Un cruce masivo de personas migrantes registró Estados Unidos por Ciudad Juárez este domingo, más de mil fueron personas que arribaron a esta frontera en caravana desde el sur del país
Texto y Fotografías: Verónica Martínez / La Verdad
Con información y fotografías de Corrie Boudreaux / El Paso Matters
Ciudad Juárez- Una oleada de migrantes atravesó el Río Bravo hacia El Paso, Texas, este domingo para entregarse a agentes de la Patrulla Fronteriza. El flujo de personas solicitantes de asilo que cruzó a Estados Unidos aumentó de cientos a miles en unas cuántas horas.
El cruce masivo de migrantes desbordó a las autoridades migratorias estadounidenses que no se daban abasto para recibirlos en el campamento improvisado que mantienen sobre el bordo fronterizo. También desafió a los agentes de la Guardia Nacional que aún permanecen apostado en el Río Bravo para contener el cruce de migrantes.
La situación provocó que una extensa fila de personas se formara a un lado del río, paralela al muro fronterizo, y se extendiera unos kilómetros – a la altura de calle Cobre hasta el puente internacional Paso del Norte, ubicado en la avenida Juárez– para entregarse a los agentes estadounidenses.
Entre los migrantes que cruzaron estaba la mayoría de los que llegaron este domingo en caravana a Ciudad Juárez desde el municipio de Jiménez, donde permanecieron más de 70 horas. Apenas descendieron de los camiones en los que arribaron a los albergues Kiki Romero y Leona Vicario, las personas se dirigieron al Río Bravo.
“Decidimos pasar de una sola vez por que tenemos un poco de miedo de permanecer en Juárez”, dijo una joven nicaragüense quien junto con tres familiares llegó en taxi al área cercana al puente internacional Paso del Norte.
Cientos de personas migrantes caminaron en grupos desde los albergues hasta el límite fronterizo de México y Estados Unidos. No hubo cifras oficiales de cuantas personas se desplazaron por las calles de la ciudad, desde el albergue municipal, por la Avenida de los Aztecas, o desde el Leona Vicario para llegar al Río Bravo, pero algunos medios de comunicación contabilizaron más de 700 personas. Otros se desplazaron en taxis o Uber.
Los migrantes que caminaron recorrieron más de ocho kilómetros hasta llegar al bordo del Río alrededor de las seis de la tarde. Otras personas migrantes se adelantaron a la caravana y arribaron antes de la puesta del sol a la ubicación del bordo fronterizo donde autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza reciben a las personas que se internan de manera ilegal a su país.
Rápidamente se deslizaron por la estructura de concreto que reviste el cauce del río, se quitaron los zapatos, calcetines y hasta los pantalones para cruzar por el agua, que en algunos casos llegó hasta las rodillas.
En su mayoría, los migrantes que arribaron en la caravana son originarios de Nicaragua, pero también provienen de Colombia, Haití, Guatemala, El Salvador, Honduras y Perú, reportaron autoridades de la ciudad.
A ellos también se sumaron otros grupos de personas en movilidad que llegaron a la frontera este domingo o en días anteriores. Muchos de ellos esperaban el albergues el momento de cruzar.
Darvin ya llevaba 20 días en Ciudad Juárez alojándose en el albergue La Esperanza, ubicado en la colonia Bellavista, a pocos metros del cruce fronterizo. Este domingo se animó a cruzar entre los cientos que lo hicieron fila para solicitar asilo.
La espera de los migrantes en el río para internarse a territorio estadounidense se prolongo por la noche. Las personas solicitantes de asilo eran atendidas en grupos de alrededor de 30 personas por agentes de la Patrulla Fronteriza. Una vez recibido son transportados a los centros de procesamiento y podrán ser retornadas a México bajo la orden de salud pública Título 42 que continúa vigente.
Funcionarios de inmigración estadounidenses no hicieron comentarios sobre el cruce masivo de migrantes registrado este domingo, uno de los más grandes registrados en la región. En septiembre pasado cruzaron migrantes venezolanos en grupos, en esa ocasión se dijo que eran más de 300, ahora se habla de más de mil 500.
El Paso Matters reportó que este cruce masivo de migrantes se registró en un momento en que las instalaciones de la Patrulla Fronteriza y los refugios para migrantes no gubernamentales en El Paso están rebasados en su capacidad para recibir a más personas.
Casi 5 mil migrantes fueron retenidos durante el fin de semana en el Centro de Procesamiento Central de la Patrulla Fronteriza, que está diseñado para albergar temporalmente a 3 mil500 personas, según un reporte de la ciudad de El Paso sobre la situación migratoria que se actualiza diariamente.
Este cruce masivo de personas se registra a unos días de que venza el plazo para que Estados Unidos ponga fin a la política migratoria de Título 42, una ley de salud pública que permite la expulsión inmediata de migrantes indocumentados, previsto para este 21 de diciembre. Aunque el presidente Joe Biden adelantó hace unos días que busca prologar esta política.
Caravana se dispersa en Ciudad Juárez
La caravana de migrantes que provenía desde Durango, y que hizo escala en el municipio de Jiménez, llegó a Ciudad Juárez cerca de las dos de la tarde. Las personas fueron trasladadas en camiones escolares y escoltados por autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal a los albergues de gobierno municipal y federal en la ciudad.
