Fundador de la Casa de Veteranos Deportados regresa a Estados Unidos y recibe la ciudadanía
martes, julio 12, 2022
Tras su deportación, Iván Ocon se dedicó a ayudar a otros veteranos del Ejército de Estados Unidos expulsados por Ciudad Juárez, pensando que no tenía ninguna oportunidad de regresar al país por el que luchó y que considera su casa. En la semana del Día de la Independencia se convirtió en ciudadano estadounidense en El Paso.
Por Marisol Chávez / El Paso Matters
El Paso, Texas– Los primeros momentos de Iván Ocon como ciudadano de Estados Unidos fueron recibidos con una ovación de pie y fuertes vítores de sus amigos y familiares.
El veterano del Ejército de Estados Unidos, de 45 años, fue deportado en 2016 a México y pasó seis años con la esperanza de regresar al único país al que ha llamado hogar.
“Finalmente puedo respirar”, dijo Ocon después de la ceremonia de naturalización el 7 de julio en El Paso. “Ahora tengo esa libertad por la que luché”.
Nacido en Ciudad Juárez, Ocon se mudó a Las Cruces, Nuevo México, con su familia cuando tenía 7 años. Ingresó al país legalmente y permaneció como residente permanente. Cuando cumplió 18 años y se graduó de la Escuela Secundaria Oñate en Las Cruces, luego se unió al Ejército.
“Ya estaba americanizado”, dijo Ocon. “Vi a Estados Unidos como mi país y decidí servir a mi país”.
Su servicio militar fue de 1997 hasta 2003. Fue enviado a combate varias veces, sirvió durante la Operación Libertad Iraquí y fue galardonado con nueve medallas por su desempeño.
Ocon era elegible para la ciudadanía estadounidense en ese momento, según Nate Urban, un estudiante de Derecho de la Universidad de Yale que lo representaba a través de la Clínica de Servicios Legales para Veteranos de Yale. Ocon había estado en el Ejército por más de un año y sirvió durante un tiempo de conflicto, que son requisitos de elegibilidad bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad de los Estados Unidos.
“Es parte del discurso de reclutamiento”, dijo Urban. “Pero muchas veces sus oficiales al mando no están entrenados en esto … y no saben a dónde enviarlos”.
Una vez que Ocon salió del Ejército, nunca solicitó la ciudadanía. Su trastorno de estrés postraumático, derivado de lo que describe como una situación cercana a la muerte mientras estaba desplegado en Jordania, le dificultó readaptarse a la vida civil.
En 2007, Ocon fue arrestado por cargos federal de secuestro y armas. Después de declararse culpable, cumplió nueve años en una prisión federal. Urban dijo que la sentencia recomendada era de mucho menos porque Ocon estaba arrepentido y dispuesto a cooperar con el gobierno.
El día de su liberación Ocon fue detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y más tarde, en 2016, deportado a México.
“No pensé que los veteranos, las personas que sirvieron a este país, pudieran ser deportados”, dijo Ocon. “Luché contra mi caso, pero al final del día (los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos) básicamente dijeron: Su servicio no le importa a este país, buena suerte en México”.
Durante los primeros meses después de su deportación, Ocon lidió con una conducta suicida. Durante mucho tiempo, dice, quiso ponerse el uniforme, conducir hasta la frontera y ahorcarse.
“Seguí pensando que el único camino de regreso era la muerte”, dijo. “Fue una experiencia muy traumática”.
No fue hasta seis meses después, cuando se encontró con otros veteranos deportados en Ciudad Juárez, que encontró su propósito y fundó la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados.
Ha ayudado a unas dos docenas de veteranos que viven en México a regresar a su hogar en Estados Unidos y obtener asistencia médica y beneficios del programa veterans affairs.
“No me vi volver a casa pronto, así que si podía ayudar a un hermano a volver a casa, eso significaba que hice algo bueno”, dijo.
