Residentes de 34 colonias en Ciudad Juárez enfrentan la falta de agua en sus viviendas, donde solo la reciben por unas horas y durante la madrugada; en otros sectores solo reciben un chorrito por baja presión en la tubería del servicio… ‘la hora cero’ está más cerca
Por Martín Orquiz / Fotografías: Rey R. Jauregui La Verdad
Ciudad Juárez– Todas las madrugadas, Teresa Rodríguez y su familia permanecen a la ‘caza’ del chorro de agua que solo en esos momentos llega a su casa, ubicada en el fraccionamiento Misiones de Creel, donde no sale ni una gota de los grifos durante el resto del día.
“Tenemos que juntar agua todos los días, desde temprano se va, como a eso de las nueve de la mañana ya se está batallando, regresa como a eso de la una de la madrugada”, comenta Teresa, quien se ve obligada a acumular en tambos que habilita como contenedores de agua.
“En la madrugada tenemos que despertarlos a todos a bañarnos, es un lío, empezar a lavar la ropa a la una de la mañana, es muy, muy fastidioso”, dice Teresa con un tono de enfado en su voz.
Su reto diario de abastecerse se complica en el verano, cuando su consumo se eleva por las condiciones de calor y el uso de aires acondicionados que enciende para mitigar efectos de las altas temperaturas en su vivienda.
“Uh, los aires no trabajan bien, ya se imagina”, dice la mujer.
Su casa se ubica en medio de una extensa área semidesértica al suroriente de la ciudad, donde se asienta decenas de fraccionamientos ocupados por miles de familias que enfrentan las altas temperaturas del verano con un limitado suministro de agua entubada, por unas horas y durante la madrugada.
Las familias que sufren por la falta de agua durante gran parte del día residen en 34 colonias dispersas en el suroriente, en el norponiente y surponiente de Ciudad Juárez, indican datos de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), organismo operador del servicio en la ciudad. Aunque el problema se acentúa en Anapra, Los Ojitos, Portal del Roble y Oasis.
Mapa de la escasez de agua en Ciudad Juárez,
da un click en cada símbolo para que ubiques la colonia con desabasto
Además, en el área de Valle del Sol, donde se encuentran construidos 53 fraccionamientos con alrededor de 13 mil 277 viviendas –de acuerdo con la Dirección de Desarrollo Urbano del Municipio–, sus residentes enfrentan problemas de presión por lo que reciben solo un ‘chorrito’ a través de los grifos de sus casas.
Las cifras exhiben la expansión de la escasez de agua por la ciudad, problemática que impide que llegue a las casa de miles de juarenses las 24 horas del día aunque estén conectados a la tubería del servicio potable. Sin embargo, frente a esta realidad, el director de la JMAS, Sergio Nevárez Rodríguez, afirma que no se puede decir que hay desabasto, porque de los grifos sale, aunque sea, un chorrito.
La JMAS no proporcionó el número de cuántos de sus 459 mil usuarios domésticos dejan de recibir el agua durante el día.
La problemática que se padece principalmente en viviendas ha desatado protestan de residentes de algunas colonias, como Anapra, Los Ojitos, Paseos del Alba y Senderos de San Isidro, entre otras, que han bloqueado calles o se han manifestado en el exterior de las oficinas de la JMAS o en actos públicos de funcionarios estatales.
La situación se agudiza, advierten académicos e investigadores sociales expertos en medio ambiente, quienes señalan que la escasez que viven residentes de algunas colonias en la ciudad es consecuencia de la sequía provocada por el cambio climático y debido a que los mantos freáticos de donde se extrae el agua potable para la región se están agotando.
Pero también, coinciden, debido a una mala administración del recurso, a la falta de infraestructura y estrategias para realimentar las fuentes de agua, así como una ausencia de políticas públicas sobre el tema.
Funcionarios de la JMAS atribuyen la problemática a un aumento exponencial en la demanda del servicio de agua durante los meses de primavera y verano, que rebasa la infraestructura instalada –que en algunos sectores esta obsoleta– y provoca una disminución de un 20 o 30 por ciento en presión con la que se hace llegar a las viviendas a través de la red de agua potable. También a las malas prácticas como el robo, las fugas y el desperdicio de agua.
‘No desvelamos para llenar tambos, pero es insuficiente’
Al margen de esos datos, los habitantes de las colonias a donde no llega el suministro de agua potable entubada, solo piensan en cómo enfrentar la situación.
