Opinión

Pandemia de desigualdad: un informe global




diciembre 11, 2021

El caso de México lo hace uno de los países más desiguales del mundo: El ingreso promedio anual del uno por ciento de los mexicanos más acaudalados es 141 veces mayor que el que percibe la mitad de la población que se encuentre entre la parte media y baja de la pirámide social

Por Víctor M. Quintana S.

La pandemia de COVID-19 es un mal reciente que está devastando al planeta, pero hay otra pandemia, que la precede, la sucede y se ha agravado más con ella: la desigualdad social planetaria. Así se podría resumir el Informe Mundial sobre la Desigualdad 2022,  que acaba de publicar el Laboratorio Mundial sobre las Desigualdades, en el que participa un centenar de personas expertas en el tema, coordinadas por el destacado economista francés, Thomas Piketty y Lucas Chancel.

El reporte señala que la pandemia del COVID-19 ha exacerbado aun más la acumulación de la riqueza mundial por unos cuantos megarricos. Lo dice con datos recogidos en más de cien países del mundo. Con sus más y sus menos, la canción es la misma: el capitalismo, así sea muy evolucionado en su tecnología, seguirá siendo siempre perpetrador de desigualdades.

El informe resalta los siguientes hallazgos:

• El 10% más rico de la población mundial recibe actualmente el 52% del ingreso mundial, mientras que la mitad más pobre de la población apenas araña el 8.5% del ingreso. En cuanto a riqueza acumulada la distribución es peor: la mitad más pobre de la población mundial apenas posee el 2% del total de la riqueza. En contraste, el 10% más rico de la población mundial posee el 76% de toda la riqueza.
• La desigualdad es una opción política, no una inevitabilidad: Las desigualdades de ingresos y riqueza han ido en aumento en casi todas partes desde la década de 1980, tras una serie de programas dedesregulación y liberalización que adoptaron diferentes formas en diferentes países y que llamamos neoliberalismo. Pero las brechas de desigualdad no han sido uniformes: algunos países han experimentado incrementos espectaculares de la desigualdad (incluidos EE. UU., Rusia e India) mientras que otros (Unión Europea y China) han experimentado aumentos relativamente menores. México, por desgracia, es de los primeros. En este campo, el mundo anda ahora a niveles de principios del siglo pasado.
• Los multimillonarios mundiales han capturado una parte desproporcionada del crecimiento de la riqueza mundial durante las últimas décadas: el 1% más rico de la población mundial se llevó el 38% de toda la riqueza adicional acumulada desde mediados de la década de 1990, mientras que el 50% más pobre capturó solo el 2%. Esta inequidad se debe a una grave asimetría en las tasas de crecimiento entre los segmentos superior e inferior de la distribución de la riqueza. La riqueza de las personas más ricas del mundo ha crecido entre un 6% y un 9% anual desde 1995, mientras que la riqueza promedio ha aumentado un 3,2% anual.
• Las desigualdades de género siguen siendo considerables a nivel mundial y el progreso dentro de los países es demasiado lento, en perjuicio siempre de las mujeres. En un mundo con igualdad total, las mujeres se llevarían el 50% de los ingresos laborales, pero ahora sólo obtienen el 35%.
• El caso de México lo hace uno de los países más desiguales del mundo: El ingreso promedio anual del uno por ciento de los mexicanos más acaudalados es 141 veces mayor que el que percibe la mitad de la población que se encuentre entre la parte media y baja de la pirámide social. Esa desigualdad de ingresos se agudiza en cuanto a la riqueza, pues el 78.7% de la riqueza total del país está en manos de un 10% de la población y de éste grupo, el uno por ciento concentra el 46.9% de la riqueza nacional.
• No todos contaminamos igual: el 10% más alto de los emisores de CO2 es responsable de cerca del 50% de todas las emisiones, mientras que el 50% inferior produce sólo el 12% del total. No sólo los ricos de los países ricos; también los ricos de los países medios y de los países pobres emiten mucho más carbono que los pobres de sus países. A mayores ingreso y riqueza, mayor contaminación.
• Sí hay vacuna contra la desigualdad mundial, concluye el informe: Redistribuir la riqueza para invertir en el futuro. Muestra varias políticas que podrían ayudar a ello: establecer un modesto impuesto progresivo sobre el patrimonio de los multimillonarios del planeta para reinvertir en salud, educación y transición ecológica globales. Así lo hicieron los países de Europa del Norte durante décadas y les funcionó.

La pandemia ha impedido avanzar con solidez en el combate a la desigualdad en México. Sin embargo, gracias a los programas del Gobierno Federal,  de transferencias a personas mayores, a personas con discapacidad y a las becas para estudiantes pobres, no se agravó como hubiera sucedido con los gobiernos neoliberales. Y lo que propuso el Presidente López Obrador en su intervención en el Consejo de Seguridad de la ONU es, precisamente, parte de las políticas que sugiere el citado informe, que aunque sea en su resumen ejecutivo nadie puede perderse. (https://bit.ly/3DJpwjO)

Nivelar las enormes brechas sociales que nos separan no es sólo cuestión del gobierno, es cuestión de todas las personas.

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