Opinión

Maru Campos, compradora de silencio



domingo, septiembre 24, 2023

La gobernadora de Chihuahua gastó más de 500 millones de pesos en publicidad oficial, en dos años… con dinero público, se construyen las verdades oficiales, que redundan en que tenemos una prensa cerca al poder, alejada de la sociedad y una prensa del boletín que prostituye al periodismo

Por Jaime García Chávez

El comportamiento de la gobernadora María Eugenia Campos Galván en política de comunicación y pago de contratos a medios, podría dar lugar a una novela que, emulando a otra famosa, publicada por Enrique Serna, El vendedor de silencio, bien podría llamarse La compradora de silencio, que traería implícito el tema de la adulación o simplemente el de construirle una imagen que no se corresponde con el desastre que tenemos y que es prolongación de al menos los dos gobiernos anteriores, el de César Duarte y Javier Corral, este último al que le está llegando el fuego a los aparejos.

Esta es la conclusión a la que me permite llegar la valiosa investigación periodística que realizó Abraham Rubio de Yo Ciudadano, que ha divulgado La Verdad Juárez, entre otros medios.

Es una investigación metodológicamente impecable, e imbatible por parte del gobierno del estado, cuenta habida de que se basa en informaciones proporcionadas, como ente obligado, la propia autoridad, que está erogando los millonarios gastos de esta administración en los medios de información.

Se ha hecho un recuento que parte de septiembre de 2021 a este septiembre que está finalizando, de 2023, y que arroja gastos en un volumen de 518.6 millones de pesos en publicidad oficial, tanto en medios estatales, como municipales y de otra índole.

Se examinaron diez medios y se detectaron 312 contratos de publicidad: Diario de Juárez, Diario de Chihuahua, El Heraldo de Chihuahua, Televisa, Canal 44 de Juárez y la capital, Multimedios, Radio Fórmula, Medios Masivos Mexicanos, TV Azteca, Tiempo y Norte Digital. Entre estas diez empresas se repartieron lo que sin duda parece un asalto a las finanzas públicas, en el momento en que la propia autoridad reconoce que no tiene fondos y quiere concertar más deuda pública.

Para darnos una idea del volumen, es dable recurrir a la más reciente página financiera mensual del gobierno del estado, para darnos cuenta que el servicio de la deuda con los bancos alcanzó, en este ejercicio mensual, un costo de aproximadamente 120 millones de pesos, lo que quiere decir que se podría solventar y adelgazar parte de la deuda sin estar manteniendo a los parásitos del periodismo.

Al desglosar esos 518 millones de pesos que investigó Abraham Rubio, tenemos que el más beneficiado que es la organización de los diarios de Osvaldo Rodríguez Borunda, que se embolsó, en números cerrados, 80 millones de pesos, que es la parte más voluminosa, pues basta ver que el Canal 44 se quedó con 38, El Heraldo con 33, y Televisa con 28, por mencionar a los más relevantes.

Con una cadena así, de periodismo amordazado, es muy difícil que a la población abierta y a la ciudadanía en particular le llegue una información para deliberar con acierto sobre el estado de la cosa pública en Chihuahua.

Todo ese caudal está pensado en términos de reproducir desde el poder la permanencia del actual grupo gobernante, pasando por la elección del próximo año. Tengo para mí que este es un crimen para Chihuahua.

Nada curioso resulta la ambigüedad en los contratos de publicidad, que por una parte conceden al “proveedor” de una suma base nada modesta, colocándole una zanahoria que va a corretear durante un año para pagarle una cantidad de casi el doble, como expectativa.

Una de las características de los contratos, cuando se pactan cantidades de dinero, es la precisión; pero en estos casos, donde reinan las traiciones, las mutaciones de simpatías hacia los mismos integrantes del equipo gobernante, la política de los premios o castigos también está presente.

Y cuando digo “castigos”, entiendo que no son tales, porque este tipo de periodistas primero se afianzan y luego van por una cantidad mayor, que seguramente lograrán en la etapa navideña. Hay discrecionalidad: los contratos prometen una cantidad mínima al “proveedor”, pero, en los valores entendidos, los no escritos, éste podría obtener el doble si se “porta bien”.

Debemos agradecer y tener en gran estima trabajos como el que comento aquí. Sin caer en una visión ideológica de lo que aquí se demuestra y mide, para acreditar verdades sólidas, viene bien que veamos este fenómeno de censura a través del cual, con dinero público, se construyen las verdades oficiales, que redundan en que tenemos una prensa con dos características: todo lo que acontece tiene que ver con el poder, no con la sociedad y sus problemas palpitantes.

Y la otra, que deriva de esta: la prensa del boletín, que castra y prostituye al periodismo y sus actores.

Ya es tiempo de que esos que se asumen de izquierda y demócratas, dejen de estar colaborando con este poder corruptor, que entre otros rostros tiene el de Osvaldo Rodríguez Borunda, o el del morenista Armando Cabada.

***

Jaime García Chávez. Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.

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