Un censo preliminar de autoridades de SSPE contabilizaron a mil 80 personas en la caravana. Mientras algunas personas accedieron a alojarse en el albergue municipal ‘Kiki’ Romero, otra fracción, principalmente familias, permaneció en el albergue federal Leona Vicario. Sin embargo, la gran mayoría se traslado a la orilla del Rio Bravo para entregarse a autoridades de la Patrulla Fronteriza y solicitar asilo humanitario.
Un 80 por ciento de las personas que llegaron en caravana el día de hoy a Ciudad Juárez son de origen nicaragüense, detalló Santiago González Reyes director de la Dirección de Derechos Humanos Municipal. El resto provienen de Colombia, Haití, Guatemala, El Salvador, Honduras y Perú.
Abandonas albergues, temen por su seguridad
En la esquina de la calle Codorniz y la avenida de Los Aztecas, con mochila en mano y cargando una cobija Luis consideró sus opciones frente al albergue ‘Kiki’ Romero. Podía continuar con su viaje hasta cruzar la frontera, que estaba a poco más de ocho kilómetros, o quedarse en el albergue municipal.
“¿Tú te vas a quedar aquí o que vas a hacer?” le preguntó Luis a su hermana que aún dudada de sus próximos pasos, pues su pareja que iba en un camión diferente al suyo ya había ingresado al albergue.
El joven de 27 años salió de Colombia hace cuatro meses. En Tapachula él estuvo detenido por doce días, paso por San Pedro y fue secuestrado en Torreón, Coahuila.
Hechos violentos como el secuestro, robo y extorsiones son comunes para las personas en movilidad en su trayecto por México, que por su vulnerabilidad tampoco suelen reportar estos crímenes a las autoridades.
“México ha sido una odisea”, dijo Luis. “La sociedad civil en México han sido muy buenos con nosotros, pero lo que tiene que ver con uniforme yo digo corran”.
Como Luis, algunas personas que venía en la caravana decidieron salir de las puertas traseras de los camiones, dice que lo hicieron al ver que los albergues había presencia del Grupo BETA – del Instituto Nacional de Migración– y de la policía municipal.
“La desconfianza que tengo es enorme. Yo por lo menos pienso que esa es como una prisión, como en la que estuve en Tapachula”, dijo. A pesar de tener hambre y cansado permaneció afuera del albergue, donde se les sirvió comida caliente a los que arribaron.
Al albergue Kiki Romero llegaron alrededor de 665 personas, informó el director de Dirección de Derechos Humanos, sin embargo solo 30 permanecieron en el albergue.
La atención inmediata que se dio en el albergue fue de alimentación, alojamiento, atención médica, e información sobre su situación migratoria, señalo el coordinador del Consejo Estatal de Población, Enrique Valenzuela.
El funcionario agregó que muchas de las personas en la caravana contaban con la documentación para transitar libremente por el país y trabajar en territorio mexicano pero no especificó el tipo de permisos con los que cuentan.
“No tenemos la posibilidad de detenerlos. Ellos gozan de libre transito”, dijo Valenzuela. “Lo que sí les podemos ofrecer es que permanezcan en una instancia humanitaria en donde reciban atenciones, alimento y se les den servicio de salud y opciones para que puedan procurar la inclusión social en nuestra comunidad”.
La Secretaría de Bienestar informó que la atención por parte del gobierno federal a la población migrante continuaría en el Centro Integrador Leona Vicario en donde cuentan con espacio para 300 personas.
La asistencia a las personas en movilidad en Ciudad Juárez se brinda de forma coordinada por instancias de los tres niveles de gobierno y asociaciones civiles y organizaciones internacionales.
A pesar de esta coordinación, Juan Carlos Loera de la Rosa, delegado estatal de los Programas de Bienestar declaró que el gobierno del Estado debe de poner más de su parte en la atención a la población en movilidad.
Aunque se han llegado a acuerdos con el representante del gobierno estatal en Ciudad Juárez y COESPO “no se cumplen porque tienen otra instrucción que infectan la coordinación que nosotros estamos haciendo” se declaró en un comunicado de prensa oficial.
“La gobernadora María Eugenia Campos Galván solo se ha limitado a criticar las acciones e incluso a politizar esto, pero no ayuda y en este momento sería de gran apoyo un albergue temporal el cual vendría a aliviar esta situación”, declaró Loera de la Rosa.
El jueves pasado, la gobernadora de Chihuahua alertó que una caravana de migrantes se dirigían a Ciudad Juárez y denunció que eran eran acompañados por elementos de la Guardia Nacional.
“No puede que se abra el flujo migratorio y que además no se disponga de apoyo para los migrantes en Ciudad Juárez, a quien afecta es a lo juarenses”, expresó Campos Galván, quien solicitó retenerlos en el sur del estado y su repatriación.
Sin embargo eso no ocurrió, los migrantes siguieron su camino y la mayoría de ellos cruzó la frontera este domingo para entregarse a la Patrulla fronteriza en El Paso, Texas.
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