Por primera vez Israel es juzgado por su larga historia de abusos y violencia contra Palestina. El pueblo israelí ocupa hoy el asiento que una vez fue para sus genocidas
Por Alberto Nájar
X: @anajarnajar
La Haya, Países Bajos. Corte Internacional de Justicia. Primera audiencia del juicio contra Israel, acusado de cometer genocidio en Gaza.
En la intervención final de la jornada la representante de Sudáfrica, país que llevó el caso ante la CIJ, expone datos contundentes, demoledores:
Cada día, en promedio 247 palestinos son asesinados o están a punto de serlo. Muchos de ellos son hechos pedazos.
Esto incluye 48 madres cada día, un promedio de dos por hora. Más de 117 niños mueren, víctimas de ataques de la guerra israelí en su contra.
En un lapso de 24 horas unos tres médicos, dos maestros, al menos un periodista y un empleado de Naciones Unidos son asesinados en su lugar de trabajo, en la casa de alguna víctima o al apoyar a refugiados palestinos.
Un promedio de 629 personas serán heridas, muchas de forma múltiple mientras se trasladan de un lugar a otro al buscar desesperadamente un sitio seguro.
Cada día diez niños palestinos sufren la amputación de una o las dos piernas, la mayoría sin anestesia por la falta de medicamentos.
En ese mismo período unas tres mil 900 casas palestinas serán destruidas o dañadas severamente.
Las tumbas y cementerios serán bombardeados y los cuerpos exhibidos, negando a los palestinos el derecho a la dignidad y paz tras su muerte.
Ambulancias, hospitales y médicos seguirán continuamente atacados. El personal que durante tres meses ha tratado de ayudar a los heridos y desplazados, casi siempre con el único apoyo de sus manos, se mantienen como objetivo militar.
Cada día más personas abandonarán sus refugios y serán bombardeadas en los sitios a donde son forzadas a desplazarse.
Generaciones enteras de familias serán totalmente borradas, y más niños entrarán a la condición de menores heridos sin familias sobrevivientes.
Los datos, sentenció la representante sudafricana, nacen del ataque genocida de Israel contra el pueblo palestino.
No cabe otra definición. El argumento de Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, es inaceptable: alega que ejerce su legítimo derecho a la defensa tras el ataque de Hamas.
Pero su operación militar en Gaza se concentra en las niñas, niños y mujeres palestinas, no en los milicianos del grupo extremista.
No existe tampoco el equilibrio de fuerzas para justificar una embestida del nivel que ordenó Netanyahu:
Las Fuerzas de Defensa de Israel constituyen uno de los ejércitos más equipados y con mayor entrenamiento del mundo, inclusive con armas nucleares.
Los islamistas de Hamas tienen cohetes, fusiles, granadas, minas y el respaldo de algunos gobiernos árabes o grupos extremistas.
Pero su fuerza real es más de apariencia, el fantasma de que eventualmente conseguirán extender su cruzada a todo el mundo árabe, como ocurrió en los años 70.
Es un elemento adicional que subrayaron los abogados sudafricanos en La Haya: como Gaza es un territorio ocupado no se puede invocar la legítima defensa.
Además, el exterminio del pueblo palestino que pretende el sionismo israelí no puede ser la respuesta a ningún ataque. Nada justifica un genocidio.
Así fue la primera audiencia del proceso que enfrenta Israel en la Corte Internacional de Justicia. Un juicio histórico por dos razones:
Es la primera vez que el Estado Judío es llamado a cuentas por su violencia y arbitrariedades contra los palestinos.
Y exhibe, además, una paradoja fundacional: formalmente, Israel es acusado de violar la Convención sobre el Genocidio de 1948 que se adoptó después del Holocausto donde seis millones de judíos fueron asesinados.
La Convención fue resultado de los juicios de Nuremberg que concluyeron en 1946, y donde se sometió a proceso a algunos de los criminales nazis que organizaron el genocidio contra el pueblo israelí en Europa.
Cerca de 78 años después las víctimas de entonces cambiaron de asiento, ocupa ahora el sitio destinado a los criminales. El Estado que durante décadas ostentó la bandera de víctima se convirtió en victimario.
Hoy, Israel es el genocida.
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Alberto Najar. Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service. Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.