Opinión

¿Quién decidió que soy privilegiado y población en riesgo?




abril 4, 2020

La emergencia por el COVID-19 hace evidente la fragilidad del sistema que hemos construido. Hay países donde la gente cae muerta y otros donde la van dejando morir. Esta pandemia ha demostrado que en algún momento algo hicimos mal

Por Hernán Ortiz

En 1986, el mundial en México tenía una canción que terminaba diciendo “el mundo unido por un balón”.

En ese entonces aprendí muchas cosas. Una fue que realmente hay una muy fuerte pasión mundial por el futbol, otra que en bola el vandalismo es fácil.

Cuando ganaba México, salíamos a festejar, movíamos los autos que pasaban al coro de “que bailen las del carro, que bailen las del carro”. Tenía 14 años, era un niño tonto, así que si podía entre la multitud meter mano a una chica lo hacía y en el desmadre nadie lo veía como algo malo, tan malo… hoy siento vergüenza de haberlo hecho y si no puedo regresar el tiempo para evitarlo si puedo ver al frente y enseñar a mis hijos que ese tipo de actitudes son deplorables.

Después de haber visto esos relajos por el futbol. No entiendo por qué la gente se queja de las feministas… no recuerdo que haya sido noticia nacional el vandalismo durante el Mundial de México 86…

Pero eso fue el siglo pasado, cuando viví el mundo unido por un balón. Hoy el mundo está unido por una pandemia.

¿Qué papel juego aquí? Soy de los privilegiados que pueden trabajar desde casa, pero también soy de la población en riesgo por la diabetes, la hipertensión y el tabaquismo. Mi situación de salud siempre la sobrellevo con mucho ejercicio, pero sin salir… me cuesta trabajo hacerlo.

¿Iré a morir? ¿Me enfermaré? Tengo un mes con alergia y la tos no se va. Discreta, poca, pero persistente.

¿Quién escribió los destinos de la humanidad? ¿Quién me asignó ser privilegiado y población en riesgo al mismo tiempo? ¿Quién decide quién vive y quién muere?

Tal vez pienso y siento tonterías, los sentimientos exacerbados no permiten razonar con claridad. La incertidumbre me da miedo, la impotencia me da rabia.

No es la posibilidad de morir lo que me asusta. Dos de mis hijos ya son mayores de edad y el otro seguramente lo superará. Les he enseñado a ser fuertes e inteligentes. Pero aun así no quiero morir. No quiero sentir esa incertidumbre de que se ha invertido en mi como una de las personas privilegiadas y permitir que quede en condiciones de vulnerabilidad tanta gente que hizo lo que consideró correcto para sobrevivir a esta vida.

Cuando la crisis financiera y de violencia a finales de la primera década de este siglo, obligó a muchas personas a perder su empleo, empezaron a proliferar mercados de segundas y negocios de comida, la gente busco la forma. ¿Hoy cómo harán?

Aquella persona que estudió para ser un profesional que ofrece sus servicios por honorarios. ¿Qué hará?

La mujer que logró su independencia aprendiendo a poner uñas, cortar el cabello, peinar y maquillar… ¿tendrá ahorros para al menos un mes?

El mesero que se esfuerza en atender al cliente para ganar una buena propina y también el otro que busca marearlo para cobrarle un poco más en la cuenta, ¿a quién atenderán ahora?

Las meseras de las cantinas, la que vende enchiladas, las familias de las prostitutas, aquella persona que estaba a punto de ser contratada, toda la gente que trabaja para el gobierno del estado y nunca sabe cuándo le van a pagar, la gente que atiende las islas de los centros comerciales, los empleados de Plaza Catedral, la población migrante que se quedó atorada en la ciudad, instructores de gimnasio (y un largo etcétera…).

¿Quién ha decidido qué gente es la privilegiada y quién no?

Lo que se hace evidente es la fragilidad del sistema que hemos construido. Sí, hay países donde la gente cae muerta y otros donde la van dejando morir.

Esta pandemia ha demostrado que en algún momento algo hicimos mal.

No, no quiero morir. No me da miedo, pero sí creo que debo sobrevivir, para regresar a abrazar a la gente que quiero, a toda y juntos construir algo diferente. No quiero ser de los privilegiados que ven sufrir a otros, quiero que todos tengamos la oportunidad de vivir en un mundo mejor.

jhiiio@hotmail.com

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