El Consejo de Veteranos de la Unión y la AFL-CIO se dieron cuenta del trabajo de Ocon con otros veteranos y lo pusieron en contacto con la Clínica de Servicios Legales para Veteranos de Yale a principios de 2021.
“Descubrimos rápidamente que su condena era inválida y se fue a partir de ahí”, dijo Urban.
Urban y su equipo presentaron una moción legal llamada orden de coram nobis, que se utiliza para corregir una sentencia dictada por un tribunal al corregir un error fundamental en el debido proceso.
“Es una orden de derecho consuetudinario del siglo 15 derivada de los comerciantes y la ley mercantil”, dijo Urban. “Es una orden extremadamente rara, solo hemos podido encontrar ejemplos aislados de esta orden judicial concedida y solo en circunstancias apremiantes”.
El error fundamental en el caso de Ocon , según Urban, fue que el estatuto bajo el cual se le condenó fue anulado después de su deportación, debido a que, entre 2018 y 2019, fallos de la Corte Suprema de Estados Unidos lo consideraron “inconstitucionalmente vago”.
Las decisiones de la Corte Suprema llevaron a numerosos tribunales inferiores a concluir que el secuestro no constituye un “crimen de violencia”, según la petición presentada por el equipo legal de Ocon el 12 de noviembre de 2021.
“Debido a que el secuestro no es un delito de violencia, por lo tanto, la condena del Sr. Ocon en 2007 por el uso de un arma en apoyo de un delito de violencia ya no se considera válida”, dice la petición para anular su condena por arma de fuego.
Aunque no es fundamentalmente necesario, según Urban, el retiro de la condena por arma de fuego de Ocon podría haber ayudado a su petición de naturalización militar, presentada en septiembre de 2021.
El juez federal de distrito de El Paso, David Briones, concedió la petición de Ocon y anuló su condena por armas de fuego a fines de marzo.
Después de años, el martes 5 de julio, Ocon regresó por el Puente Internacional Córdova-De las Américas, conocido como el puente libre, para asistir a su entrevista de naturalización.
Dos días después, se presentó en la oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) en El Paso para tomar su juramento de lealtad.
La madre de Ocon, María Ávalos, abrazó a su hijo al verlo entrar.
“Me siento muy agradecido, nuestra familia y amigos lo han mantenido en oración todos estos años”, dijo Ávalos. “Tenemos que seguir trabajando para ayudar a otros veteranos. No soy la única mamá que lucha”.
Alrededor de 30 personas asistieron a la ceremonia de naturalización de Ocon.
Su hermana, Claudia Ocon, de 41 años, fue una de las emocionadas asistentes.
“Veteranos deportados es un oxímoron (conceptos opuestos). Esas dos palabras no deberían existir juntas”, dijo Claudia Ocon. “Cualquier hombre o mujer que arriesgara sus vidas por este país debería poder vivir en este país libre, feliz y legalmente”.
La familia Ocon está decidida ayudar a otros veteranos que aún no han regresado a casa.
La nueva ciudadanía de Ocon es una prueba de que todo es posible con la ayuda de su red en la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados en Ciudad Juárez, la organización Repatriate Our Patriots y la Clínica de Servicios Legales para Veteranos de Yale.
“Yo era un sujeto a prueba”, dijo Ocon. “Ya estamos haciendo un plan para comenzar a ayudar a otras personas. La misión continúa”.
Ocon planea viajar de ida y vuelta entre Las Cruces, El Paso y Juárez tan pronto como obtenga su pasaporte para continuar ayudando a los veteranos deportados a regresar a Estados Unidos. Mientras tanto se centrará en reconectar con su hija, a quien no ha visto en casi 16 años.
“La última vez que la vi tenía 3 años”, dijo Ocon. “Quiero reparar esa relación que ha sido dañada por mi encarcelamiento y deportación. Siempre he estado ahí económicamente…pero no es lo mismo que estar ahí físicamente”.
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Este contenido es publicado por La Verdad con autorización de El Paso Matters. Read this story in english.