Hay una nueva sección en la conferencia de prensa mañanera: un informe mensual sobre la salud de la economía. No es un recuento de números: se trata de un mensaje de calma a los empresarios ante las turbulencias políticas de 2022
Alberto Najar / Tw: @anajar
El presidente Andrés Manuel López Obrador añadió un elemento más a los usos y costumbres de su conferencia de prensa matutina: un informe mensual sobre los principales indicadores económicos del país.
Hay razones para hacerlo. Una, que México empieza 2022 con un aumento paulatino en la inflación, producto de la tendencia alcista en casi todo el mundo y que afecta especialmente a América Latina.
Dos, que la rápida expansión de la variante Ómicron del virus SARS Cov2 ha puesto nerviosos a los mercados internacionales; sobre todo por el cierre de algunos países europeos ante el riesgo de enfrentar complicaciones sanitarias, debido a la enorme cantidad de sus ciudadanos que no se vacunaron.
Tres, la necesidad de enviar mensajes de tranquilidad a los sectores económicos del país e inversionistas extranjeros, por la esperada turbulencia política en 2022… y la necesidad de pavimentar el camino a la sucesión presidencial.
En los primeros dos casos el control de las variables escapa al gobierno mexicano.
El incremento de los precios es consecuencia de la demanda que se presentó en las economías más fuertes del planeta; esto después que se abandonó el confinamiento obligado por la pandemia de COVID-19
Las cadenas de producción estuvieron paralizadas por varios meses, y su reactivación fue insuficiente para atender la súbita necesidad de abastecimiento.
Un ejemplo de ello se vive en estados del centro de México, como Guanajuato; ahí las armadoras trabajan a marcha lenta por la escasez de chips para las computadoras de automóviles.
La prolongada parálisis económica por la emergencia sanitaria y el regreso a la nueva normalidad, causaron problemas en las cadenas de suministro global.
Esto provoca aumento del costo en fletes marítimos -indispensables para el comercio internacional- así como escasez en productos como muebles, electrodomésticos y materiales de construcción.
Un escenario complejo que no parece resolverse en el corto plazo debido al segundo elemento, el aumento exponencial de contagios por covid-19
Si bien la Organización Mundial de la Salud reconoce que, hasta ahora, Ómicron no parece ser tan severo como la anterior variante –Delta–, la rapidez de su expansión alertó a decenas de países y corporaciones multinacionales.
Una de las lecciones de la pandemia es que el virus es impredecible.
Se logró descifrar su genoma y desarrollar vacunas en corto plazo; pero el comportamiento del SARS CoV2 en sus distintas variaciones todavía obliga a mantener las señales de alerta.
A esto se suma la ola de los antivacunas y la crisis de comorbilidades que afecta, sobre todo, a países de África y América Latina.
Ómicron no satura hospitales (no por ahora), pero sí causa problemas en actividades específicas como la aviación comercial.
Miles de vuelos han sido cancelados porque los pilotos y sobrecargos se contagiaron de la nueva variante de la COVID-19.
Eso incluye a nuestro país, donde este viernes Aeroméxico dejó en tierra decenas de aviones por falta de personal, y provocó un caos en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la capital.
Pero la razón que más importa al presidente para incluir la sección económica en la mañanera es la señal de calma para los sectores económicos del país.
Desde la campaña electoral de 2018 abundaron los mensajes de algunos empresarios, políticos, académicos, intelectuales y periodistas sobre el riesgo de que López Obrador pretendía crear en México un remedo de la economía venezolana.
Tras la cancelación del aeropuerto en Texcoco los mismos personajes advirtieron una debacle económica.
Y durante la pandemia aplaudieron las cifras de mortalidad, quizá con la esperanza de que el fantasma de los fallecidos asustara al Producto Interno Bruto (PIB).
No fue así. La inversión extranjera se mantiene, la inflación no se ha desbocado y a pesar de los esfuerzos de algunos no se registra desabasto.
Pero sí hay un elemento que provoca nerviosismo: la iniciativa de Reforma Eléctrica que se debatirá en la Cámara de Diputados durante los próximos meses.
El asunto inquieta al gran capital, sobre todo porque las autoridades no han logrado comunicar eficientemente las implicaciones de la propuesta presidencial.
De hecho, allí la infodemia ha ganado terreno. Una variable que necesita ser controlada.
Este 2022 hay elecciones en seis estados. Las encuestas favorecen al partido en el gobierno, aunque lo mismo ocurrió en los comicios intermedios de 2021.
El resultado fue favorable a Morena, pero la narrativa de la oposición fue suficiente para causar una tormenta política que aún no cesa.
Además, empieza a notarse la división que existe en la cúpula de la 4T por la anticipada carrera de la sucesión presidencial.
Las diferencias entre los llamados puros y los moderados –léase, entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard– han dejado algunos damnificados.
Con el paso de los meses es posible una ruptura que afecte el desempeño electoral de Morena.
En ese terreno lo último que necesita López Obrador es abrir un nuevo frente en el sector económico; y por eso la nueva sección de la conferencia mañanera.
Es previsible una fuerte respuesta de los opositores, sobre todo para contrastar las cifras que se presenten. Habrá que ver si tienen mejores resultados.
Hasta ahora sus mensajes han sido poco eficientes. Invirtieron tres años en mentiras, manipulaciones, sabotajes, artimañas legales.
Pero la popularidad del presidente sigue al alza. A pesar del odio López Obrador parece encaminarse a cumplir su profecía:
El odio y las críticas le hacen lo que el viento a Juárez.
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Alberto Najar. Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service. Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.