Especialistas del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (LANCIS) destacan la relación entre el entorno natural y el bienestar emocional y mental de las comunidades indígenas de Bosques San Elías Repechique, Bacajípare, Huitosachi y Mogótavo frente a los megaproyectos que afectan sus territorios.
Texto Karla Quintana / Fotos Óscar Rosales / Raíchali
Chihuahua– Los desarrollos turísticos en la región de las Barrancas del Cobre, en la Sierra Tarahumara, han interferido directamente en los procesos comunitarios de los pueblos rarámuri, han alterado su entorno y causando daños no sólo materiales, sino también culturales y emocionales.
Así lo establecieron los especialistas Luis Antonio Bojórquez Tapia y Daniela Pedroza Páez, investigadores del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (LANCIS) al dar a conocer los resultados de su investigación sobre los efectos socioambientales de los megaproyectos turísticos en la región de las Barrancas del Cobre.
Bojórquez subrayó que, aunque se suelen medir los impactos ambientales en términos técnicos, como milímetros o hectáreas, no se ha prestado suficiente atención a cómo estos proyectos afectan el bienestar social, emocional y psicológico de las personas que viven en conexión íntima con su territorio.
Las comunidades indígenas no sólo pierden su patrimonio ancestral y colectivo, sino que también experimentan una pérdida emocional comparable a la de un ser querido, plantearon.
Ambos académicos participaron como peritos en un proceso judicial derivado de la demanda interpuesta por la comunidad de Bosques San Elías Repechique, ante la violación de sus derechos colectivos por parte del gobierno estatal y empresas privadas.
El estudio de impacto socioambiental incluyó la evaluación de los daños emocionales, psicológicos y espirituales sufridos por la comunidad rarámuri tras la construcción del Aeropuerto Regional de Creel y el desarrollo de un turismo no sostenible en la región.
Con una inversión de 3 millones de pesos inició el proyecto turístico Barrancas del Cobre en 1972 con el apoyo del gobierno del estado con la misión de 4 puntos importantes: el desarrollo ordenado y sostenible, integración de la comunidad en el proyecto, traer nuevas inversiones y generar demanda turística en la zona.
“Estas afectaciones se traducen en un sentimiento de pesar y dolor por la pérdida de elementos intangibles de su cultura, estrechamente vinculados con su entorno natural”, señaló Bojórquez.
El análisis del impacto ambiental reveló afectaciones en el área del aeropuerto, incluyendo una pérdida forestal de 118,114.66 m² y un volumen de 2,282,139.25 m³, así como la interrupción de caminos utilizados por la comunidad rarámuri.
Estos daños sirvieron de base para la sentencia judicial en 2014, que reconoció las violaciones a los derechos de la comunidad, como la falta de consulta previa, el despojo territorial y la explotación de sus recursos naturales.
El fallo incluyó una compensación económica de 65 millones de pesos para la comunidad, la cual se canalizó a través de un fideicomiso.
Sin embargo en las comunidades de Bacajípare, Huitosachi y Mogótavo luchan en contra del desarrollo turístico Barrancas del Cobre y las afectaciones que trae consigo el complejo hotelero que se encuentra en su territorio.
Se identificaron varios problemas de contaminación derivados del desarrollo turístico, estos incluyen el vertido de aguas residuales sin tratamiento adecuado por parte de hoteles, la deforestación provocada por la expansión de proyectos turísticos, la acumulación de residuos sólidos por la falta de infraestructura adecuada y el impacto en los recursos hídricos debido a la construcción de infraestructuras que afectan manantiales.
Bojórquez mencionó que las aguas residuales de los hoteles ubicados en Barranca del Cobre, se vierten directamente en el cauce de una laguna de la comunidad, lo que ha ocasionado históricos problemas de contaminación directos que afectan a las personas de la comunidad. Y otro de los problemas son los tiraderos a cielo abierto.
Para realizar el estudio de impacto ambiental se generaron indicadores para evaluar los impactos de las actividades turísticas, que incluyen el consumo de suelo, el consumo de agua, las aguas residuales, los residuos sólidos y el aumento en la demanda.
Los especialistas elaboraron un mapa interactivo que visualiza las comunidades, el abastecimiento de agua, la interrupción de veredas, el manejo de aguas residuales, y el manejo de residuos peligrosos y sólidos. Este mapa también incluye imágenes tomadas en campo para evidenciar la contaminación a cielo abierto. Aquí puede ser consultado.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Raíchali que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.
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