Esta es una investigación de El Colegio de la Frontera Norte realizada por Jairo Elí Valdez Bátiz. En él se intenta analizar las condiciones desde las que sucede el ingreso de las y los jóvenes al narcotráfico en la ciudad de Culiacán
Texto y foto: Revista Espejo
SINALOA.- “Yo solo quería ser piloto: Incorporación de los jóvenes al narcotráfico en Culiacán”, es una investigación de El Colegio de la Frontera Norte realizada por Jairo Elí Valdez Bátiz. En él se intenta analizar las condiciones desde las que sucede el ingreso de las y los jóvenes al narcotráfico en la ciudad de Culiacán.
A partir de un trabajo de campo realizando entrevistas cara a cara con jóvenes, el académico comienza a captar indicios para comprender el fenómeno y todo lo que implica en narcotráfico y sus prácticas sociales en nuestra entidad.
“En el presente trabajo se analiza el fenómeno del narcotráfico desde una perspectiva cultural. Esto permite aproximarse al fenómeno desde el marco cultural culiacanense y a través de la configuración y reconfiguración de espacios y de prácticas cotidianas”, se lee en la tesis.
¿Cuáles son los motivos de la incorporación de las y los jóvenes a los grupos del narcotráfico?, ¿Cómo sucede el inicio, el conocimiento, el ofrecimiento y la negociación entre los jóvenes y las redes de narcotráfico para incorporarse a sus grupos?, ¿Bajo qué elementos las y los jóvenes argumentan su permanencia dentro del narcotráfico? Estas son algunas preguntar de arranque en las que Jairo Elí se sustenta para comprobar sus hipótesis.
Entre algunas posibles respuestas se encuentran el bajo nivel de vida, la precariedad laboral y la falta de cobertura educativa; las y los jóvenes se incorporaran al narcotráfico, comenta, por factores como la búsqueda de superación personal, el deseo de incrementar sus ingresos económicos y la obtención de reconocimiento social, entre muchas otras cuestiones.
Entre las entrevistas destacadas se encuentran la de Roberto, un joven de Culiacán que se dedica a transportar cargamentos de droga en avionetas, es piloto aviador. Su primer viaje lo realizó cuando tenía 24 años, pero su contacto con el crimen organizado se dio a los 14, por medio de un amigo de él que lo contactó con su tío. El joven comenzó lavando avionetas, ya que esta actividad no representaba incurrir en algo ilegal, sin embargo fue ascendiendo hasta convertirse en piloto.
También está el caso de Martha, una chica de 27 años que es administradora de profesión, casada y con dos hijos. Ella proviene de una familia de profesionistas, sus padres se desempeñan como docentes en la universidad. Martha se dedica a administrar negocios y lavar dinero proveniente del tráfico de drogas. Ingresó a la organización a través de su pareja, ya que él se dedicaba a la logística y al cobro de cargamentos.
La joven argumenta que ella siempre quiso desarrollarse laboralmente y si bien su pareja siempre ha sido proveedor de la familia, siempre aspiró a ejercer su carrera profesional.
Retomando las respuestas de los entrevistados, se puede afirmar, comenta el autor, que los motivos por los cuales las y los jóvenes deciden involucrarse en el narcotráfico son variados, aunque existe un consenso sobre el dinero como principal motivo de incorporación a dichos grupos delictivos.
Los jóvenes se ven atraídos hacia este fenómeno con el objetivo de satisfacer sus necesidades económicas. No obstante, también entran en juego otros factores sociales. La incorporación de algunas y algunos jóvenes, por ejemplo, es para realizar actividades como volar aviones o trabajar en empresas, laboratorios, mismas que para la mayoría de los entrevistados resultaría muy complicado realizarlas por otros medios.
En conclusión, el investigador asegura que aparte de los factores económicos, pueden notarse puntos que se desprenden de las estructuras sociales, como la cultural, las construcciones de género y la condición juvenil.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Revista Espejo que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.