Obispos de Ciudad Juárez, El Paso y Las Cruces se pronuncian por la libertad de los hombres y mujeres de emigrar por una mejor vida
Rodeados de migrantes, los religiosos montan altar en ambos lados de la frontera desde donde piden que los que emigran no sean utilizados por los políticos
Texto y fotografías: Rocío Gallegos
La Verdad
Ciudad Juárez – Con una bandera de Estados Unidos sostenida con sus manos Irvin Astún Pérez, un migrante hondureño, se apostó frente a la valla metálica instalada como línea divisoria entre México y Estados Unidos, a la altura de Anapra y Sunland Park, para rezar por los que han muerto en su intento de cruzar al vecino país del norte y también por los que van en el camino.
Él lleva ese destino. “Voy pa’allá” respondió cuando se le preguntó porque carga esa bandera. Hace cuatro días llegó a Ciudad Juárez y espera estar aquí hasta que pueda cruzar hacia Estados Unidos. El pasado 12 de septiembre salió de Santa Barbara, Honduras. Huye de la pobreza, aseguró.
A su lado está Jesús Vera, de Chiapas, con la bandera de Cuba; José, con la de Perú y así al menos otros doce migrantes que cargan las banderas de los países latinoamericanos. Unos son deportados y otros con migrantes en la espera de cruzar, pero todos se unieron a la misa binacional celebrada hoy por los obispos de Ciudad Juárez, Chihuahua, El Paso, Texas y Las Cruces, Nuevo México.
Ahí los líderes religiosos de las tres comunidades fronterizas se pronunciaron – en español e inglés – porque todo hombre, mujer y niños tengan la libertad de emigrar, según la necesidad para mejorar sus vidas.
“Pedimos por nuestros migrantes difuntos, pero también por aquellos que caminan para cruzar de un país a otro” afirmó José Guadalupe Torres Campo, obispo de Ciudad Juárez”. Todos somos migrantes, todos vamos caminando”.
El obispo Mark Seitz, de la diócesis de El Paso, llamó a orar por los que huyen de sus países, para que los políticos no los usen”.
“Estamos llamado a ser amigos, la rivalidad entre nosotros no es una solución a nuestros problemas, causa más problemas” afirmó, mientras fieles de su comunidad cargaban letreros donde se leía “bridges not wall” “stop militarizing our border”. De este lado, en los letreros se podía leer “nadie es ilegal, migrantes somos todos”, “todos somos honduras” y “#migrar no es un delito”.
En tanto que el obispo emérito de Las Cruces, Ricardo Ramírez dijo que los que están llegando de Centroamérica tiene derecho a buscar asilo, a tener refugio y llamó al pueblo estadunidense a ejercer la hospitalidad.
Los tres obispos oraron al pie de la valla metálica que divide los dos países. Se estrecharon sus manos entre los barrotes y colocaron bocinas para que sus palabras se escucharan en ambos lados de frontera.
Desde ese lugar, entre tierra arenosa, los obispos oficiaron misa. Acompañados de religiosos y fieles de sus comunidades en ambos países, cantaron alabanzas, imploraron a Dios por los migrantes muertos y los que salen ahora de sus países para llegar a EU. También mostraron los símbolos, que dijeron, representan el caminar de los migrantes: la cruz, banderas, una mochila, guaraches, agua, comida, entre otros.
La celebración de una misa en este punto de la frontera entre Estados Unidos y México comenzó en 1998.
Aunque en los dos últimos años se celebró sobre el Río Bravo, a unos metros de la estructura del puente internacional Paso del Norte, debido a que en las inmediaciones de la frontera de Anapra y Sunland Park se llevaban a cabo trabajos para sustituir la cerca fronteriza de alambre por una valla metálica. Hoy regresó a ese lugar.
En esta ocasión se sumaron migrantes a la liturgia, unos recién deportados por el gobierno de Estados Unidos y otros que van en camino hacia ese país.
Tal es el caso de Jesús Vera, un hombre originario de Chipas, que apenas el viernes fue deportado por Ciudad Juárez.
Dice que él migró solo cuando tenía casi 10 años, cruzó por Tijuana y llegó a Utah donde se estableció. Ahora en México no sabe qué hacer, por lo pronto recibe refugio en la Casa del Migrante.
En ese mismo lugar se encuentra Irvin Astún, un hondureño de 20 años, que hace 52 día salió de su tierra donde trabajaba en la pisca de café. Dijo que quiere llegar a Mississippi, donde lo espera una sobrina.
“Quiero hacer dólares” afirmó para luego continuar el rezo encabezado por los obispos.
EN VIVO | Misa binacional por los migrantes en el Muro metálico instalado en la línea divisoria entre México- EU en la zona Anapra, CiudadJuárez- Sunland Park, Nuevo México
Posted by La Verdad Juárez on Saturday, November 3, 2018
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