Claudia Sheinbaum quiere ser presidenta para tres cosas: para construir un país de derechos, combinar política y ciencia para transformar la realidad de este país y la honestidad; gobernar con ojos de mujer honesta.
Por Víctor M. Quintana S.
Un entrañable amigo, reportero de La Jornada y gran cronista de movimientos sociales publicó el libro “Claudia Sheinbaum, Presidenta. Una historia contada por Arturo Cano” (Grijalbo) Dentro de los libros de coyuntura, éste llama la atención, porque si algo sabe Arturo Cano es desarrollar narrativas ágiles sin caer en lo superficial. Nos cuenta la biografía de Claudia Sheinbaum, un caminar visto desde varias perspectivas:
El aprendizaje de un caminar: El aprendizaje sociopolítico de Claudia Sheinbaum se da en cuatro ámbitos diferentes: en los movimientos sociales: en las reuniones de los dirigentes del movimiento estudiantil del 68 en su casa; luego en el movimiento del Consejo Estudiantil Universitario, (CEU) en 1986, afianzando la bandera de huelga y no perdiéndose ningún mitin; protestando en la Universidad de Stanford contra Salinas y el TLCAN; en la lucha contra el fraude electoral en 2006; comandando “Las Adelitas” en la defensa del petróleo. En la construcción de Morena.
Claudia también aprende al compartir la cotidianeidad problemática del pueblo, de las mujeres: experimentando desde muy joven la maternidad, la doble jornada, los desayunos apresurados, llevar y recoger los niños a la escuela, tener dos chambas para que alcance el sueldo.
El tercer ámbito de la formación de Claudia es el académico científico; como licenciada en Física, Doctora en Ingeniería de la Energía, como Investigadora de Alto Nivel, pero siempre dentro de la investigación aplicada a resolver los problemas del país y del mundo: desde las estufas ahorradoras de leña en la comunidad indígena de Cheranástico, Michoacán hasta el Panel Internacional de Expertos en el Cambio Climático de la ONU.
El cuarto ámbito de formación en el caminar es el de los encargos públicos de Claudia, como Secretaria del Medio Ambiente, como Delegada de Tlalpan y como Jefa de Gobierno.
Un caminar con dos pies muy firmes: El primer pie es el de la fuerza de la razón. Ese fue el slogan del movimiento del CEU, relata Cano, fuerza que lleva al diálogo y al triunfo pacífico de este movimiento. Claudia es una convencida del debate y de la persuasión; desarrolla grandes capacidades intelectuales para gobernar: planeación, supervisión, manejo de los presupuestos, construcción de obras como “los segundos pisos”, de organización de base, manejo de problemas tan complejos como la pandemia.
El segundo pie del caminar de Claudia Sheinbaum es el pie de la mirada de mujer, de la inteligencia del corazón. Lo narra Arturo con datos, anécdotas y experiencias. Desde su amor por Rodrigo Imaz, al que cuida y ama como su hijo biológico y la hace abuela. Su total dedicación a él y a su hija Mariana; su orgullo por su madre la científica Annie Pardo y por su padre, de quien hereda su pasión por la política, y la música de Juan Gabriel. Pero, sobre todo por “el sentido de protección”, que la lleva a desarrollar una política, un gran sistema de cuidados en la CDMX. El asumir su identidad judía, y a la vez solidarizarse sin condiciones con el pueblo palestino. Es esa inteligencia del corazón lo que hace que Claudia supere las crisis se le presentan, ya sea políticas o, personales o en situaciones como el accidente de la línea 12 del metro.
Los resultados de este caminar: Nos los presenta Cano en el apéndice titulado “Honestidad que da resultados”. Son fruto de la integración del caminar con el pie de la fuerza de la razón, con el pie de la mirada de mujer, y principios de izquierda irrenunciables. Mujer que sabe ingeniería y que reduce la delincuencia en la Ciudad de México en un 58% y a la vez se conmueve con las mujeres víctimas de la violencia y sufre con quienes más sufren la exclusión. Resultados que bien resume la empresaria Altagracia Sánchez: combinación de desarrollo económico y sustentabilidad ambiental, transporte y movilidad urbana, reconstrucción del tejido social, para la ciudad de México se convirtiera en una “Ciudad de Innovación y Derechos” siempre en diálogo constructivo con el sector empresarial.
A dónde va este caminar: En todo momento Claudia reconoce “Al hombre que se ha ganado el corazón del pueblo de México”, Andrés Manuel López Obrador y considera que la 4T que él inició, debe continuarse. Quiere ser presidenta para tres cosas: para construir un país de derechos, combinar política y ciencia para transformar la realidad de este país y la honestidad; gobernar con ojos de mujer honesta.
Su proyecto lo enmarca dentro de la izquierda y al quehacer de ésta le asigna cuatro condiciones: garantizar los derechos de todas y de todos, ser democrática, garantizar el buen vivir para toda la gente y reivindicar las luchas sociales del Pueblo de México.
La perspectiva que Claudia traza a este caminar es clara: desde la gente, la felicidad de ella, la seguridad, la riqueza de la colectividad, la participación. Desde aquí quiere que construyamos el México que soñamos esta mujer llamada Claudia Sheinbaum.