del gobierno) pero la premisa de lo público reivindicada por Paris-Clavel va más allá: lo privado se reduce a la utilidad y renta mientras que lo público siempre debe mirar mucho más lejos.
—¿Cree que sea necesario que un funcionario público tenga una postura política definida?
—La política es la puesta en práctica de la vida en colectividad. Si se considera a la política como algo negativo es porque está mal vista e interpretada. Entonces eso crea despolitización y la gente no cree en ella porque es representada por tecnócratas y mentirosos. Pierde su sentido popular necesario… Claro que un funcionario público debe tener una ideología. Imperativamente, creo que un funcionario debe ser educado en una conciencia cívica y política del mundo. Sin eso, se vuelve alguien frío, un funcionario a manera de caricatura. (…) Creo que el funcionario debe tener una conciencia del mundo para poder ejercer bien su trabajo, si no sólo será un administrador, no podría anclarse en un colectivo humano y social.
“Hay que volver a darle sentido al servicio público. Y por dar sentido hablo de un proyecto social de vida, llámese ideología, política. Y es necesario compartirlo con todas las ciudadanas y ciudadanos de manera que ellos tengan una meta en la vida. No se puede trabajar solamente para reparar desgracias. Juntos tenemos que tener un proyecto de alegría para construir y que este proyecto se organice en ciertas condiciones.”
Francia privatizadora
Francia, como todo el mundo, ha experimentado en las décadas recientes una fuerte política de privatizaciones. Su presidente en funciones, Emmanuel Macron, sigue por ese camino. Parte de su política neoliberal, la más fuerte en 10 años, está inscrita en la ley Pacte (pacto, y siglas de Plan de Acción para el Crecimiento y la Transformación de las Empresas) que el gobierno promulgó en 2019 con el fin de bajar la deuda pública y llevar las ganancias de las ventas del Estado a la “innovación tecnológica”.
«El Estado no tiene ninguna vocación para dirigir empresas competitivas; los accionistas tienen las competencias y el savoir-faire para hacerlo mejor», dijo en su momento para defender la entonces iniciativa de ley el ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire. Para Macron ese es el sello económico de la casa: el Estado sólo debe administrar y vigilar lo que el capital privado controle y posea.
La actual administración francesa ha reducido la participación del Estado en la operadora de juegos de azar (La Française des Jeux) y en la industria gasista (Engie). Dentro de su programa liberalizador están también en la mira trenes, luz, aeropuertos… Pero las resistencias que origina significan grandes obstáculos para concluir las reformas como Macron lo desearía.
El anuncio de vender porcentajes públicos de los aeropuertos parisinos (donde entran las terminales de Charles de Gaulle y Orly y actualmente con un poco más de la mitad de las acciones totales en manos del Estado) levantó fuerte rechazo, incluso de manera transversal: todas las fuerzas políticas francesas de derecha e izquierda (insumisos, verdes, derecha gaullista, comunistas, socialistas y hasta partidarios de Marine Le Pen) propusieron realizar una consulta ciudadana sobre el tema, a excepción de La República en Marcha (el partido del presidente) y Movimiento demócrata. Ante la pandemia de Covid-19 y el posterior y fuerte descenso de la actividad aeroportuaria, la propuesta de venta está archivada desde entonces.
La misma pandemia mostró los estragos de la privatización de la salud pública con la falta de insumos, de personal y con la evidencia de una estructura hospitalaria insuficiente. Un informe reciente del grupo de investigación Corporate Europe Observatory con sede en Bruselas, Bélgica (cuyo fin es indagar la presión que ejerce el lobby empresarial sobre las políticas públicas europeas), fue frontal: “Las reformas neoliberales que debilitan los sistemas públicos de salud son, en parte, el resultado de las presiones políticas de la Unión Europea”.
Así como Francia comenzó -como el resto del mundo- su etapa privatizadora en la década de los ochenta del siglo pasado, al igual que el mundo entero vive hoy en día un debate cada vez más constante: la reivindicación de lo público ante los intereses de los privados.