Tal es el caso de José Roberto Meza, un empleado de la industria maquiladora, quien tiene siete años viviendo en el fraccionamiento Misiones de Creel.
“Ha sido batalloso porque, la verdad, en el día no hay agua y ya viene llegando como a las 11 o 12 de la noche, nos tenemos que desvelar para llenar tambos y botes, los llena uno para subsistir, pero es insuficiente”, dice el hombre mientras vierte agua con una jarra en las paredes de su aire acondicionado instalado en una de las ventanas de su hogar.
Señala que el suministro de agua permanece hasta las seis o siete de la mañana, luego empieza a bajar la presión y para las ocho ya no sale nada en las llaves, hasta la siguiente noche tienen oportunidad de acumular otra vez.
En otros años, recuerda, había poquita agua, poquita presión, pero lo que ha sido de este año, casi desde que inició, en el día no tienen servicio.
“Este año ha sido el peor, nos afecta en todo, por ejemplo, para bañarse, lavar la ropa, los trastes, para echarle al baño, cada temporada de calor es igual, los vecinos debemos presionar a los de la Junta de Agua para que nos arreglen este problema, son muchos los lugares donde no tienen nada de agua”, afirma.
En su patio mantiene un tambo a medio llenar para usar su contenido en la taza del baño, el contenido de otro es dedicado para lavar la ropa y uno más para bañarse, aunque de este deben esperar a que se asiente la tierra con la que sale de la llave para poder usarla en si higiene personal.
José Roberto habita con su familia en una casa de renta, aunque ha pensado en cambiarse, dice que en donde quiera es la misma, aunque por la avenida De Las Torres “es otro rollo”, porque si cuentan con servicio, pero para encontrar una vivienda en esa zona está muy difícil, no hay desocupadas, y mientras se tienen que aguantar.
La situación de la familia de José la vive Teresa en el fraccionamiento Misiones de Creel, habitado desde hace unos 18 años, en ese entonces hubo problemas con el abasto de agua en tiempo de calor. El problema ahora también es mayor, porque reciben el agua menos horas al día.
“A veces no podemos lavar, a veces no nos podemos bañar, porque si se nos ocurre quedarnos dormidos, olvídese de la limpieza, no es la misma, tampoco los aires, como le dije, no le miento, se la pasa uno regándolos por el calor que existe aquí”, menciona.
A consecuencia de la situación, los niños no pueden ir a la escuela porque tampoco tienen agua, por lo que perdieron muchas clases este año al cancelar constantemente las actividades escolares.
En varias casas del fraccionamiento se observan depósitos de agua instalados en los techos, pero no sirven de nada porque hay noches que simplemente no se llenan, indica.
El sufrimiento es tal, que Teresa y su familia planean muy seriamente vender su propiedad para irse a otro lado, donde no enfrenten ese problema que califica como “horrible”, más cuando se tienen menores de edad que, en su caso, son dos.
“Simplemente, no hacen caso, no les importa, creen que podemos sobrevivir, si podemos, pero es un batalladero, la verdad”, se queja.
La hora cero cada vez más cerca
La crisis por la falta de agua en la región, coinciden especialistas y autoridades, es ya una realidad que obliga a actuar durante los próximos años, de lo contrario, los habitantes de Ciudad Juárez llegarán a la llamada ‘hora cero’, que implica que se quedará sin agua disponible para diversos usos y la dotación del recurso cambiará radicalmente.
Las autoridades de la JMAS marcan que ese punto se alcanzará en 15 años, en el 2037, los investigadores ambientalistas dicen que ese tiempo es menor, solo 8 años, para 2030.
La ‘hora cero’, explica el director ejecutivo del organismo descentralizado, Sergio Nevárez Rodríguez, implica que el agua no estará disponible las 24 horas del día en Ciudad Juárez, como aún se mantiene en la mayoría de las 459 mil viviendas conectadas a la red de agua potable.
Cuando eso ocurra, se implementará una estrategia de tandeo; es decir, se tendrá el servicio tan solo durante algunas horas del día, o la noche, ante la carencia del recurso. Tal y como la reciben los residentes de 34 colonias de la ciudad.
Existen pronósticos más cercanos, como el que expone la investigadora del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente del Colegio de la Frontera Norte (Colef), Ana Córdova y Vázquez: “lo que se haga durante los próximos 8 años, definirá el futuro del suministro de agua, entre otras circunstancias, alrededor del mundo”.
