El bloqueo del gobierno de Chihuahua a los libros de texto gratuitos ha puesto a la educación pública en el centro del debate; ha despertado fuerzas sociales que parecían adormiladas, ha generado un movimiento y ha desenmascarado las intenciones y limitaciones de la derecha local
Por Víctor M. Quintana S.
Rebelión de las bases magisteriales y padres de familia, de un lado; de otro, una mezcla confusa de improvisaciones, falsedades, contradicciones por parte del gobierno del estado y las direcciones de las secciones 8 y 42 del SNTE, que se podrían calificar con el chihuahismo “reborujo”. Así se puede resumir lo que ocurre en el estado en torno a los libros de texto gratuitos (LTG).
Las niñas y niños de las escuelas públicas de Chihuahua llevan más de tres semanas privados de sus textos, luego de la controversia constitucional que interpuso el gobierno estatal ante la SCJN y que el ministro Luis María Aguilar guarda en la congeladora. Mientras tanto, el alumnado chihuahuense tiene que conformarse con unos “cuadernillos” elaborados a matacaballo por el gobierno del estado o refriteados de materiales hechos para el tiempo de pandemia, de muy mala calidad pedagógica y de impresión.
Esto ha suscitado una rebelión en diversos sectores de la sociedad chihuahuense.
Uno de los grupos más combativos y dinamizadores de la protesta es el de Ciudad Madera. Desde antes del inicio de cursos docentes, padres y madres de familia, docentes, supervisores y jefes de sector se han organizado y mostrado de diversas formas su inconformidad: asambleas en las escuelas, marchas y mítines hasta la ciudad de Chihuahua, constitución de colectivos para exigir la entrega de los textos, lonas fuera de los planteles en contra de los cuadernillos.
Por lo menos en tres ocasiones ha habido marchas de todo el estado al Palacio de Gobierno demandando la entrega de los LTG; contingentes de padres y madres de familia, del magisterio y ciudadanía en general, desafiando las amenazas de las autoridades educativas y la tibieza del liderazgo sindical. Los contingentes han ido en aumento. Se constituyó el Frente para la Defensa de la Educación Pública con amplia participación de maestras, maestros, intelectuales, padres y madres de familia. Los líderes de las secciones 8 y 42 han oscilado entre el tímido acatamiento a la directiva del SNTE de demandar la entrega de los LTG y la subordinación a la gobernadora.
Este miércoles 20 de septiembre la bancada de Morena en el Congreso del Estado comenzó a entregar 100 mil cartas personales firmadas por madres y padres de familia demandando a la gobernadora la entrega de los textos. Mientras se acusa el recibo de cada una de estas misivas se mantendrá un plantón frente al Palacio de Gobierno. Luego se entregarán otras 100 mil cartas provenientes de todos los rumbos de Chihuahua pidiéndole al Presidente de la República se haga efectivo el derecho de la niñez chihuahuense a los LTG. Estas cien mil cartas representan alrededor de uno de cada tres padres o madres de familia de las escuelas publicas del estado.
La inconformidad se siente hasta en las reuniones oficiales. Hace unos días las jefes de sector y supervisores de educación primaria se sublevaron en una reunión convocada por Servicios Educativos del Estado de Chihuahua cuando se les trató de convencer de la controversia constitucional contra los LTG interpuesta por el gobierno del estado. “No insulten nuestra inteligencia y entreguen los libros ya” espetaron a los funcionarios. Por su parte, los estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional en Parral se declaran en rebeldía ante los cobros por los cursos de la USICAMM. Prácticamente no hay voces dentro del magisterio, incluso las menos politizadas, que defiendan el Frankestein editorial del gobierno de Chihuahua.
Ante la presión de los movimientos que defienden la educación pública, la respuesta del gobierno de Chihuahua ha sido una suma de traspiés y despropósitos.
El sábado 9 convocó a una concentración contra los textos, junto con organizaciones empresariales y ciudadanas. A los empleados del gobierno se les pasó lista de asistencia. Aun así, el contingente fue muy reducido con relación a las decenas de miles de padres y madres de familia que dicen representar. El tono predominante del acto correspondió más al arranque de campaña del candidato de la extrema derecha a la Presidencia de la República que un análisis bien fundamentado contra la Nueva Escuela Mexicana y los LTG.
El bloqueo de los textos ha generado desgaste y confrontaciones internas a las autoridades educativas del gobierno de Chihuahua por ejemplo, se hizo renunciar al Subsecretario de Educación Básica. Por presiones sindicales se removió a la Directora de Educación Indígena, una mujer rarámuri con doctorado, a pesar de la protesta de la Red de Mujeres Indígenas. Ante las demandas de información sobre el costo y proceso de elaboración de los “cuadernillos” el Gobierno del Estado declaró reservada durante un año la información sobre los costos de los materiales y los contratos con las empresas que los elaboraron. La misma sección 8ª. del SNTE se mostró preocupada por que el alumnado pierda el ciclo escolar por falta de textos. No sería extraño que sacrifiquen a altos funcionarios para tratar de calmar los ánimos.
El bloqueo del gobierno de Chihuahua a los TLG ha puesto a la educación pública en el centro del debate estatal; ha despertado fuerzas sociales que parecían adormiladas, ha generado un movimiento que hace mucho no se veía y ha desenmascarado las intenciones y limitaciones de la derecha local. No es poco.