De acuerdo con el monitor de la sequía en México, Chihuahua es de los 5 estados del país con el cien por ciento de aridez en todos sus municipios.
Por Karla Quintana / Raíchali
Chihuahua – Por segundo año consecutivo, los 67 municipios del estado de Chihuahua están en emergencia por sequía. La declaratoria fue hecha por la gobernadora María Eugenia Campos Galván el lunes de esta semana durante la cuarta sesión ordinaria del Consejo Estatal de Protección Civil.
Al hacer el anuncio, se detalló que durante el 2025 se espera que llueva un 40 por ciento menos de las precipitaciones que se registraron en este 2024.
Según el monitor de la sequía en México, Chihuahua es de los 5 estados del país con el cien por ciento de sequía en todos sus municipios.
En el 2023 se publicó en el Periodico Oficial del Estado el acuerdo 188/2023 para declarar el primer estado de emergencia por sequía en los 67 municipios del estado, mientras que ahora nuevamente ocurre lo mismo por la falta de lluvias.
Para combatir la sequía mediante “prevención y contención”, el gobierno argumentó que ha incrementado la inversión destinada a aminorar sus efectos. En 2023, asignaron 220 millones de pesos, mientras que para 2024 la cifra ascendió a 500 millones, según las cifras oficiales y prevén que al finalizar el año, la inversión supere los 600 millones de pesos, sin embargo no especificaron el destino o los programas de esos recursos.
Paralelamente al anuncio de emergencia por sequía, Campos Galván subrayó la importancia de respetar y promover el turismo en la región: “Tenemos que respetar, también tenemos que promover la parte turística para que nuestros hermanos chihuahuenses […] vean de qué forma podemos promover y enaltecer la parte turística, sobre todo en la Sierra Tarahumara y en el noroeste”.
El llamado contrasta con los efectos documentados por integrantes de varias comunidades indígenas en el Plan de Desarrollo Nátiga Busuré, el cual expone que en localidades como Creel, Bocoyna y San Rafael, el desarrollo turístico se ha realizado muchas veces sin un plan claro de ordenamiento.
Esto ha dificultado el manejo de los impactos de la actividad y ha generado problemas de acumulación de basura, drenaje deficiente y escasez en el abastecimiento de agua potable, lo cual afecta tanto a los turistas como a las comunidades locales, según las comunidades.
Las comunidades ubicadas en las Barrancas del Cobre han documentado y denunciado la contaminación de aguajes y mantos acuíferos, principalmente debido a la descarga de aguas residuales provenientes de los hoteles en la zona de El Divisadero y la basura que dejan los turistas.
Tipos de sequía en el estado
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) establece diferentes niveles de sequía. La fase más crítica es el nivel más grave es la sequía excepcional (D4) y 34 municipios de Chihuahua la enfrentan, entre esos Ahumada, Batopilas, Bocoyna, Casas Grandes, Chínipas, Guerrero, Namiquipa, Nuevo Casas Grandes, Ojinaga, Urique, entre otros.
En este nivel, las pérdidas en cultivos y pastizales son excepcionales y generalizadas, por lo cual se afecta la seguridad alimentaria de las comunidades, establece esa dependencia federal.
También indica que la escasez de agua es alarmante, y los niveles en embalses, arroyos y pozos son extremadamente bajos, lo cual genera una situación de emergencia que exige medidas urgentes para reducir el riesgo de incendios extremos y atender la falta de agua.
Para otros 30 municipios del estado, la situación alcanza el nivel de sequía extrema (D3). En esta etapa, precisa Conagua, las pérdidas en cultivos y pastos son mayores, y el riesgo de incendios es extremo, con potenciales consecuencias devastadoras.
En esta situación se encuentran Chihuahua, Aldama, Ciudad Juárez, Madera, Delicias, Julimes, Meoqui y Saucillo, entre otros.
Además que la escasez de agua se vuelve generalizada, y las restricciones en su uso son necesarias para preservar el recurso. Estos municipios requieren una gestión cuidadosa de los recursos hídricos para evitar una crisis aún mayor, plantea ese organismo gubernamental.
Y en otros tres municipios de la entidad, se enfrenta una situación crítica de sequía severa (D2). En esta fase, la escasez de agua es común y se registran pérdidas probables en cultivos y pastizales, por lo que se afecta la producción agrícola local.
Explicó la dependencia federal que el riesgo de incendios es elevado, lo cual representa una amenaza constante para los ecosistemas. Ante estas condiciones, se recomienda implementar restricciones en el uso del agua para mitigar los efectos en la población y en el entorno.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Raíchali que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.
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