Los próximos 8 años, dice, son críticos para que todos los sectores, individual e interinstitucionalmente, actúen consumiendo menos energía, plantando más vegetación y árboles para almacenar una mayor cantidad de carbono, usar fuentes de energía renovables, cambiar hábitos de consumo y, por supuesto, extraer menos agua.
El Bolsón del Hueco, que abastece del recurso a gran parte de la región, es una fuente grandiosa de agua, pero la gran mayoría de su volumen es salubre; es decir, no es apta para el consumo humano, así que es una fuente limitada, comenta la especialista en estudios urbanos y ambientales.
Con el problema encima, ahora la JMAS trata no de alarmar, sino de informar porque, por alguna razón, nunca se habló del tema y se fue ocultando, afirma Nevárez Rodríguez, su director ejecutivo.
“Como se dice vulgarmente, fueron pateando el balón para otra administración y para otra. Yo no, yo no tengo por qué hacerlo, creo que es justo que la gente entienda y sepa el reto que tenemos en el agua”, afirma el directivo de la JMAS.
145 pozos de agua para más de 476 mil usuarios
Datos proporcionados por la JMAS indican que el consumo de agua durante el verano es de 16 millones de metros cúbicos en la ciudad, un 33.3 por ciento superior a la demanda durante el invierno, cuando se registran 12 millones de metros cúbicos.
La mayoría de esa cantidad proviene del Bolsón del Hueco, mientras que una cantidad menor llega de Conejos Médanos, con la que se surte al poniente de la ciudad.
Todo esto, provoca que la estructura instalada para suministrar el agua potable se vea rebasada en esta época del año, cuando más se necesita, se indica.
De los 190 pozos que el organismo descentralizado tiene en la ciudad –20 conectados a Conejos Médanos– solo están en funcionamiento 145, de donde se abastece a 476 mil 400 usuarios, de los cuales 459 mil son viviendas, 16 mil comercios y mil 400, industrias. Los demás pozos están en reserva y se ponen a trabajar cuando alguno de los activos falla.
“Si tengo un pozo que me da 50 litros por segundo y en unas condiciones normales fue instalado para un sector que consumía 40 litros, llega el verano, como el que estamos enfrentando, probablemente el más caliente en los últimos 10 años, y la demanda se va a 70 o 65 (litros por segundo) si abres todas las llaves a la vez”, explica Nevárez.
Pero en los últimos años hay más llaves abiertas en la ciudad debido a que hay más fraccionamientos, más negocios e industrias.
Aunque el directivo de la JMAS sostiene que todos las zonas de la ciudad están programados para recibir agua de acuerdo a la demanda, no hay un chorro ilimitado, debido a que los pozos se van secando, se van haciendo viejos y los afluentes subterráneos se van acabando.
Esto lo sabe bien Edith Rueda, vecina del fraccionamiento Parajes de San José, donde la mayor parte del día no sale ni una gota de agua.
“No hay (agua) en todo el día, se acaba como a las nueve de la mañana y ya no tenemos, a veces llega hasta las 10 y media de la noche, pero es muy poca la que sale”, cuenta la madre de una niña y un niño. Apenas recibe un chorrito.
El impacto de la falta de agua es bastante en su vida cotidiana, porque no hay para tomar, puede lavar, limpiar los baños y, en síntesis, no hay para nada.
Para bañarse, agrega, utilizan el agua que colectan por las noches en botes y bandejas porque de las regaderas no sale. Aunque ella y sus vecinos han sostenido juntas con directivos de la JMAS no les ofrecen una solución.
La escasez comenzó en mayo pasado en su colonia; desde entonces, el servicio falla todo el día, por lo que debe usar botes e incluso su lavadora para almacenar agua y solventar sus necesidades.
“Sin agua no se puede hacer nada”, se queda la mujer. “Ya no tenemos esperanza de que nos ayuden, quién sabe que vaya a pasar más adelante, a lo mejor ya no podremos vivir aquí”, señala antes de despedirse porque tiene que ayudarle a su hija a cargar un bote con agua.
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Este contenido fue producida como parte de Puente News Collaborative, una asociación binacional de organizaciones de noticias en Ciudad Juárez y El Paso, de la que forma parte La Verdad.