Se les olvida mencionar que García Luna y Calderón, para desarrollar su genocida estrategia de seguridad, contaron con el apoyo del Ejército, la Marina y la Policía Federal ya militarizada y, desde luego, con el apoyo logístico militar de Estados Unidos
Por Gero Fong
A decir de Epigmenio Ibarra, uno de los intelectuales orgánicos del régimen de la 4T, el juicio en contra de Genaro García Luna celebrado en Estados Unidos fue “contenido, cuidadosamente administrado por el Departamento de Justicia” para omitir mencionar un punto importante (Entrevista con Julio Astillero). No se mencionó la implicación que el mismo García Luna cercano a la DEA y a la CIA y su jefe el espurio Calderón tuvieron con la estrategia de seguridad dictada desde Washington y por lo tanto se omite responsabilizar al gobierno de Estados Unidos por apoyar la mentirosa guerra contra el narco en México que tanta sangre ha costado, un punto también señalado por el presidente López Obrador.
El problema es que aquí también hay olvidos y el régimen proyecta un discurso igualmente cuidado y confeccionado a modo. Se les olvida mencionar que García Luna y Calderón, para desarrollar su genocida estrategia de seguridad, contaron con el apoyo del Ejército, la Marina y la Policía Federal ya militarizada y desde luego con el apoyo logístico militar de Estados Unidos. Si acaso se menciona a las Fuerzas Armadas es solamente para presentarlas como víctimas de los corruptos. De las responsabilidades de los altos mandos militares tanto de México como de Estados Unidos no se dice ni una palabra, ni allá, ni aquí. ¿Porqué será?
La respuesta la podemos encontrar en un incidente ocurrido hace varios meses, muchos recordarán que el general Salvador Cienfuegos quien fuera Secretario de la Defensa en el período de Enrique Peña Nieto –por cierto protector de los militares que participaron en el crimen de Iguala y que en más de una ocasión ha amenazado a la sociedad mexicana para no meterse con los militares–, fue citado a declarar por la justicia norteamericana, el soberbio general lejos de querer zafarse del citatorio o intentar huir, dijo estoy totalmente listo para declarar todo lo que sé. Inmediatamente desde las más altas esferas de los Estados norteamericano y mexicano se movieron las piezas clave necesarias para asegurar que el general fuera disculpado, enviado a su casa y todo el asunto quedará olvidado.
Recientemente se presentó en Ciudad Juárez –una de las ciudades más golpeadas por la “guerra” de Calderón y la militarización–, para dictar una conferencia, el político español Juan Carlos Monedero cofundador del partido PODEMOS y ahora entusiasta de la 4T. Se indignó por el muro construido en la frontera entre Estados Unidos y México y mencionó que tiene la función de contener la mano de obra migrante latinoamericana. Otro amnesico de ocasión, desde luego no mencionó que la disposición de la Guardia Nacional mexicana en tiempos de la 4T, adscrita a la Secretaria de la Defensa Nacional, entrenada y conformada por militares para contener la migración, tiene exactamente el mismo propósito que el muro.
Los anteriores olvidos convenientes demuestran que más allá a los enjuiciamientos legales y mediáticos de ciertos políticos impresentables y ahora caídos en desgracia como García Luna y Calderón, la estrategia militarista se da a los más altos niveles de los Estados y es el consenso del poder hegemónico en turno y su burguesía administradora, tanto la progresista que ahora gobierna en México como la conservadora que gobernó en el pasado.
La militarización que tomó como punta de lanza la ahora repudiada guerra contra el narco y sigue en curso, corresponde a una estrategia más estructural, internacional y transexenal, se trata de seguir extendiendo el progreso capitalista excluyente y su necesaria “acumulación por desposesión” (Harvey: El “nuevo” imperialismo : acumulación por desposesión), un espinoso asunto que quiere cubrirse presentado cabezas de turco.
Nota: Se actualizó a las 18:51 horas para precisar información del general Cienfuegos