Opinión

El absurdo escrutinio al cuerpo de las mujeres




febrero 24, 2023
Foto tomada del sitio creativecommons, crédito: Gobierno de Cholula

Hace unos días Paty Chapoy reconoció que en su programa hacían comentarios gordofóbicos en contra de la cantante Yuridia. Medios de comunicación y redes sociales se han convertido en los primeros escrutadores del cuerpo de las mujeres, ¿por qué carajo lo hacen?

Por Samantha Páez
Twitter: @samantras

Recién salió Rihanna en el escenario del medio del tiempo del Super bowl los comentarios no cesaron: que si estaba o no embarazada, que si bailó poco, que cómo se atrevió a dar un espectáculo ¡preñada! No importa cuan famosa, rica, talentosa, innovadora, solidaria, inteligente, comprometida seas, si eres mujer* siempre habrá alguien que fiscalice tu cuerpo.

Es larga la lista de las famosas que durante las últimas semanas han sido duramente criticadas por su aspecto. A Madonna se le recriminó, tras su aparición en los premios Grammy, que su rostro cambiara con el paso del tiempo, especulando sobre las posibles cirugías plásticas y satanizando que a sus 64 años se vista de forma provocativa, incluso, se le comparó con otras mujeres “de familia”.  

No hay mejores palabras que las de la cantante para describir esta situación: “una vez más estoy atrapada por el destello de la discriminación por edad y la misoginia que permean el mundo en el que vivimos […] He sido degradada por los medios desde el inicio de mi carrera, pero entiendo que todo esto es una prueba y soy feliz de ser pionera para que el resto de mujeres que vienen detrás de mí puedan pasarlo más fácil en los años por venir”.

Rihanna no ha contestado ni contestará a las críticas, salió a festejar su actuación y su segundo embarazo. Además, nadie, absolutamente NADIE, debería estar hablando o especulando respecto a su cuerpo. Y este es el punto: ¿por qué carajo en las redes sociales, en los medios de comunicación, lo hacen?

Esther Pineda, en su libro Bellas para morir, estereotipos de género y violencia estética contra la mujer, cuenta que a partir del siglo XX las exigencias de belleza se masificaron a través de los medios de comunicación y transformaron a las mujeres en consumidoras de productos para mantener esos cánones, al mismo tiempo que en productos para el consumo de los hombres.

“Este conjunto de narrativas, representaciones, prácticas e instituciones que ejercen una presión perjudicial y formas de discriminación sobre las mujeres para obligarlas a responder al canon de belleza imperante, así como, el impacto que éste tiene en sus vidas, es lo que he denominado violencia estética; la cual además se fundamenta y erige sobre la base de premisas sexistas, gerontofóbicas (edadismo), racistas y gordofóbicas”, dice la autora y yo no podría estar más de acuerdo.

Medios de comunicación y redes sociales se han convertido en los primeros escrutadores del cuerpo de las mujeres, difundiendo y propagando un discurso totalmente machista. Vayamos a un ejemplo mexicano, hace unos días le preguntaron a la conductora Paty Chapoy por Yuridia y reconoció, con absoluto cinismo, que hacían comentarios gordofóbicos en contra de la cantante.

Yuridia entonces señaló toda la violencia y discriminación de la cual fue objeto, junto con su familia, durante varios por parte de Ventaneando, al punto en que pensó en quitarse la vida. De forma sorpresiva, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) emitió un comunicado donde condena las declaraciones violentas en contra de la cantante y señala que Ventaneando incurrió en violencia mediática, esto llevó a una insípida disculpa por parte de Chapoy.

El tema va más allá de dar un mensaje a las mujeres famosas, el mensaje nos llega a todas las mujeres: sino te puedo sexualizar porque estás embazadas, porque superas los 60 años o porque tienes un cuerpo diverso, no sirves. Es decir, se refuerza el mensaje de que las mujeres somos objetos de consumo y no basta simplemente con funar o cancelar a influencers y conductoras que emiten los mensajes, sino en reflexionar nuestras propias prácticas sexistas, edadistas, racistas y gordofóbicas. 

En resumen, no está chido criticar los cuerpos de otras personas. Punto.

***

Samantha Páez. Periodista y activista en temas de género y libertad de expresión. Dirigió por 3 años el Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación (OVIGEM). Forma parte de la Red Puebla de Periodistas. También escribe cuentos de ciencia ficción.

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