La carrera por la presidencia entre Joe Biden y Donald Trump ha tenido una perspectiva centrada en los asuntos internos de Estados Unidos, haciéndola particularmente “doméstica” en cuanto al interés del electorado
Itzel Ramírez / La Verdad
Con la crisis económica y sanitaria causada por la COVID-19 y con un gobierno centrado en los asuntos internos, la política exterior y diplomacia quedaron al margen de las campañas electorales por la presidencia de Estados Unidos, coincidieron expertos.
Algunas menciones a la guerra comercial con China y cuestionamientos a la separación de familias de migrantes han sido los únicos temas que, en materia de política exterior, atraen tanto al electorado como a los equipos de campaña, coincidieron el exembajador Charles Shapiro y la periodista Rickey Bevington durante una presentación del tour virtual organizado por los Centros de Prensa Extranjera del Departamento de Estado y en cooperación con el Centro Internacional Meridian.
Para el diplomático, la carrera por la presidencia entre Joe Biden y Donald Trump ha tenido una perspectiva centrada en los asuntos internos de Estados Unidos, haciéndola particularmente “doméstica” en cuanto al interés del electorado.
Aunque, apunta Shapiro, hay que considerar el interés que tienen las comunidades de migrantes en la relación que tiene Estados Unidos con sus países de origen.
“Estos grupos que se preocupan más por la política exterior, pero son un porcentaje pequeño del total de la población que puede votar”, señala.
Para ambos expertos, la administración de Donald Trump ha dejado claro que más allá de la guerra comercial con China y de las restricciones migratorias (incluida la construcción del muro fronterizo con México), no hay un interés considerable en la política exterior.
“El presidente Trump y la parte del Partido Republicano que lo apoya se han enfocado en ‘América primero’, y eso significa ignorar al resto del mundo, ignorar nuestras alianzas tradicionales… la infraestructura de relaciones internacionales que, de hecho, Estados Unidos construyó hace 70 años, después de la Segunda Guerra Mundial”, considera Shapiro.
Ello, detalla, incluye la preferencia por las relaciones bilaterales encima de los acuerdos multilaterales, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Organización Mundial de la Salud o la Organización Mundial de Comercio.
El panorama internacional se ha visto todavía más disminuido con el enfoque del gobierno de Trump hacia la democracia interna, coincide Bevington.
“Los estadounidenses no se despiertan necesariamente a mitad de la noche pensando en el poco poder de Estados Unidos en una democracia emergente. Sus pensamientos están enfocados en su voto será contado o no, o su es físicamente seguro ir a las urnas por la posibilidad de que haya milicias armadas ahí.
“Diría que esta experiencia democrática y las complicaciones de votar localmente va a hacer mucho más consciente a los estadounidenses de lo que significa la democracia en otros países”, reflexiona Bevington.
Sobre las medidas de separación de familias de migrantes indocumentados, Shapiro resalta que aunque la mayoría de los estadounidenses está en contra del cruce ilegal de las fronteras, las consecuencias de apartar a niñas y niños migrantes de sus padres -y posteriormente las dificultades para reunirles-, han despertado el rechazo de la sociedad norteamericana.
“Sin importar si eres liberal o conservador, republicano o demócrata, la mayoría de los estadounidenses entiende que eso (la separación de familias) resultó un error. Y creo que la administración Trump se ha puesto en una posición realmente incómoda en ese respecto”, continúa el exembajador.
Aun sin que sea un tema primordial de las campañas, la posición de Estados Unidos como el país económica y políticamente más importante del mundo sí requiere de una revisión de las relaciones internacionales del país norteamericano, consideraron los especialistas.
“Al concentrarnos en nuestros asuntos internos, hemos estado ignorando qué pasa en muchos lugares alrededor del mundo, y no podemos regresar a cómo eran las cosas hace 10 o 20 años atrás; ello va a ser un reto sin importar quién gane esta elección y las subsecuentes”, manifiesta Shapiro.
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