Las platicas entre Estados Unidos y México para lograr la reapertura total de los cruces en su frontera se fueron relegando al tiempo que repuntaron los casos de contagios de coronavirus, por ahora no hay ningún plan para volver a reabrir al tránsito normal
Lauren Villagrán* / El Paso Times
El Paso, Texas – En su escritorio, Ricardo Samaniego tiene una caricatura de cuatro personas en una lancha que se hunde.
Dos, desesperados, de un lado intentan sacar a baldazos el agua, mientras que las otras dos personas se relajan, y una dice: “Cuánto me alegro de que el hoyo no esté de nuestro lado”.
A medida que la frontera se enfrenta al aniversario de un año de restricciones ligadas a la pandemia del COVID-19, el juez del condado de El Paso dice que piensa con frecuencia en esa caricatura.
El juez percibe que la salud de El Paso se vincula inexorablemente con la salud de Juárez – y así también el destino de los que cruzan la frontera.
“Estamos todos en la misma lancha”, dijo. “Si se hunden ellos, nos hundimos todos”.
El 20 de marzo marca la víspera de las restricciones al tránsito no esencial en los puertos de ingreso terrestres, una respuesta sin precedentes a lo que se ha convertido en un desastre a nivel global. A un año – aun cuando Texas abrió de nuevo y por completo su economía estatal– no ha surgido públicamente ningún plan para volver a abrir el cruce de la frontera al tránsito normal.
“Voy por los 30 años en servicio del gobierno y nunca he visto tal cosa”, dijo Héctor Mancha, director de operaciones de campo en El Paso para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CPB por sus siglas en inglés). “¿Qué aspecto tendrá la apertura de las fronteras? Espero que sea un enfoque por fases”.
Los Estados Unidos (EEUU) y México están llevando a cabo discusiones de alto nivel referente a la frontera compartida de 2 mil millas (más de 3 mil 300 kilómetros), indican autoridades de ambos lados de la frontera.
En el verano pasado, las autoridades de CPB hablaban con oficiales de las oficinas de campo referente a los planes futuros para volver a abrir la frontera, explicó Mancha. Pero luego de que en ambos lados se registró por segunda y tercera vez un aumento en los casos de COVID-19 esas discusiones quedaron en nada.
“Tengo muy consciente que en la comunidad en la que vivimos, el ir y venir es cuestión de estilo de vida”, dijo Mancha. “Y eso se lo hemos quitado a la gente, no CPB, sino COVID. En adelante, ¿volverá a ser como era antes del COVID? No ocurrirá de la noche a la mañana. Todos queremos volver a la vida como era antes, pero debemos tener en cuenta lo serio que es el virus COVID-19”.
Las restricciones en la frontera de EEUU –establecidas inicialmente por 30 días y renovadas cada mes, pocos días antes de caducar– han causado dificultades para las comunidades binacionales, separando a familias que se extienden de ambos lados de la división y para el comercio que depende del tránsito entre ambos lados de la frontera.
Las restricciones sólo permiten tránsito “esencial” en los puertos de ingreso terrestres, para empleo, para estudios o para propósitos médicos.
En la práctica, nacionales y residentes permanentes legales estadounidenses han sido considerados “esenciales” y cientos de miles han continuado cruzando la frontera. Las restricciones han privado efectivamente el cruce a los mexicanos con visa de turistas.
La frontera tiene una población de familias con nacionalidades variadas, y las relaciones se han vuelto cada vez más complicadas con las restricciones en la frontera.
Los juarenses que se encargan del cuidado de amigos ancianos o familiares no pueden cruzar al norte. Los de El Paso que quisieran ver a sus padres o a sus abuelos mexicanos tienen que ir a Juárez, porque los seres amados no pueden ir a El Paso. Las parejas que viven una vida binacional se han visto separadas, y en algunos casos separados padres de hijos.
Las restricciones han asestado un golpe fuerte particularmente a las pequeñas empresas.
Los mexicanos que tenían visa de turista antes cruzaban para ir de compras en El Paso en lugar de acudir a los comercios en Juárez, comprando de todo, desde calzado y ropa al por mayor en el centro, hasta vehículos usados o cargas de chatarra para reciclar o vender. Dicha actividad comercial de menor escala se ha visto paralizada por las restricciones.
A comienzos de marzo, el número de vehículos particulares que cruzan se ha visto disminuido en un 37 por ciento, comparado con el mismo punto de hace un año, antes que entraran en vigor las restricciones, dijo Mancha.
El tránsito en la frontera se ha reducido muy por debajo de lo normal durante casi un año, según una compilación de datos realizada por el Border Region Modeling Project, de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP).
El promedio mensual de vehículos personales ronda entre 500 mil y 600 mil los tres últimos meses del año, una reducción de un promedio mensual de aproximadamente 900 mil durante el mismo periodo en el 2019, según el informe de UTEP.
“Sí que necesitamos un plan”, dijo Joe Heyman, director del Center on Inter-American and Border Studies en la Universidad de Texas en El Paso. “En definitiva estamos avanzando con controlar el COVID-19. Nos hace falta un plan para volver a abrir todas las cosas que hacíamos en la vida.
“De hecho no deberíamos entrar sencillamente en una situación en la que clausuramos las relaciones y el movimiento por motivo de inercia – porque así vamos deslizándonos hacia el cierre de la frontera”, indicó. “Tenemos que pensar en cómo vamos a recuperarnos en términos de la salud, pero también en términos de la sociedad”.
