El diario Reforma y el grupo empresarial que representa pretenden construir la candidatura presidencial de Luis Donaldo Colosio Riojas. El mayor mérito de ese proyecto es el apellido. Un resbaloso escenario marcado por la tarde de 1994 en Lomas Taurinas
Alberto Najar
@anajarnajar
La noche del 23 de marzo de 1994 un reportero llegó feliz a su hotel en Tijuana, Baja California, cargado de bolsas de sus compras en San Diego.
En el teléfono de su habitación parpadeaba la luz que avisa de mensajes pendientes. La grabación pedía que se comunicara urgentemente a su periódico en el entonces Distrito Federal.
El periodista había sido enviado a cubrir la etapa en esa ciudad fronteriza en la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio.
Fastidiado llamó a la redacción y de inmediato escuchó un reclamo. “¿Qué pasó con la nota de Colosio?”.
Con fastidio respondió: hacía varias horas que la había enviado. “La mandé desde la mañana, manito”.
El interlocutor respondió con enojo. “Esa no, queremos la nota del atentado”.
En ese momento el periodista supo que el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) había sido herido en un mitin vespertino y para ese momento agonizaba en un hospital.
Ya no fue necesario enviar la historia. El jefe de información ordenó al reportero que regresara en el primer vuelo a la capital del país.
Recuerdo la historia ahora que el hijo del malogrado candidato protagoniza una de las más recientes controversias políticas.
A principios de diciembre, el diario Reforma publicó una encuesta donde Luis Donaldo Colosio Riojas aparece en el tercer lugar de las preferencias hacia la elección presidencial de 2024.
Según la publicación el alcalde de Monterrey, Nuevo León, es el tercero en una lista que encabeza la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y después el canciller Marcelo Ebrard.
Colosio Riojas contaría con mayor respaldo que Ricardo Anaya, excandidato presidencial y vinculado al escándalo de sobornos de Odebrecht.
La encuesta desató polémica. Fuera de Nuevo León, y probablemente de Monterrey, el joven político es escasamente conocido.
Antes de las elecciones de junio pasado su nombre aparecía de vez en vez en alguna columna política. De hecho, las menciones a los comicios de la entidad norteña se referían sobre todo al candidato a gobernador, Samuel García.
Pero de Colosio lo más recordado era el destino de Luis Donado padre.
Y a veces también el discurso que pronunció el 6 de marzo de 1994, cuando criticó el legado de Carlos Salinas de Gortari.
Las referencias, empero, se refieren al candidato presidencial, no a su hijo quien en 27 años no ha participado en los homenajes luctuosos que organiza el PRI en la capital mexicana.
Colosio Riojas ha mantenido un perfil muy bajo e inclusive en alguna ocasión aseguró que no le interesaba la política.
Hace algunos años cambió de opinión y ahora es el presidente municipal de Monterrey, la tercera ciudad más importante del país.
Ganó la elección sin problemas. Es claro que los regiomontanos consideran que tiene suficientes cualidades para ser un buen gobernante.
Pero de eso a tener posibilidades de contender seriamente por la presidencia de México hay un largo camino.
De entrada, para ganar la elección federal de 2024 Colosio Riojas necesitaría cien veces más votos que los 230 mil que recibió el pasado 6 de junio.
Basta mirar los resultados de la elección presidencial de 2018 para entender la dimensión del reto.
Por ejemplo, Andrés Manuel López Obrador ganó con poco más de 30 millones de votos.
El competidor más cercano, Ricardo Anaya Cortés, obtuvo 12 millones de sufragios y el tercer lugar, José Antonio Meade, acumuló nueve millones de votos.
¿Se pueden conseguir? Sí, aunque en la historia política de México no hay ejemplos de que un recién llegado, por sí solo, se convierta en presidente de la República.
El caso más parecido sería Ernesto Zedillo, quien tuvo una carrera relativamente corta en la política.
Pero él fue secretario de Educación en el gobierno de Carlos Salinas, y tras el magnicidio de Colosio fue postulado como candidato de lo todavía era un partido de Estado, el PRI.
De hecho, excepto López Obrador todos los presidentes mexicanos han sido parte de las mismas élites políticas. Eso incluye a los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.
El mismo sistema al que perteneció Luis Donaldo Colosio Murrieta. De hecho, él fue entrenado para mantener el modelo político que estableció su protector, Carlos Salinas de Gortari.
No está claro, pues, el afán de meter en el debate político nacional al presidente municipal.
Una lectura es que se trata del candidato del Grupo Monterrey donde participan algunos de los empresarios más afectados con la política fiscal y anticorrupción de la 4T.
A este círculo pertenece Alejandro Junco, fundador y propietario de Grupo Reforma. Colosio sería el relevo de aquellos a quienes en distintos momentos impulsaron con la esperanza de crear una figura capaz de enfrentar a López Obrador.
Sería entonces la propuesta del empresariado que con esta decisión parecieran emprender su propia ruta en la contienda electoral, ajena a los partidos de oposición que tanto les sirvieron en el pasado, pero que siguen en la lona tras los comicios de 2018.
Para ellos sería necesario construir una imagen nacional como ya ha iniciado el diario Reforma.
Pero el resultado sería una especie de producto comercial, más parecido a una mercancía de consumo popular que una auténtica candidatura política.
El ejemplo más cercano es Enrique Peña Nieto.
Ciertamente, hasta ahora se conoce poco de las propuestas y el trabajo político de Colosio Riojas.
Habrá que ver su desempeño en el Ayuntamiento de Monterrey. Pero no es lo mismo gobernar un municipio que el resto del país. Y la vida en casi todo México es muy distinta a la de la capital de Nuevo León.
Así, el valor más importante de ese intento de candidatura presidencial es el apellido Colosio.
Pero es un terreno resbaloso. El mayor mérito de Luis Donaldo padre fue haber sido un eficiente funcionario en el salinismo.
Era negociador, amable, inteligente, una buena persona. Tenía mejores intenciones, pero quedaron en eso.
La tarde del 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas se cortaron las esperanzas de concretar la promesa de un buen proyecto político.
Así, cualquier intento por construir una eventual candidatura presidencial con base en la herencia política y el apellido Colosio debe tener en cuenta todos los escenarios.
Porque en las filas del anti obradorismo que pretendería unificar un proyecto contrario a la 4T, hay quienes creen fielmente en el valor de los mártires.
Y con eso no se juega, por más odio y clasismo que exista entre los opositores.
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Alberto Najar. Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service. Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.