El presidente López Obrador hoy comienza a sentir los efectos de odios históricos. La aparición de un video que muestra a su hermano recibiendo dinero es una cachetada con guante blanco
Miguel Ángel Sosa
Twitter: @Mik3_Sosa
La venganza no es buena, todos lo saben. Genera rencores que nublan el criterio y pone en riesgo los planes, al desviar los objetivos a causa de impulsos viscerales.
El presidente López Obrador hoy comienza a sentir los efectos de esos odios históricos. La aparición de un video que muestra a su hermano recibiendo dinero es una cachetada con guante blanco.
Escupir para arriba nunca ha sido recomendable. O como todos conocen: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Lo mismo aplica para los ahora tan recurrentes video escándalos.
Este espectáculo recuerda fichas de dominó cayendo consecutivamente, en donde bien puede aparecer una que exponga a los adversarios u otra que embarre al propio círculo.
Al explicarlas como ”contribuciones”, el titular del Ejecutivo intentó minimizar la ofensa pública. En una de las imágenes, su hermano Pío recibe un sobre con casi medio millón de pesos en efectivo, dinero del que tendrá que explicarse tanto origen como destino.
Muchos recordaron su parecido con el controversial exalcalde de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez “Layín”, por aquello de que sí robaba… pero poquito. ¡Menos mal!, dijeron algunos.
Y para colmo, sale de nueva cuenta a relucir el Partido Verde, ya que podría ventilarse que desde el gobierno de Chiapas, Manuel Velasco le entró a la coperacha para el movimiento obradorista.
Pero lo que hizo que muchos alzarán la ceja fue que el propio David León, ex titular de Protección Civil federal y coestelar de Pío López Obrador en los videos de las “contribuciones”, fue quien supuestamente los grabó a escondidas.
Con esos amigos para qué quieres enemigos. Y si alguien tiene alguna duda de que la elección del 2021 ya inició desde hace rato, prepárense para lo que viene, porque con lo que hasta ahora se ha visto, el enemigo no está enfrente sino en la propia casa.