El Partido Demócrata pretende exorcizar todo el sexismo, machismo y maltrato a las mujeres que se manifestó de diversas maneras en la administración Trump, si mantienen esta visión y compromisos estarán trazando la vía para derrotar a Trump
Víctor M. Quintana S.
De ninguna manera nos es indiferente la elección presidencial en los Estados Unidos. Preguntemos si no, a los migrantes, a los afroamericanos, a los chicanos, a los agricultores de la cuenca del río Bravo, por mencionar algunos, cómo les ha ido con Donald Trump.
Por eso, ahora que se realizaron las respectivas convenciones de los partidos Demócrata y Republicano y que uno y otro tienen ya su candidato a la presidencia, es necesario analizar el rumbo que han elegido Joe Biden y su partido para romperle la reelección a Trump y alivianar un poco –tampoco esperamos lo máximo de los demócratas– a las legiones de damnificados y damnificadas del trumpismo.
El diagnostico de Bernie Sanders
Bernie Sanders, el más radical y autoproclamado socialista de los precandidatos demócratas a la presidencia, ahora generosa y críticamente apoyador de la fórmula Biden-Kamala, caracteriza muy certeramente la muy deteriorada situación de los Estados Unidos luego de casi cuatro años de la administración Trump:
La democracia norteamericana está en peligro: Trump está tratado de impedir que la gente vote por correo, atacando al Servicio Postal de los Estados Unidos; ha empleado a los militares y a agentes federales para reprimir a manifestaciones pacíficas; ha tratado de retrasar la elección y ha declarado que no dejará el cargo si la pierde. Por eso vale la pena trabajar codo a codo con progresistas, con moderados y aun con conservadores para preservar la democracia y la libertad, señala el Senador por Vermont a quien recibimos en Chihuahua en 1993.
Agrega que durante la presenta administración el autoritarismo se ha enraizado en los Estados Unidos. Por eso vale la pena trabajar codo a codo con progresistas, con moderados y aun con conservadores para preservar la democracia y la libertad, señala el Senador por Vermont a quien recibimos en Chihuahua en 1993.
No sólo Trump es una amenaza para la democracia. Por la manera en que se ha enfrentado a la pandemia de COVID-19 ha puesto en peligro las vidas y la salud del pueblo norteamericano. Ha atacado a los doctores y a los científicos al tiempo que rehúsa tomar acciones efectivas para producir el equipo y el vestuario que necesitan desesperadamente las personas que trabajan en servicios de salud.
Mientras mueren más de 170 mil norteamericanos a causa de la pandemia, Trump juega al golf. Y la nación sigue sin estar preparada para detener la expansión del virus.
En el plano económico, la negligencia de la administración Trump ha exacerbado la crisis. Desde que comenzó la pandemia 30 millones de personas se han quedado sin empleo y muchas han perdido su seguro de salud. Millones de familias de la clase trabajadora se preguntan si tendrán que dar de comer a sus hijos y si no serán desalojados de su vivienda.
Ante todo está el hecho de que Trump emite órdenes ejecutivas fraudulentas que no resuelven la crisis a la vez que amenazan el futuro de la seguridad social y del Medicare.
Al tiempo que los Estados Unidos enfrentan la peor crisis de salud pública en 100 años y el peor colapso económico desde la Gran Depresión de 1922, sufren un racismo sistémico y una gran amenaza para el planeta por el cambio climático. En medio de esto el presidente no sólo es incapaz de manejar estas crisis, sino está llevando al país al autoritarismo.
Los compromisos de Joe Biden
Algunos de los compromisos que, tanto el autoritarismo y el elitismo de Trump como el giro hacia la izquierda de la mayoría de los precandidatos demócratas han logrado que retome Biden son:
Apoyar el incremento del salario mínimo a 15 dólares la hora. Esto dará a 40 millones de trabajadores un significativo aumento de su paga. Al mismo tiempo Biden facilitará a los trabajadores afiliarse a sindicatos. Se establecerá un mínimo de 12 semanas de paga al dejar un empleo.
Por otro lado, se compromete a financiar el cuidado universal para niños de 3 y 4 años, haciéndolo asequible para millones de familias.
Otro compromiso de Biden es reconstruir la infraestructura cada vez más avejentada y combatir la amenaza del cambio climático llevando al país a que en un plazo de 15 años sólo se utilice electricidad proveniente de fuentes limpias. Esto va a generar millones de empleos bien pagados en todo el país.
Los Estados Unidos son el único país del mundo industrializado que no garantiza servicios de salud para toda la gente. Biden planea expandir este servicio y bajar el costo de los medicamentos de patente al mismo tiempo que reducirá la elegibilidad para recibir el Servicio Medicare de 65 a 60 años.
Una reforma importante en un país de prisiones atestadas y concesionadas: Biden se ha comprometido a terminar con las prisiones privadas y centros de detención, las fianzas en efectivo y la perversa vía que conduce de la escuela a la prisión.
Pero, sobre todo, lo que las personas más progresistas del partido Demócrata esperan de Biden es que sane el espíritu de los Estados Unidos. Que detenga la satanización de los migrantes, el apoyo a los nacionalistas blancos, el azuzar el racismo y los ataques a las mujeres.
Kamala Harris
La elección de la senadora por California, Kamala Harris, no es nada casual en este contexto. Cuando la era Trump ha marcado un retorno o vuelta a salir a la luz pública del racismo, de la xenofobia, se elige a una mujer, afroamericana, hija de migrantes como la primera candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos con estas características. Ciertamente es una conmemoración factual de la institución del sufragio femenino en los Estados Unidos cuyo centenario se celebró este 26 de agosto.
Kamala es hija de un migrante jamaiquino y una médica de la India, aunque no es de origen popular, pues sus padres fueron exitosos profesionistas, busca retomar el legado de las luchas de las mujeres estadounidenses. Al aceptar la nominación demócrata manifestó:
“Quiero reconocer a todas las mujeres heroicas y ambiciosas que estuvieron antes que yo, cuyo sacrificio, determinación y resistencia hicieron posible que hoy esté aquí”.
Con Kamala Harris como compañera de fórmula de Biden, el Partido Demócrata pretende exorcizar todo el sexismo, machismo y maltrato a las mujeres que se manifestó de diversas maneras en la administración Trump, comenzando con las actitudes del propio presidente.
Dicen los buenos analistas de la política norteamericana: si Biden-Kamala y su partido, mantienen esta visión y compromisos y además, mantienen una vinculación sólida y orgánica con las bases trabajadoras, femeninas y progresistas del partido, estarán trazando la vía para derrotar a Trump.
Si le bajan el tono a estas opciones, tendremos Trump para otros cuatro años. Agárrense….
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