En Estados Unidos comenzó la larga carrera por la presidencia. El país más influyente del mundo está peligrosamente dividido. Por un lado, el establishmen demócrata busca conservar el poder, mientras que en el bando republicano el discurso de odio, animado por Donald Trump, vuelve a tomar fuerza
Por José Ignacio De Alba / Pie de página
Dos hombres de la tercera edad se perfilan como favoritos para ganar las elecciones en Estados Unidos. Por un lado, Joe Biden, de 81 años y por otro Donald Trump, de 77. Cualquiera de los dos podría ser elegido para gobernar una de las democracias más viejas del mundo, una democracia que precisamente, parece haber dejado en el pasado sus mejores años.
¿Dónde está la participación de los jóvenes en la construcción de la política en Estados Unidos?, se le pregunta al director de la organización Global Exchange, Marco Castillo.
“Los demócratas no han logrado que las nuevas generaciones lleguen a candidaturas relevantes, es decir, estratégicas, ni en el gabinete ni en las legislaturas. Y por el otro lado, el discurso Republicano es todo lo contrario. Ellos son los que reivindican que las cosas fueron mal hechas en las últimas décadas, y culpan de ello a la generación de cristal, como ellos le llaman”.
La organización donde trabaja Marco Castillo es una iniciativa de comunidades latinas que promueve la participación en asuntos de Justicia Social y Paz en Estados Unidos y Latinoamérica.
En charla telefónica, Casillo explica que “este proceso electoral está marcado por una violencia inusitada”. Pero también relata que la violencia está en el centro de las acusaciones entre los candidatos, detalla que los demócratas han logrado una narrativa muy sostenida de que Trump es violento, pero el activista también cuenta que muchos de los seguidores de Trump se sienten agraviados desde las últimas elecciones.
“Un tercio de los estadounidenses piensa que Biden llegó a la presidencia gracias a un fraude”, Castillo dice que un ejemplo claro fue la toma del Congreso del 6 de enero de 2021, donde la mayoría de los participantes fueron personas de clase media en posiciones de administrativas, de espacios suburbanos. “Esto es muy importante, porque no solamente es un tema de blancos pobres, como siempre se ha dicho. Hay una clase media, educada, que está enojada con el actual gobierno”.
La candidatura de Trump es casi un hecho, pues este fin de semana Ron DeSantis, su rival al interior del Partido Republicano, se bajó de la campaña y dijo que el partido debe apoyar a Donald Trump.
El crecimiento de la campaña de Donald Trump se da en medio una pesquisa judicial, “o sea, la persecución en contra de Trump se va a convertir con el desafuero de AMLO. Claro, Trump está construyendo su campaña con la idea de que es un perseguido político”.
Castillo asegura que el equipo de Trump “está preparando una estrategia para invalidar la elección, si es que pierden”.
Por otro lado, “los demócratas están apostando a sentenciar a Trump antes de que sea electo candidato del Partido Republicano. Básicamente, su única opción es meterlo a la cárcel, invalidar su candidatura”. Mientras que el republicano está seguro de que él va a ser nombrado candidato antes de que sea sentenciado”.
Una sociedad dividida
Castillo destaca la presencia de una «ola silenciosa» de personas blancas de clases medias que apoyan a Trump, sin participar activamente en protestas o manifestaciones. Contrario a la idea común de que los seguidores de Trump son principalmente pobres y del sur, se señala que este sector de “republicanos de clost” incluye a personas de ciudades importantes como Nueva York, Chicago y Filadelfia, como lo señaló un estudio de la Universidad de Chicago.
La sociedad estadounidense es una sociedad dividida, en donde las políticas públicas de integración, de equidad, de igualdad, de inclusión racial han generado que las clases blancas se “perciban desplazamiento. Entonces, lo que estamos viendo es este un un gran sector históricamente en el poder, la clase blanca, desde la fundación de este país que hoy está sintiendo esta amenaza y estaría dispuesto a apoyar una solución antidemocrática.
–Biden tuvo una campaña, en 2020, donde planteó que su gobierno velaría por el fortalecimiento de las instituciones democráticas ¿Cómo se percibe esto con el paso de los años?
–La administración Biden se ha dedicado a intentar regresar la economía de Estados Unidos a niveles prepandémicos.
«Biden, ha hecho un esfuerzo por tratar de ganar la batalla del empleo. Él se denomina a sí mismo como el presidente que ha creado más empleos en la historia de los Estados Unidos. También, ha intentado controlar la inflación y las tasas de interés».
Pero, en general, “la percepción pública no es que esté mucho mejor ahora que cuando comenzó su gobierno. A pesar de que el manejo de la economía ha sido muy prudente, la gente no alcanza a percibir una mejoría significativa en sus bolsillos. Hay muchas personas que están sufriendo para llevar alimento a la mesa de sus casas”.
Castillo pondera que la campaña de Biden se beneficia al encontrarse en el poder. Sin embargo, en su administración Estados Unidos ha abierto dos frentes de guerra que antes no tenía, con su apoyo a Ucrania, Israel y Medio Oriente. “Para Trump es muy fácil decir yo lo haría mejor, incluso el republicano puede presumir que en su administración no hubo guerras”.
La migración
Aunque históricamente la población latina ha sido demócrata, Castillo menciona que la campaña de Trump ha logrado atraer a ciertos sectores latinos, especialmente ante la percepción de fracaso en la política migratoria de la administración Biden.
“La política migratoria es el gran fracaso de la administración de Biden. Él había prometido solucionar. Pero, paradójicamente, hubo una continuidad del “trumpismo”, no pudieron hacer nada diferente”.
Una de las cosas que ha mostrado Trump, en los últimos meses, ha sido la capacidad de ganar la atención de ciertos sectores latinos y afroamericanos. Parece increíble, pero es cierto. Hace algunas semanas Telemundo le abrió sus puertas y le hizo una entrevista.
Y ahí, “Habló maravillas de los latinos. Es preocupante notar que también ciertos sectores de la población latina están mirando la campaña de Trump porque, repito una vez más, la expresión de Biden fracasó en la oferta de una Reforma Migratoria, en tratar de resolver la crisis en la frontera, en intentar resolver la crisis de asilo”.
***
Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.