Opinión

Ni a cuál irle




agosto 22, 2022

Ebrard, Adán Augusto y Claudia Sheinbaum se relamen los bigotes, seguros de que en esa triada está la llave para la silla del águila

Por Miguel Ángel Sosa
Twitter: @Mik3_Sosa

Qué fácil es perder el rumbo cuando no sabes hacia dónde vas. Las corcholatas de Palacio Nacional se esmeran en complacer al patrón, pero siguen sin entender del todo qué es lo que quiere el presidente.

Marcelo anuncia que la Guardia Nacional irá a Qatar para acompañar a los deportistas, mientras en México los índices de violencia rayan en emergencia. En fin, la hipocresía. No hay forma en que un equipo decente de asesores se atreva a proponer tonterías de tales magnitudes, y si es que lo hay, pues más le valdría al canciller ir buscándose otros consejeros.

Sin uniformes, sin armas, ni capacidad ni derecho para ejercer acción policial alguna es como irá nuestra flamante corporación a pasearse al Mundial. Como si no hubiera cosas más importantes, como la protección de la ciudadanía en las distintas entidades que se han vuelto verdaderos polvorines ante la ausencia de los abrazos y el incremento de los balazos.

El canciller anda de candidato bonachón y cree sentirse en onda al hacer ese tipo de anuncios. Los cree, porque de otra forma no los haría. ¿Y cómo es que algo así puede resultar positivo? Lo cierto es que ni rascando se puede ver cómo es que “estrategias” como esa le puedan colorear el camino a un deslavado Marcelo.

A la par, Adán Augusto prefirió guardarse después de la pifia que cometió con las madres buscadoras. Hay quienes dicen que la actitud que mostró aquel día el funcionario lo describe de pies a cabeza. A poco creían ustedes que había llegado hasta donde llegó nomás por ser “buena ondita”.

Por raro que parezca, el secretario de Gobernación cometió un error de principiante. Le ganó el ego frente a una mujer que osó contradecirlo en público y a pie de calle; sin esperarlo, el exgobernador de Tabasco se enganchó con las cámaras de los medios por testigos.

En ese mismo sentido, a Monreal se le nublan cada día más los márgenes de negociación. Fiel a su estrategia intentó ahorcar una vez más a López Obrador, lo quiso llevar hacia un callejón sin salida, pero con lo que no contaba el zacatecano es que no hay deudas por cobrar ya que los premios fueron entregados: Zacatecas, y no habrá más.

Con esos discursos fumados que a veces nos regala el experimentado senador, muchos lo ubican como el heredero, ni más ni menos, que de Porfirio Muñoz Ledo. En ambos casos, si no saben de lo que hablan, lo fingen y, de ser necesario, lo inventan.

En MORENA está flaca la caballada y nadie puede negarlo, solo porque hablamos del partido en el poder que si no ya estarían preocupados porque nomás no se le ve a ninguno con madera de candidatos. El dedito será el que hable y designe al sucesor o sucesora, así que, si los candidatos carecen de estatura eso parece no importar. 

Confiados entre algodones, Ebrard, Adán Augusto y Claudia Sheinbaum se relamen los bigotes, seguros de que en esa triada está la llave para la silla del águila. No vaya a ser que un tapado haga que se les atore el desayuno un día de estos.

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