Opinión

Los Criminales sanguinarios no piensan en sus mamacitas




septiembre 30, 2019

¿Y qué hará la 4ta Transformación con Andrés Manuel López Obrador? Su estrategia contra el narcotráfico ha sido reconocida por organismos internacionales como “acertada” en cuanto a la intención de atacar el problema social de raíz: ofrecer alternativas económicas a los jóvenes para que no sean atraídos por los grupos criminales. Sin embargo, entre los mexicanos crece la convicción de que no basta con esa buena intención.

Olga Aragón

Desde hace varias semanas una imagen espeluznante domina mis días y mis noches. Un joven de menos de 20 años, con las manos atadas a la espalda, en un campo solitario, sobre una loma, implora a quien lo va a quemar vivo: “no seas gacho, te estoy diciendo la verdad. ¡No seas gacho” es una súplica inútil. Y la víctima lo sabe, pero no deja de implorar.

En el video se observa que alguien empapa en gasolina al muchacho, quien vuelve a su letanía, “no seas gacho, te estoy diciendo la verdad”. Luego, el alarido de dolor y el fuego envolviendo el cuerpo del joven que rueda por el suelo con las manos atadas a la espalda, quemándose vivo; las llamas lo consumen de la cintura a los pies es una antorcha humana, ¿cómo puede conservar la conciencia? parece increíble. No maldice, no mienta madres, sólo sigue diciendo a su torturador y asesino… “no seas gacho”. El fuego lo consume de la cintura a los pies. Ya no se mueve, pero sigue vivo. “No seas gacho…”, se escuche apenas, apagada en medio del fuego, la voz del moribundo.

Esa frase corta, repetida una y otra vez se queda para siempre. No profiere el torturado, el joven que sabe que va a morir, que está muriendo, ninguna palabra grosera, ni una mentada de madre.

“No seas gacho… te estoy diciendo la verdad”. ¿El asesino, los asesinos que están quemando vivo a este a muchacho seguirán escuchando sus palabras por el resto de los días y las noches de su existencia (“no seas gacho…”)? El muchacho lanza unos alaridos de animal, se retuerce de dolor, rueda por la loma cuesta abajo tratando de apagar el fuego. El torturador de nuevo empapa su cuerpo con gasolina. ¿Qué pensará el asesino? ¿Qué sucede en la mente y el cuerpo de un joven que, aparentemente, sigue consciente pero ya no lucha más, se queda quieto mirando como arde su cuerpo en llamas? Y con voz apagada, apenas audible, repite “no seas gacho…”

Maldita la hora en que vi esa imagen de video. No puedo dormir.

No encuentro un momento de paz. El horror es insoportable, ¿de eso se trata? me pregunto. De horrorizarnos hasta imponer su imperio criminal. ¿Cuántos años han transcurrido en México enterándonos de historias horripilantes como esta?

Segura estoy que quienes forman parte de mi generación, y los más mayores de la tercera edad, nunca imaginamos que viviríamos algo así como parte de nuestra cotidianidad. Los jóvenes nacieron y crecieron en medio de esta violencia extrema ¿cómo la enfrentan? ¿cómo sobreviven a tanto horror?

Todo lo que creímos que jamás sucedería en México, está sucediendo desde hace años. Asesinatos atroces. Feminicidios. Trata de personas. Ejecuciones sumarias. Levantones y Desapariciones de personas. Lo peor. Esta realidad espeluznante parece no tener fin

Sabemos que todo empeoró a partir de que el panista Felipe Calderón Hinojosa, en un intento desesperado por ganarse algo de legitimidad ante su ascenso a la presidencia “haiga sido como haiga sido” declaró la “guerra al crimen organizado”, dando un garrotazo al avispero, como ha dicho desde años el actual presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y todo siguió empeorando con el priista Enrique Peña Nieto.

¿A qué grado? Al extremo en que ahora, según análisis de especialista en la acción del crimen organizado en México, como Ricardo Ravelo, afirman con sustento en información oficial que hoy en día la presencia de cárteles del narcotráfico se ha duplicado en México dos sexenios después de la guerra declarada por Calderón en contra del crimen organizado en 2007.

