Opinión

Visibilizar lo invisible




diciembre 3, 2021

Es necesario visibilizar las experiencias de las personas migrantes trans, las realidades que viven y sobreviven, y sus anhelos de una mejor vida, para corregir el desconocimiento social que les afecta por la violencia de que son objeto en sus lugares de origen, el llamado sexilio

Héctor Padilla

Las personas migrantes trans son un grupo de población poco visibilizado por la sociedad.

Víctimas de prejuicios sociales fundados en valores tradicionales y reforzados por las estructuras institucionales, son parte de los migrantes que desafortunadamente no importan. Óscar Martínez en el libro Los migrantes que no importan, aborda los riesgos y amenazas que ordinariamente viven en su tránsito de Centroamérica a México, entre las que reiteradamente se encuentran las agresiones físicas y sexuales, los asaltos y extorsiones, el secuestro, la desaparición y el homicidio, y la discriminación y la violencia simbólica.

Con testimonios, entrevistas y fuentes documentales, Martínez expone situaciones horrendas por las que atraviesan las personas migrantes, quienes reciben escasa ayuda de las instancias de gobierno e inclusive de las organizaciones de la sociedad civil. El autor busca llamar la atención sobre la falta de interés social y pública en las personas que migran y la manera en que sus vidas, sus cuerpos y sus patrimonios son salvajemente expoliados por grupos criminales e ignorados por las instituciones, en lo que Dolores París llama una “cadena de explotación” en un texto con temática semejante.

Sin embargo, entre los migrantes que no importan, Óscar Martínez no menciona a las personas trans, como sí lo hace con otros grupos tales como las mujeres y niños y niñas. Por ello, parecería que estas importan aún menos al no ser foco de atención en un texto que cuestiona el desinterés público en las múltiples violencias que padecen quienes migran, en su lugar de origen, tránsito y destino.

Y no se trata de un caso aislado; este olvido se repite en muchos textos académicos de gran valor por sus aportaciones para la comprensión de la complejidad social que reviste el fenómeno de la migración. En ellos son nulas o escasas las referencias a este grupo en situación de movilidad. También hay registros estadísticos oficiales y encuestas para los que son invisibles, sea porque no los registran como una tercera opción al binomio hombre-mujer o porque, a lo sumo, las personas trans aparecen implícitas en la denominación “otro” al referir el sexo de las personas, o “LGBT” al señalar su orientación sexual.

Un ejemplo sobresaliente de esta carencia es la Encuesta nacional de personas migrantes en tránsito por México, cuyos resultados se exponen en el libro Los desafíos de la migración y los albergues como oasis, publicado en 2018 por la CNDH y la UNAM. En ella es notoria la ausencia de referencias a las personas migrantes trans.

Y solo por mencionar un ejemplo en sentido opuesto, una excepción a la regla, son los informes 2017 y 2018 de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes, que analizan las estadísticas de las personas registradas en las casas, comedores, estancias, albergues y organizaciones que componen la red. En ellos, en la descripción del sexo se incluye la categoría “trans”, además de “hombre” y “mujer”. Se trata de una cifra reducida, menor a una décima porcentual de las personas registradas, pero que permite constatar que la vulnerabilidad y los riesgos de las personas trans son mayores aun que en el resto de migrantes.

La escasa visibilidad de las personas migrantes trans se repite en la escena local reciente en Ciudad Juárez. En el contexto de la coyuntura abierta a partir de octubre de 2018 y que se extiende al presente, en la que han llegado cientos de miles de personas para intentar cruzar a Estados Unidos y/o apostarse en los puentes internacionales en busca de asilo en ese país, las personas trans también están presentes.

Su presencia ha sido visible solo para un puñado de la sociedad local, conformado por activistas y académicos vinculados a la ayuda humanitaria a migrantes; por personal que atiende alguno de los albergues –establecidos o improvisados– que atiende al masivo y creciente flujo de migrantes en esta coyuntura; sobre todo por el albergue Respetttrans, que desde años atrás es una opción de refugio en la ciudad para mujeres trans y de la comunidad LGBT+.

Desafortunadamente, también han sido visibles para policías y lenones que abusan de ellos y se aprovechan de su situación; y para algunos funcionarios públicos de doble moral que, en vez de apoyarles y cumplir con sus obligaciones como servidores públicos, les tratan con desprecio y hostigan pretextando cumplir con la ley.

Por ello, es necesario visibilizar las experiencias de este grupo migratorio, las realidades que viven y sobreviven, y sus anhelos de una mejor vida, para corregir el desconocimiento social que afecta a este de migración forzada por la violencia ante la opción sexual y de género, de que son objeto en sus lugares de origen, el llamado sexilio.

Visibilizar lo invisible es lo que un grupo de académicos de las instituciones de educación superior de Ciudad Juárez y El Paso hizo recientemente, al realizar una investigación con el propósito de informar a quienes toman decisiones en el gobierno y la sociedad civil, e incitar políticas públicas que tomen en cuenta a este grupo específico de migrantes.

Estudiaron la discriminación y los factores de riesgo que les afligen e impactan en su salud mental, la manera en que les afectó la pandemia por el COVID-19, y las estrategias individuales y colectivas mediante las cuales resisten y buscan dar salida a sus aflicciones.
Su investigación es de gran importancia para contrarrestar la manera prejuiciada con que suelen ser percibidas por funcionarios, medios de comunicación y la comunidad en general. Contribuye a que la población fronteriza voltee a ver a las personas migrantes trans que llegaron entre la marejada humana desde finales de 2018 a la región, y a que se solidarice con ellas.

En bien de las y los migrantes trans, y con el fin de construir una sociedad fronteriza con mayor bienestar, justicia y solidaridad, es importante que la comunidad tome conciencia –como lo propone Vek Lewis en el texto Volviendo visible lo invisible: hacia un marco conceptual de las migraciones internas trans en México– de los silencios y contextos de vulnerabilidad que las rodean y tienen inmersas en situaciones muchas veces invisibles de fuga y hostigamiento.

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