El campamento para migrantes improvisado por las autoridades en Los Hoyos de El Chamizal está dividido en tres secciones, una para madres solteras con hijos pequeños, una sección para familias y otra para padres solteros con hijos
Por Verónica Martínez / La Verdad
Ciudad Juárez– Junto con su familia, Evelio pasó la noche a la intemperie en el límite fronterizo entre México y Estados Unidos, a la espera de que autoridades estadounidenses les dieran paso a su territorio. No soportaron frío de la madrugada, que se registra en esta temporada de otoño, y desistieron.
“Me preocupe mucho por la salud de mi niña y tome la decisión de entregarnos a migración y nos trajeron aquí”, dijo el hombre originario de Honduras que ahora se refugia en el albergue provisional que el gobierno municipal instaló el pasado 10 de octubre para acoger a migrantes que llegan a esta frontera.
Su voz esta ronca. Esa mañana recibió atención médica por un malestar en su garganta y espera que pronto lleguen las medicinas que pidió al personal que atiende en el campamento.
El espacio de carpas fue instalado en un terreno de las calles Moctezuma y David Herrera Jordan. A casi 15 días de operación han atendido a más de 100 personas, de acuerdo con información proporcionada por el coordinador general de Comunicación Social del Municipio de Juárez, Carlos Nájera Payán.
Autoridades municipales informaron que el Instituto Nacional de Migración colabora en estos esfuerzos para brindar un espacio seguro a las personas que transitan por Juárez para llegar a los Estados Unidos y tiene una capacidad de 300 personas.
El director de la Dirección de Derechos Humanos del municipio, Santiago González Reyes, dio a conocer en una conferencia de prensa que el espacio sería exclusivo para familias canalizadas por el INM y el Grupo Beta.
“El objetivo es que los migrantes lleven a cabo su proceso de manera ordenada. Se les dará apoyo para agendar su cita a través de la aplicación CBP One, y si después de una semana y media no han logrado avanzar en su proceso, se les ofrecerá ser canalizados hacia un albergue en la ciudad”, dijo González Reyes.
Autoridades del municipio dieron a conocer que actualmente hay 32 personas que corresponden a 8 familias. Al espacio también han llegado otras 120 personas buscando refugio, pero no son parte de núcleos familiares y son canalizados al Kiki Romero.
Las principales nacionalidades atendidas han sido de Venezuela, Honduras, Guatemala y México.
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La mañana del martes pasado, agentes del Grupo Beta dieron asistencia a un grupo de ocho hombres que ese día llegaron a Ciudad Juárez y arribaron con el espacio que se encuentra a poca distancia del muro fronterizo.
“Es para que no se queden en la calle. Que estén en un lugar seguro”, dijo uno de los agentes del Grupo Beta que les ofrecieron trasladarlos a otro albergue de la ciudad. El grupo de venezolanos que consideraban sus opciones.
José, uno de los migrantes venezolanos, dijo que había perdido su cita para presentarse ante autoridades migratorias de Estados Unidos el lunes al medio día. El joven no logró llegar a tiempo a la frontera norte al haber permanecido dos días en detención por autoridades migratorias en San Luis Potosí.
“Hemos decidimos ir al albergue que nos ofrecen. De ahí ya veremos que vamos a hacer”, dijo decepcionado mientras seguía al resto del grupo que aceptaron el traslado del Grupo Beta.
El espacio humanitario improvisado por las autoridades está dividido en tres secciones, una para madres solteras con hijos pequeños, una sección para familias y otra para padres solteros con hijos adolescentes o mayores.
Por una de las carpas es visible el área del comedor de donde salen personas con charolas de comida que depositan ya vacías junto a un bote de basura. En el campamento hay presencia de personal del departamento de bomberos, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal y Protección Civil.
Las personas que ahí se alojan son identificadas con pulseras y pueden entrar y salir con libertad hasta las 11 de la noche, detalló González Reyes en conferencia sobre la operación del albergue. La autoridad informó que se estima que las personas podrán permanecer en este campamento hasta una semana y media para después, si así lo solicitan, ser trasladados a otros albergues en la ciudad.
Este es el plan de Evelio y su familia que considera quedarse en este espacio por hasta diez días y quedarse en otro espacio humanitario hasta 15 días más.
“Estaba pensando regresarme, pero hay mucha gente que me dice que hay que esperar la aplicación (de CBP One)”, dijo Evelio que es originario de Honduras. “Si no nos sale la aplicación en este tiempo ya nos vamos a regresar”.