Un tema actual que ya se perfila para los debates futuros de la campaña presidencial francesa rumbo al 2022. Serán los aeropuertos, el sector salud, las carreteras. El plano energético no se quedará atrás y menos a la luz de la crisis que vive el continente en este tema (con énfasis en España): por un lado hay voces que hablan de “re-nacionalizar” el gas y la electricidad justo en este 2021 que se cumplen 75 años de que Francia decretara como públicos estos bienes, mientras a la par el gobierno de Macron contempla otros planes: busca, en aras de “eficientar la economía”, reducir la participación del Estado en luz y gas natural con los planes Hércules y Clamadieu.
El candidato Macron que se presentó en la pasada campaña presidencial como un político “ni de izquierda ni de derecha” es para Paris-Clavel un disfraz que se cae con sencillamente informarse: “La gente informada políticamente sabe que Macron es de derecha. Es el banquero de los ricos, no es originario de los barrios rudos de Marsella. Es un burgués al servicio de los ricos, una marioneta del gran capital”.
—¿Cuál es actualmente el estado del servicio público en Francia?
—Es catastrófico. Nos dimos cuenta de ello en el manejo de la pandemia: no había cubrebocas, gel antibacterial, no había vacunas, nos faltaban camas, la formación de médicos es deficiente. Al capital lo que le interesa es el rendimiento y quiere imponerle al servicio público el modelo empresarial. Y comprobamos todos los días que este modelo tiene efectos perversos para el servicio público.
“La deficiencia del servicio público es deliberada para que podamos decir que lo privado es mejor. Te vas a un centro de seguridad social y las sillas están rotas, no es un ambiente simpático, es un lugar siniestro, nada agradable. De un lado nos muestran una alegría conforme al consumo privado y por el otro lado ponen a los derechos conquistados del servicio público como algo triste, que no despierta ganas. Y te hacen creer que las empresas son el modelo de la democracia y no.”
—Usted es un creador que no esconde su postura política. ¿Qué piensa de la gente que dice que el trabajo creativo y artístico debe ser apolítico, más introspectivo y abstracto y dejar “lo político a los políticos”?
—Es evidentemente que hay este mito del artista por encima de todo, pero es un pensamiento un tanto ingenuo porque lo político es el anclaje de una persona en el mundo. Todo acto tiene consecuencias políticas. Por eso yo no me reivindico como artista sino como artesano gráfico. Es decir, le doy una dimensión social a mi trabajo. Ratifico la decisión del contexto y de las circunstancias del ejercicio de mi profesión. Somos parte de una sociedad. (Ser apolítico) sería contemplar la política como el mundo politicard (politiquero) pero, oye, la política es simplemente el colectivo social, el ciudadano es aquel que participa del conflicto social, no aquel que sólo es espectador. Las iniciativas de muchos países y gobiernos autoritarios para despolitizar las cosas les ayudan, de esta manera, a privatizar. El servicio público en Francia nunca fue un derecho adquirido sino un derecho conquistado. La gran pelea para el sector privado es acaparar y dominar todo. Y cuando pase estaremos privados de todo.”
“Seamos responsables, divirtámonos”
Para Gérard Paris-Clavel es innegable que vivimos en un mundo donde dos grandes proyectos se confrontan: el del capital y el de lo público. En esta pugna política para él es imprescindible reivindicar la alegría de la colectividad.
“Tengo un dicho: ‘no se puede denunciar la desgracia sin mostrar la parte de alegría perdida que implica esta desgracia’. Si sólo somos resistentes a la desgracia y partidarios de nada no podremos construir, siempre estaremos en lo mortífero, en la fatalidad. Hay que dejar de estar sólo en postura defensiva.”
“(El sociólogo francés Pierre) Bourdieu se preguntaba qué forma dar a las luchas políticas hoy en día. Es necesario construir un nuevo imaginario que ofrezca perspectivas satisfactorias para nuestras vidas, pero si sólo estamos resistiendo a la desgracia es difícil. La gente se deprime horriblemente. Ante ello encontré un lema divertido: ‘seamos responsables, divirtámonos’.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.