Sin plan ni señales
Los representantes de los estados de la frontera en Washington han pedido por meses una estrategia que se haga pública en cuanto a volver a operaciones normales en los puertos de entrada terrestres.
En octubre, un grupo bipartita que incluía los senadores republicanos John Cornyn, de Texas, y Kyrsten Sinema, de Arizona, y los representantes Henry Cuéllar (D-Laredo) y Will Hurd (R-El Paso) le pidió al Department of Homeland Security (DHS) que desarrollara un plan.
“DHS ha provisto muy poca información pública referente a cómo sopesó los costos y los beneficios de estas restricciones al tránsito extendidas”, escribió el grupo de legisladores en su carta.
“Además, el DHS no ha articulado ningún plan en público para volver a operaciones normales ni ha establecido ningún hito para alcanzar obligatoriamente antes que las restricciones puedan aligerarse parcialmente o levantarse por completo”, aseveraron.
“Si bien comprendemos que el DHS se encuentra actualmente obligado a adaptarse a una situación que cambia constantemente, los cuatro estados de la frontera suroeste – Texas, Nuevo México, Arizona y California – han desarrollado planes para volver a abrirse por fases. El DHS debería desarrollar el mismo tipo de plan para mejor darles a las comunidades locales una idea fundamental de qué deben esperar en los meses venideros”.
Según la oficina de Cornyn, todavía no ha habido respuesta alguna de DHS.
Cronología de la pandemia en Ciudad Juárez y El Paso
La representante Verónica Escobar (D-El Paso) ha abogando por establecer una estrategia pública binacional de salud que trataría a la región de la frontera como una sola comunidad.
Presentó un proyecto de ley este mes, llamado Binational Health Strategies Act, actualizado de una versión previa presentada el año pasado.
“México no logró mucho con rastrear ni con mitigar el COVID”, dijo representante Verónica Escobar. “Lo cual me preocupó mucho a mí y a todos los que estamos en la frontera. Ausentes las pruebas, el rastreo de contactos y un plan de mitigación, se cerró la frontera. Eso no le hace ningún bien a nuestra región”.
La ley H.R. 1538 pide que la Comisión Fronteriza Estados Unidos-México, con la anuencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), desarrolle un plan estratégico binacional que atienda al COVID-19 en la frontera “con un enfoque en las pruebas, el rastreo de contactos y 18 medidas más de prevención y control de las infecciones”.
El proyecto de ley también pide un plan para que EEUU distribuya la vacuna por la región fronteriza entre los Estados Unidos y México, “tomando en cuenta las varias poblaciones vulnerables en la región”.
“Es frustrante que esté cerrada la frontera”, dijo la representante. “Créame, yo hubiera querido que tuviéramos un plan hace un año. No teníamos entonces un gobierno que tuviera interés en eso”.
El HHS no respondió a múltiples solicitudes de entrevistas para comentar sobre el cierre de la frontera y sobre el rol de la Comisión en mantener la salud pública en la región.
Las opciones para volver a abrir
Roberto Velasco, subsecretario para América del Norte de la cancillería mexicana, le dijo el mes pasado al periódico San Diego Union-Tribune que Estados Unidos y México ya están colaborado para elaborar un plan de reapertura.
México nunca cerró ampliamente sus puertos de ingreso al tránsito en dirección sur, tampoco contra los conductores nacionales de Estados Unidos.
Sin embargo, ese país ha colaborado con los cierres impuestos por Estados Unidos, incluso hasta con anunciar la continuación de las restricciones por Twitter, antes que lo anunciara DHS.
Velasco dijo que cada mes los dos países revisan datos referentes a la pandemia en estados de la frontera y toman una decisión sobre continuar o no con las restricciones en los puertos de ingreso terrestres.
“Seguimos sin tener el plan al punto de poder compartirlo con el público”, le dijo al Union-Tribune.
“Pero sí, una de las opciones que se analiza es en qué podría consistir una reapertura gradual, que fuera por etapas, por localidades o por estados, etcétera. Se evalúan distintas opciones”.
El presidente Joe Biden subrayó la cooperación con México en su primera llamada bilateral por video con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
“Entre nuestras naciones hay una larga y complicada historia, y no siempre hemos sido el vecino perfecto el uno con el otro, pero hemos visto una y otra vez el poder y el propósito cuando sí cooperamos”, dijo Biden.
“Y cuando colaboramos, estamos más protegidos, sea con abordar los retos de nuestra frontera compartida o con controlar esta pandemia”, añadió.
Mientras tanto, en lo que siguen esperando noticias los residentes de la frontera, Samaniego dijo que las autoridades locales están haciendo lo posible por cooperar y compartir información.
Una contingente de la autoridad de salud del estado de Chihuahua cruzó la frontera por motivos oficiales recientemente.
Llegó para determinar cómo la ciudad de El Paso y las autoridades de salud del condado están manejando en conjunto la distribución de la vacuna.
“Lo que me gustaría ver es que compartamos las mejores prácticas con Juárez y Chihuahua”, dijo Samaniego.
“La respuesta no es cerrar la frontera”, dijo. “La respuesta es tratarla como una región”.
*Comuníquese con Lauren Villagrán en lvillagran@elpasotimes.com.
Puedes leer esta historia en inglés aquí
***
Esta contenido fue producida como parte de Puente News Collaborative, una asociación binacional de organizaciones de noticias en Ciudad Juárez y El Paso, de la que forma parte La Verdad
__________________________