Opinión

El mensaje del Batallón 27 de Infantería




julio 26, 2019

La inspección de los padres del caso Ayotzinapa a las instalaciones del Batallón 27 de Infantería en Iguala, Guerrero, es un hecho inédito en la historia del Ejército Mexicano, que por primera vez accede a una inspección de víctimas de la violencia. Pero el mensaje va más allá. Se dirige a quienes desde hace un año sueñan con el fracaso del gobierno de López Obrador

Alberto Najar

Ciudad de México –La historia pasó desapercibida. A mediados de 2015 el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) solicitó que se le permitiera recorrer las instalaciones del Batallón 27 de Infantería ubicado en Iguala, Guerrero.

Es el destacamento más cercano al sitio donde la noche del 26 de septiembre de 2014 fueron secuestrados 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa.

Una de las líneas de investigación del GIEI apuntaba a las instalaciones militares. Por esos días se había publicado la versión de que los jóvenes pudieron ser incinerados en hornos dentro del cuartel.

El gobierno de Enrique Peña Nieto rechazó la petición de los expertos internacionales. En algunos medios se publicó que el entonces secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, amenazó con renunciar si el presidente ordenaba abrir la puerta del Batallón 27.

Cuatro años después la historia es otra. Este miércoles 24 de julio los integrantes de la Comisión de la Verdad del caso Ayotzinapa, entre ellos familiares y padres de los estudiantes desaparecidos recorrieron el mítico cuartel.

La visita se informó en un comunicado oficial del Gobierno de México. El documento refiere una visita cordial, con libertad de recorrer las instalaciones.

No está claro qué pudo encontrarse en la visita que ayude a esclarecer el caso. Cuatro años es mucho tiempo para borrar cualquier evidencia, si es que fue necesario hacerlo.

Pero eso no es lo importante. La trascendencia del asunto se puede definir con una vieja frase del régimen priísta: en política la forma es fondo. La decisión de abrir las puertas de un cuartel al escrutinio de las víctimas es la raíz del mensaje. Porque los mandos del Ejército son los mismos.

La decisión de proponer al actual secretario de la Defensa Luis Crescencio Sandoval se tomó en la misma cúpula que acompañó al general Cienfuegos, el que se opuso a la transparencia.

Y todos provienen de la misma clase y sistema militar que en su momento creó la fama del Batallón 27 de Infantería.

El cuartel donde, según organizaciones civiles y la Corte Interamericana de Derechos Humanos fueron torturados los guerrilleros capturados en la época de la llamada guerra sucia, en los años 70 y 80.

Hace cuatro años el gobierno de México cerró la puerta del cuartel. Hoy la abre. El cancerbero es el mismo. ¿Cuál es la diferencia?

La lectura fácil sería decir que se llama Andrés Manuel López Obrador. Pero no es tan simple. El cuartel del 27 Batallón abrió la puerta por orden presidencial. También se pudo franquear el paso si Enrique Peña Nieto lo hubiera ordenado.

No lo hizo. López Obrador sí. Y no ocurrió la catástrofe que se pronosticó hace cuatro años. La diferencia es que ahora dentro del Ejército se entiende que existe una voluntad real de resolver el caso Ayotzinapa.

Y que, a diferencia de los presidentes anteriores que recargaron en los militares el peso de la violencia y el desprestigio por la ineficaz estrategia para combatirla, el actual presidente aumentó su respaldo a las fuerzas armadas con acciones concretas.

Desde antes de asumir el gobierno López Obrador se ganó el apoyo del Ejército, algo que facilitó que se cumpliera la orden de abrir el cuartel del Batallón 27.

Es la primera vez que la Secretaría de la Defensa accede a una inspección de esta naturaleza. Es una parte del mensaje. La otra tiene otros destinatarios:

Los que desde el 2 de julio de 2018 buscan una y otra forma de conseguir el fracaso de este gobierno. Quienes trabajan en la estrategia para un golpe de estado blando, ése que se ha ensayado en otros países y derivó en la caída de los gobiernos.

La van a tener difícil, porque como pocas veces en la historia el presidente cuenta con el apoyo del Ejército. Y sin los militares es casi imposible que cualquier intento golpista progrese.

Quién sabe si lo tienen claro los opositores, pero después del episodio en el Batallón 27 de Iguala sería bueno que le echaran una nueva pensada a sus propósitos.

***

Alberto Najar. Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service. Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.

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