Opinión

Participación política o participación ciudadana




diciembre 12, 2019

Gerardo Cortinas Murra

Chihuahua, Chihuahua –La presente colaboración editorial tiene como finalidad señalar las diferencias entre participación política y participación electoral; lo anterior, toda vez que, en el contexto de la degradación paulatina del sistema de partidos, los actores políticos son muy propensos a mezclar y/o confundir ambos conceptos.

Más aún, cuando hace unos días se creó una agrupación (‘Colectivo Ciudadano’) con un evidente propósito electorero; y cuya nomenclatura sugiere que se está en presencia de una supuesta participación ciudadana; pero que en realidad, es ajena por completo a la esencia de este tipo actividad.

So pretexto de una nula representatividad política, por parte de los gobernantes electos a través del sufragio popular, esta nueva agrupación político-electoral pretende darle “un papel protagónico a la sociedad para impulsar desde la sociedad nuevas formas de participación en los temas políticos, sociales y de gobierno”.

En otras palabras, desde la óptica de sus socios fundadores, los chihuahuenses somos testigos del “nacimiento de un movimiento social que realmente abandera los pensamientos (sic) de la sociedad chihuahuense…”.

Sin embargo, resulta evidente que la pretensión de esta reunión coyuntural de reconocidos políticos locales (entre ellos, el actual presidente municipal de Juárez, Armando Cabada, y ex expresidente municipal de Chihuahua Capital, Marco Quezada) es crear un inminente bloque de candidatos independientes, con miras a la elección local del 2021.

Sobre esto, el presidente municipal de Parral Alfredo Lozoya, declaró de manera tajante, “que por el momento no formo parte del ‘Colectivo Ciudadano’; ya que hasta el momento no he sostenido pláticas formales con quienes lo encabezan respecto de una posible participación y los pormenores de dicha asociación”.

Por ello, deben precisarse, nítidamente, las diferencias entre la participación político-electoral de los ciudadanos y la participación ciudadana, propiamente dicha.

Al respecto, en el Diccionario Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos encontramos las siguientes referencias: “El rol de las elecciones (competitivas) en los sistemas democráticos es fundamental”.

“En primer lugar, las elecciones constituyen la base del concepto ‘democracia’. Hay democracia cuando los detentadores del poder son elegidos popularmente en una lucha abierta y libre por el poder, En segundo lugar, las elecciones son la fuente de legitimación tanto del sistema político, como de sus líderes o dirigentes”.

A mi parecer, la participación ciudadana puede ser de dos tipos: POLÍTICA (o de control de gobierno) y ELECTORAL (o de renovación republicana). Ambos tipos de participación ciudadana tienen diferencias notables que la distinguen una de otra:

En primer lugar, la participación política se expresa como una forma de oposición en contra de la actividad de los gobernantes, es decir, como un enfrentamiento ante el poder público ya sea federal, estatal o municipal. A su vez, la participación electoral se realiza como una colaboración conjunta con los órganos electorales.

La participación política, aun cuando puede expresarse en un solo acto, la mayoría de las veces se manifiesta en diversos momentos; en cambio, la participación electoral se da en un acto singular: se limita a la emisión del voto.

En México no existe el voto corporativo; en consecuencia, la participación electoral de la ciudadanía es individual; la participación política tiende a ser, por su naturaleza, eminentemente colectiva.

La participación electoral es institucional y previsible: se realiza y se agota el día de la jornada electoral; A su vez, la participación política, se manifiesta con posterioridad a la publicidad o realización de un acto de gobierno y, por lo tanto, resulta imprevisible.

En cuanto a su finalidad, ambos tipos de participación difieren por completo: La participación política tiene como objetivo primordial ejercer control sobre determinados actos de gobierno que se consideran injustos o perjudiciales. En cambio, la emisión del voto satisface el principio republicano de gobierno: la renovación periódica y pacífica de los gobernantes.

En cuanto al resultado final, la participación electoral conlleva un resultado preciso: la asunción al poder de los nuevos gobernantes.

Por su parte, la participación política no garantiza, en la mayoría de los casos, la obtención del cambio previsto de las políticas públicas combatidas.

Así las cosas, no me queda la menor duda de que sestamos en presencia de actos anticipados de campaña, disfrazados de activismo ciudadano. Algo así, como una especie de ‘elecciones primarias’, para medir los índices de preferencia de la ciudadanía en comparación a los posibles candidatos de los partidos políticos.

Yo me pregunto: ¿Acaso, un presidente municipal podría realizar o sumarse a actos de reclamo social en contra de su propia administración municipal? Por supuesto que no…

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