Diputados de Colima, Tamaulipas, Tabasco, Guanajuato y Ciudad de México presentarán iniciativas similares a la oaxaqueña para prohibir venta de bebidas zucaradas y comida ultraprocesada a niñas, niños y adolescentes
Texto: Kennia Velázquez / PopLab.
Guanajuato– La semana pasada Oaxaca sentó un precedente en torno a la promoción de alimentación saludable para los niños en toda la región. El estado ubicado al sur de México se convirtió en el primero de este país y de toda América Latina en impedir la venta, regalo, distribución o cualquier forma de suministro a menores de edad de bebidas azucaradas y alimentos con alto contenido de azúcar. La iniciativa, aprobada por el Congreso local, ocurrió en la semana que México superó los 52 mil fallecidos por covid-19. Diputados de otros estados como Colima, Tamaulipas, Tabasco, Guanajuato y Ciudad de México han externado su intención de presentar iniciativas similares a la oaxaqueña que ha sido aplaudida por la Organización de las Naciones Unidas, académicos y activistas.
La norma aprobada por el Congreso suma un artículo a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Oaxaca e implementa sanciones administrativas con el fin de eliminar algunas formas de malnutrición. La norma prohíbe la distribución de «aquellos alimentos que excedan los límites máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas trans y sodio añadidos, conforme a la Norma Oficial Mexicana correspondiente». La medida restringe también la venta de estos productos en escuelas de nivel básico y medio superior.
En este estado ubicado al sur de México, 37 de cada 100 habitantes hablan alguna de las 16 lenguas indígenas, y es además una de las regiones con más altos grados de marginación y pobreza. Oaxaca ocupa el segundo lugar del país con más obesidad en adultos y el primer lugar con obesidad infantil, el 28 por ciento de las niñas y niños de entre 5 y 11 años tienen exceso de peso.
El 85 por ciento de los menores de edad en México consume cotidianamente bebidas azucaradas y el 64 por ciento frituras, dulces y postres. Las cifras recientes de la pandemia señalan que el 73 por ciento de los mexicanos que han muerto por covid-19 tenían al menos alguna enfermedad relacionada con el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados, informó la Secretaría de Salud.
Pero las enfermedades relacionadas con la mala alimentación ya eran un problema antes del nuevo coronavirus, el subsecretario de Salud Hugo López Gatell reveló que en 2018, el 7 por ciento de las muertes derivaron del consumo de productos ultraprocesados. La Unicef ha pedido a las autoridades de todos los niveles que no acepten donativos de productos ultraprocesados, dándole prioridad a los alimentos naturales y frescos.
El rechazo de las empresas
Las cámaras empresariales se manifestaron en contra, reclamando la falta de diálogo. Pero además consideran que «esta medida no genera acciones reales para atacar el problema de raíz». También aseguran que se dañará a los pequeños comercios que obtienen la mayor parte de sus ingresos de la venta de estos productos. La Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) anunció que pedirá al gobierno estatal, encabezado por Alejandro Murat que vete o congele la medida.
El 1 de octubre entrará en funcionamiento en México el etiquetado frontal de advertencia, medida que productores han intentado postergar. Las fricciones entre la industria y el gobierno federal se han incrementado luego de que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, vocero oficial de en temas de covid-19, ha señalado los riesgos del consumo de comida chatarra y la vulnerabilidad de las personas con enfermedades crónicas frente al nuevo coronavirus. La autoridad sanitaria ha llamado a las bebidas azucaradas “veneno embotellado”, lo que ha generado una amplia discusión en todos los sectores sobre los efectos del consumo de productos ultraprocesados.
La nueva ley pone a los productos ultraprocesados al mismo nivel que el tabaco y las bebidas alcohólicas.
Para el doctor Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, “la comida chatarra es muy peligrosa porque la gente no la percibe como tal y por eso hay un mayor consumo en grupos vulnerables como el de los niños. Estos productos matan más mexicanos que el covid-19 y los que mata el consumo del alcohol. Estos estilos de vida pocos saludables generan una carga al país gigantesca y si deben ser puestos en el mismo nivel”, precisó.
El también investigador del Instituto Nacional de Salud Pública cree que este tipo de acciones firmes, como la norma impulsada por Oaxaca, se deben implementar por la gran carga social y a la economía representan las enfermedades crónicas en países como México. En este país por lo menos el 10% de los adultos padece diabetes y 18% hipertensión.
Simón Barquera recuerda que para “los niños que aprenden a comer alimentos hiperpalatables (ultraprocesados), con colorantes, es muy difícil que después cuando sean adultos se alimenten saludablemente. Por eso la industria de la comida chatarra dirige su publicidad a estos grupos porque se convierten luego en clientes cautivos”.
Concuerda con ello Alejandro Calvillo, director de la organización Poder del Consumidor, y señala que medidas como la de Oaxaca “serían una manera de contrarrestar las estrategias de las grandes compañías que invierten miles de millones en publicidad para llevar a los niños a comprar sus productos”. También recuerda que hay otra epidemia que están viviendo los menores por el alto consumo de azúcares y harinas refinadas: la caries dental que afecta al 95 por ciento de los niños.
Juan Martín Pérez, director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México, también saludó la medida en Oaxaca y recordó que “el interés superior de la niñez está por encima de cualquier otro, entre ellos los económicos y empresariales. Aunque se considera una política paternalista, no es lo deseable, pero atendiendo la urgencia sanitaria que tenemos, es pertinente que este tipo de medidas se den”.
México la diabetes es una enfermedad considerada como epidemia nacional por sus tasas elevadas.
La diputada priista Yarith Tannos que votó en contra de la medida, dijo que la aprobación sin consultar a los diferentes sectores es una acción dictatorial.
“Estamos a favor de la salud de la población infantil, sin embargo el prohibir la distribución, venta, regalar o suministrar a menores de edad bebidas azucaradas de alto contenido calórico en un momento trágico que hoy estamos viviendo a causa de la covid-19 es un gran golpe para las empresas oaxaqueñas golpeadas por la crisis económica y de salud”, cuestionó.
La diabetes y otras enfermedades asociadas a la mala alimentación son consideradas epidemias en México. En la serie investigativa «Los dueños de la comida», liderada por OjoPúblico, precisamente se detalla cómo según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada ciudadano de este país compra en promedio 214 kilos de productos ultraprocesados y 185 litros de gaseosas al año en promedio: casi el doble del consumo promedio en Brasil y Colombia. México es el país de América Latina que más demanda estos productos.
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