Opinión

El PRI perdió a los pobres




junio 7, 2023

El Estado de México, que era el bastión del PRI a nivel nacional, es el estado donde no sólo hay el mayor número de pobres en el país, sino donde se concentra una gran cantidad de personas en pobreza que han migrado desde otras entidades también aún más pobres

Por Víctor M. Quintana S.

El PRI produjo más pobres en el Estado de México, los usó y luego los perdió. Esa sería una de las lecciones de los comicios del domingo pasado. La coalición PRI-PAN-PRD encabezada por Alejandra del Moral perdió claramente ante la candidata a la gubernatura por MORENA, la maestra Delfina Gómez. Por más que en círculos críticos a la 4T se increpe a los clasemedieros que no acudieron a las urnas -hubo menos del 50% de participación – el hecho no puede ocultarse: aunque hubieran acudido no habrían ganado.

Detrás de la realidad político-electoral del estado más poblado del país, está una contundente realidad socioeconómica: el Estado de México es donde se concentra en números absolutos el mayor número de personas en situación de pobreza en la República: 8 millones 342 mil, en números redondos. También es ahí donde se concentra el mayor número de personas en extrema pobreza: un millón 401 mil 900 personas.

Para hacernos una idea: en Edomex hay 9 veces más personas en pobreza y 13 veces más en extrema pobreza que en Chihuahua. Se dirá que allá hay mucha más población que en Chihuahua, por son importantes los números relativos:  en Chihuahua la población en situación de pobreza es de 23.3%; en el Estado de México es casi el doble: 48.9%. Los porcentajes de la población en situación de extrema pobreza son 2.9% para nuestro estado y 8.2% para EdoMex.

Lo peor es que el Estado de México, entre 2016 y 2020 la población en situación de pobreza moderada o extrema fue una de las que mas aumentó en todo el país: tan sólo entre 2018 y 2020 se generó un millón 300 mil pobres más y en el mismo bienio el número de personas en situación de extrema pobreza casi se dobló: de 783 mil a un millón 401 mil.

El que era el bastión del PRI a nivel nacional es el estado donde no sólo hay   el mayor número de pobres y pobres extremos en el país, sino donde se concentra una gran cantidad de personas en pobreza que han migrado desde otras entidades también aún más pobres: Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Puebla, para ir a disparar la demografía de poblaciones como Chalco, Ecatepec, Nezahualcóyotl, etc.

Paradójicamente, mientras estas poblaciones crecían en número de habitantes y en pobreza, sobre todo en el oriente del estado, en el occidente se consolidaba uno de los grupos con más poder y más riqueza del país gracias a la corrupción y tráfico de influencias: el grupo priísta Atlacomulco.

La base social del PRI eran esos millones de personas en pobreza y los miles de trabajadores de los sindicatos charros. Ahora les pegaron en la línea de flotación dos políticas centrales de la 4T: por un lado, las transferencias a adultos mayores, personas con discapacidad, madres solteras y jóvenes de prepa. Por otro lado, el incremento de los salarios mínimos sin la intervención de las cúpulas sindicales y las reformas a la legislación laboral que garantizan la libertad sindical.

El PRI lograba tener el apoyo de los pobres porque, con todo y corrupción, desde los años treinta hasta los setenta pudo derivarles beneficios- nunca concebidos como derechos- y elevar su nivel de vida. Luego, con el neoliberalismo, deterioró seriamente ese nivel de vida y lo único que entregó fue migajas de manera corporativa. La rebelión electoral e 2018 fue la respuesta a esa política clientelar-minimalista. Ahora el PRI está gravemente herido porque ni tiene cómo atender a los pobres, ni ha sabido reconvertirse en un partido de clases medias, urbanas, educadas. Eso, a nivel nacional, con algunas excepciones, como la de Coahuila o Durango.

Tras el triunfo en el Estado de México, MORENA tiene al menos tres grandes desafíos: primero, seguir atendiendo a los pobres, pero no de manera clientelar, sino desarrollando conciencia de sus derechos y construyendo capacidades. Segundo: que el grupo Texcoco, a donde pertenecen la inminente gobernadora electa y su equipo, no se desconecte de la gente de abajo y se convierta en otro grupo como el Atlacomulco. O sea, no repetir reloaded, los mismos errores que ahora hundieron al PRI. Y el tercero y más inmediato: gobernar para que la segunda economía más grande del país genere condiciones de vida digna para todas y todos los mexiquenses.

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