Juárez

Más de dos décadas en búsqueda de Silvia Arce, ‘que se haga justicia’




marzo 11, 2022
Evangelina Arce muestra una foto de su hija Silvia, desaparecida el 11 de marzo de 1998 en Ciudad Juárez. Fotografía: Rocío Gallegos

En un acto que responde a la lucha de Evangelina Arce por localizar a su hija, el Estado mexicano ofrecerá una disculpa pública a su mamá, hijos y hermanos y reconocerá este día su responsabilidad por la falta a su deber para localizar a Silvia, desaparecida el 11 de marzo de 1998 en Ciudad Juárez

Por Rocío Gallegos / La Verdad

Ciudad Juárez– Desde hace 24 años, Evangelina Arce busca a su hija desaparecida. Su anhelo de reencontrarse con ella, dice, no lo ha desvanecido el tiempo ni el cansancio que le acumula su edad.

Silvia Arce, su hija, desapareció el 11 de marzo 1998 en esta ciudad, donde quedaron desamparados sus tres hijos: Esmeralda de 11 años, Ángel de 9 y Esteban de tan solo 3.

Silvia Arce, desaparecida el 11 de marzo de 1998 en Ciudad Juárez

“Ya son muchos años sin tener respuesta de las autoridades”, afirma Evangelina, de 82 años, mientras sus lágrimas brotan y pausan su relato sobre las omisiones e irregularidades señaladas en las investigaciones oficiales para dar con el paradero de su hija.

“Eso a mí me ha trastornado mucho”, asegura la mujer que desde entonces decidió encabezar la búsqueda de su hija y comenzó su propia investigación, que fue documentando con anotaciones en cuadernos que se llevó su nieta Esmeralda.

Su lucha para encontrar a Silvia trascendió a las autoridades, a quienes acusa de no haber mostrado interés en buscarla y de proteger a los culpables de su desaparición. Llegó también hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde se concluyó que el Estado mexicano es responsable por las violaciones a los derechos humanos cometidas en perjuicio de Silvia Arce y su familia.

Por esa resolución, este viernes el Estado México ofrecerá una disculpa pública y hará el reconocimiento de responsabilidad internacional por la falta a su deber de debida diligencia al buscar a Silvia. Se anunció que el acto será encabezado por Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, y que se llevará a cabo en el Memorial Campo Algodonero.

En ese mismo punto, luego del acto de disculpa, se develará un busto en memoria de Silvia Arce. También se develará una placa en la Fiscalía de la Mujer, se informó.

“Prefería mejor que me entregaran a Silvia en vida”, dice la mujer mientras retira con sus manos las lágrimas que escurren por sus mejillas. Aunque concede que este acto del Estado mexicano es un paso para que se le haga justicia a su hija.

La desaparición de Silvia Arce ocurrió en un contexto de desapariciones y violencia en contra de las mujeres en la ciudad.

Una situación que no se ha detenido, que va en aumento, lamenta Evangelina, al relatar que en su búsqueda de más de dos décadas ha conocido a otras mamás de mujeres desaparecidas y asesinadas, a quienes se unió en protestas y en rastreos en el Valle de Juárez, Lomas de Poleo y en Lote Bravo, cuando todo era un paisaje semidesértico y despoblado.

“Todo eso anduvimos”, dice sobre las actividades que ya dejó de realizar por su edad y las enfermedades que la agobian. Ahora, la mujer camina lento y con el apoyo de un bastón. Su salud se ha deteriorado por problemas cardiacos y problemas neurológicos que le provocan temblor en su cuerpo.

Silvia tiene dos hermanas y cinco hermanos, ahora la mayoría de ellos viven en Estados Unidos, donde también vive su hijo el más pequeño.

A Ángel, el segundo hijo de Silvia, lo mataron cuando cumplió 18 años. Días antes de su muerte, dos agentes federales fueron a la casa de Evangelina “y me lo pidieron prestado para que los acompañara y les indicara donde vivía su papá. Quedaron en regresar por él, para llevarlo a declarar por lo que él sabía de la desaparición de su mamá, pero fue asesinado”.

“¿Por qué lo mataron?”, cuestiona la mujer y se responde: “por lo que sabía”. Asegura que su nieto vio cuando su papá y otros hombres sacaron a Silvia de su casa, esa fue la última vez que la miró.

La fotografía de Silvia con la que su mamá la busca desde hace 24 años

‘Regresa en tres días’

Evangelina asegura que el caso de su hija fue una desaparición forzada, “se la llevaron”.

Cuenta que ella se enteró cuatro días después, por sus nietos. Ángel fue a su casa acompañado del papá y le dijo que desde hacía cuatro días no veía a su mamá. “Les pregunté por qué no me habían avisado y mi nieto me respondió: es que mi papá no quería que le dijéramos”.

La relación que su hija tenía con el papá de sus hijos era problemática, muy violenta, asegura. Incluso lo vincula con la desaparición forzada de Silvia.

“Toda eso, la verdad, se los dije yo a los judiciales, pero no hicieron nada… ellos conocían a quien se llevaron a Silvia y los protegieron, en lugar de a nosotros, su familia”, afirma.

