Miguel Ángel Sosa
Twitter: @Mik3_Sosa
Ciudad de México – Mucho se ha hablado de la nula oposición que existe en México. También de que el sistema de pesos y contrapesos está en riesgo y que la figura presidencial posee como en el pasado, un aire autoritario que amaga con meter reversa a los avances democráticos.
Lo cierto es que para hacer frente a la cuarta transformación, resulta urgente tener también una cuarta oposición. La primera, por allá en época del esplendor priísta, sirvió para abrir fisuras a través de la creación de nuevos partidos. Después vino la oposición que trajo mayores tintes democráticos y la alternancia en el ámbito local.
Hubo una tercera, con esencia disruptiva, que cimentó la construcción de mayorías y el cambio de estafeta en el Poder Ejecutivo. Toca el turno a la cuarta oposición, la que tendrá la misión de ser contrapeso del actual gobierno y representar los intereses de quienes tienen otra visión de país diferente del lopezobradorismo.
Esta nueva oposición no está representada en los partidos actuales con los que comparte el escenario MORENA. Los partidos tradicionales cada vez representan menos, y es necesario dar oxígeno al sistema democrático mediante nuevos espacios de participación.
La sociedad civil organizada es fundamental en la vigilancia del ejercicio público, su papel es decisivo, entre otras cosas, para la correcta aplicación de los programas gubernamentales y el uso adecuado de los recursos públicos. Sin embargo, sólo a través de los partidos se puede legalmente acceder y ejercer el poder.
El corazón de la democracia es el pluralismo y la participación armoniza ese pluralismo. Por ello es necesario que en el escenario nacional existan plenamente representadas todas las expresiones. Que las libertades se defiendan a ultranza y que los derechos de asociación y expresión sean preservados y nunca amenazados.
Debe quedar claro que el antídoto a un personaje mesiánico no es otro personaje mesiánico, que los extremos nunca serán la opción, aunque la pasividad y el conformismo tampoco. La oposición es necesaria para la salud del sistema democrático y sino hay tal, se debe construir desde abajo.
A cada momento le corresponde un lugar en la historia y queda claro que para la cuarta transformación habrá una oposición distinta a las que la antecedieron. Y es que para un escenario político inusual resulta necesario un contrapeso también inusual.
¿Qué tipo de oposición necesita México? Una que en primer lugar sea autocrítica, reflexiva y abierta. Que se defina como instrumento al servicio de los ciudadanos y que en un ambiente de respeto a las ideas, debata y fomente la construcción de acuerdos, sin entregar cheques en blanco.
Ser oposición es comprometerse por el bien del país para señalar los errores y apoyar los aciertos; es aportar soluciones y enriquecer los proyectos de los demás, y también buscar por caminos distintos lo que otros buscan en la acera de enfrente. Es estar en contra cuando se debe, a favor cuando se crea y apostando a la palabra fuerte y concisa, nunca al silencio.
ENTRE TELONES. El fantasma del desafuero regresa a la política mexicana. Tras el escándalo de “moches” en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, los reflectores apuntan al diputado Sergio Mayer. De nuevo causa revuelo el ex integrante de Garibaldi a quien acusan de andar pidiendo lo que no debe.