Ravelo dice que actualmente operan en México nueve cárteles con al menos 74 brazos armados que dominan el 80% del territorio nacional. Dice que son el doble de los que existían en 2005, así lo declaró a medios como el periódico digital Sin Embargo, el pasado 17 de septiembre

El especialista afirma que la corrupción que no ha podido ser desmantelada, así como las tácticas fallidas por parte del estado, propiciaron el crecimiento del crimen organizado en todo el territorio nacional, con el 80 por ciento de los municipios de México gobernados por autoridades que tienen vínculos directos o indirectos con grupos criminales.

Coincide en análisis de Ravelo con lo que la periodista Miroslava Breach denunció el estado de Chihuahua: las corporaciones estatales y municipales están bajo control del crimen organizado “y esa es la razón por la que no hay seguridad” en el estado (y en el país).

Ravelo ubica nueve grandes cárteles a nivel nacional –Arellano Félix (o de Tijuana), Beltrán Leyva, Carrillo Fuentes (o de Juárez), Golfo, Caballeros Templarios, Sinaloa (o del Pacífico), Jalisco Nueva Generación, La Familia y Los Zetas– además de cinco –Los Viagras, del Noreste, del Poniente, del Sureste y Nueva Plaza– que han ido cobrando fuerza en los últimos cinco años.

Dice Ravelo que además de los nueve cárteles grandes, existen en el país al menos 74 brazos armados de estas organizaciones criminales. En Chihuahua pueden ubicarse como tales a Los Salazar, la Línea, los Tigres, y una infinidad más que surgen, desaparecen y resurgen con otros nombres.

El encarcelamiento de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en nada disminuye el negocio el cultivo y trasiego de drogas, porque los verdaderos capos (de cuello blanco), siguen dirigiendo el negocio. Ya aparecerá un nuevo personaje a quien el imaginario colectivo considere el capo de tuti los capos que atraiga los reflectores mientras los “señores del narco”, como los llamo la periodista Anabel Hernández siguen manejando el negocio de las drogas en el mundo.

¿Y qué hará la 4ta Transformación con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza? Su estrategia ha sido reconocida por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas como “acertada” en cuanto a la intención de atacar el problema social de raíz: ofrecer alternativas económicas a los jóvenes para que no sean atraídos por los grupos criminales.

Sin embargo, entre los mexicanos crece la convicción de que no basta con esa buena intención. Y menos cuando el presupuesto es escaso y los programas sociales aún son endebles.

El crimen organizado seguirá combatiéndose a través de las fuerzas armadas. Y no se avizoran aún las políticas de inteligencia para lograrlo con eficacia. Algo se avanza con las iniciativas del poder legislativo al aprobar la Ley de Extinción de Dominio, pero los intereses que atacará son mayúsculos y aún existen recovecos legales para eludir la acción penal.

La Guardia Nacional aún no está preparada para enfrentar a tremendo monstruo. Sus elementos se encuentran, en su mayoría, en una primera fase de capacitación en derechos humanos como policías de proximidad con los ciudadanos. Falta tiempo para preparar a la élite que se especializará en investigación del crimen organizado. Todo ello se deduce las declaraciones del propio Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo

En tanto, los llamados a AMLO a los criminales sanguinarios a portarse bien, a que piensen en sus mamacitas, parece difícil que encuentren eco en asesinos desalmados como al que empapó en gasolina a ese joven de menos de 20 años que con las manos atadas a la espalda veía como le encendía fuego para quemarlo vivo mientras decía “no seas gacho, te estoy diciendo la verdad” y retorciéndose de dolor seguía diciendo “no seas gacho…” hasta que el fuego terminó consumiendo su joven vida.

***

Olga Aragón. Periodista nacida en la ciudad de Chihuahua. Su trabajo periodístico lo ha realizado en la Ciudad de México, en el estado de Chihuahua y en Baja California. Sus trabajos han sido publicados en El Norte de Ciudad Juárez, El Heraldo de Chihuahua, El Diario de Juárez, El Diario de Chihuahua y Newsweek. Actualmente se desempeña como directora editorial del periódico digital 4Vientos.net y del programa en vivo 4V-TV producidos en Ensenada, B.C. y colabora en reportajes especiales para la revista Proceso.

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