Al acudir a poner la denuncia de desaparición, la respuesta que recibió de los agentes de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de Chihuahua, ahora Fiscalía, fue “vas a esperar tres días” antes de interponer la denuncia.

“Mi  hija ya llevaba cuatro días desaparecida”, dice al precisar que cuando vieron por última vez a Silvia era un miércoles y ella acudió el sábado a poner la denuncia.  “Vente el lunes”,  me dijeron. 

Luego le perdieron su expediente y cuando logró que a su caso le asignaron judiciales, estos la cuestionaban y se burlaban de ella. “¿Por qué la buscas?, me decían, ella está muy a gusto allá dónde la tienen. Yo les decía: “si ustedes sabe dónde la tienen, ¿por qué no la rescatan?”.

“Yo buscaba a mi hija y ellos no”, afirma. “Siempre fueron groseros para contestarle a uno, pero nunca me decían la verdad, nunca la buscaron”.

Por lo que indagó, ella afirma que a Silvia se la llevaron de su casa, de donde salió con el papá de sus hijos. De ahí fueron al bar “El Pachangas”, donde su hija tenía, en el exterior del lugar, un puesto con venta de café, burritos y joyería para clientes y trabajadoras del lugar.

La última vez que la vieron fue cuando salió del bar junto con una amiga, que identifica como Griselda, mesera en el bar; iban con unos hombres. Nunca las volvieron a ver.

“Anduvimos buscando en su trabajo, entre sus amistades, por muchas partes. Con una foto, me salía temprano en las mañanas y en camión iba a lugares lejos y regresaba tarde a casa, en la madrugada, volteando para todas partes, porque a esas horas es muy pesado andar en las calles”, dice.

“Me decían que aquello era muy peligroso para mí. Yo respondía: para mí no es peligroso. yo voy a seguir”. Se sumó a familias que buscaban a sus hijas que luego aparecieron muertas, dice.

La Comisión Interamericana concluyó que el contexto de discriminación, sumado a la ausencia de la debida diligencia por parte de las autoridades, no sólo generó impunidad, sino que intensificó el contexto de violencia contra las mujeres en aquellas que, además de estar propensas a una violación de sus derechos, sea por particulares y agentes el Estado, no encuentran respuesta a sus peticiones ante las autoridades del Estado.

El caso de Silvia llegó a la CIDH el 30 de diciembre de 2003. La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Justicia Para Nuestras Hijas y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) presentaron la petición por las violaciones a los derechos humanos cometidas en perjuicio de Silvia Arce y su familia. A esta solicitud se sumó después el Centro para El Desarrollo Integral de la Mujer (Cedimac).

El proceso en la CIDH terminó en 2020, dice Ivonne Mendoza Salazar, de Cedimac. En noviembre del 2021, el Estado Mexicano e firmó el Acuerdo de cumplimiento de las recomendaciones del Informe, denominado Fondo No. 195/20.

De acuerdo con CEJIL, entre los compromisos asumidos por el Estado mexicano destaca:

  • Establecer las acciones pertinentes para la búsqueda de Silvia Arce, de manera coordinada entre la Fiscalía Especializada en Atención de Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género y Familia del Estado de Chihuahua, la Comisión Local y la Comisión Nacional de Búsqueda.
  • Asegurar la participación del Equipo Mexicano de Antropología Forense y expertos independientes en el esclarecimiento del contexto, los hechos y las circunstancias de la desaparición de Silvia; así como el compromiso de la Fiscalía local para designar un grupo de agentes y policías a la investigación del caso.
  • Armonizar el Protocolo Alba con estándares internacionales sobre los deberes de búsqueda, lo que incluye la debida diligencia estricta y principios de no discriminación contra las mujeres; teniendo como prioridad el Estado de Chihuahua y las 17 entidades que cuentan con alerta de género declaradas; y
  • Adopción de indicadores en materia de acceso a la justicia por parte de niñas y mujeres, y la respuesta que se brinda a la violencia de género.

Asimismo, agrega el organismo no gubernamental, el acuerdo contempla medidas de reparación simbólicas, como la realización de un acto público de reconocimiento de responsabilidades, la colocación de un monumento que honre la lucha de las madres por sus hijas desaparecidas y la publicación de un libro sobre la desaparición de Silvia, la búsqueda de justicia por parte de la familia Arce y en particular, la labor de la señora Evangelina Arce como madre defensora de derechos humanos. A estos actos se le dará cumplimiento este viernes.

Mendoza Salazar comenta que será reconocida la lucha de búsqueda que inició la mamá de Silvia, como defensora de derechos humanos, porque al buscar a su hija, Evangelina comenzó a documentar la desaparición y asesinato de mujeres en Ciudad Juárez.

“Silvia era buena hija, buena mamá con sus hijos… era platicadora, amable, le gustaba cantarle a sus hermanos, era muy trabajadora”, dice su mamá, mientras saca un retrato de su hija de una bolsa de plástico para mostrarlo.

“Quiero que se siga la búsqueda de Silvia y que se haga justicia”, dice Evangelina. Esa ha sido su exigencia por más de dos décadas.

laverdadjz@gmail.com

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