Lo incluyó en sus listas de candidatos a diputados plurinominales tras haber salido elegido en su tómbola pero sin reconocer su identidad como hombre trans
Por Ernesto Aroche Aguilar / Lado B
Puebla- A Tuss Demián Fernández el partido Morena le violentó su identidad de género tres veces al elegirlo como uno de sus candidatos a diputado federal plurinominal.
La noche del miércoles 21 de febrero Tuss Demián, un hombre trans poblano, escuchó su nombre cantado por militantes de Morena en la tómbola que realizó ese partido político para definir a las personas que registraría en la lista de plurinominales.
Pero lo que debió ser un momento de alegría, pues Tuss Damián había iniciado meses antes una lucha legal ante los órganos electorales de Puebla para ampliar los espacios de representación política de la comunidad LGBTI+, rápidamente se convirtió en un momento de duda, cuando se dio cuenta que lo habían registrado como candidata mujer. Un género que no es el suyo.
“Al momento de registrarme en el formulario puse como género “otro”, y en grupo en situación de vulnerabilidad me registré como “diversidad sexual”. Había dos casillas que referían que era yo una acción afirmativa, pero nunca que era mujer”.
La nominación rápido generó reacciones en redes, periodistas y activistas de la diversidad saludaron la inclusión de Tuss Demián, pero también hubo críticas por haber sido incluído en las listas de mujeres.
Un día después, cuando Morena dio a conocer la conformación y acomodo de las listas el activista poblano se encontró en la posición número 22, muy lejos de la posibilidad real de llegar a la Cámara de Diputados, “de ser el primero en la lista, porque fui el primer insaculado de la cuarta circunscripción, me mandaron hasta el fondo”, dice.
Ahí vino, además, una segunda violación a su identidad de género: fue registrado como hombre cis. Una conclusión a la que llega Tuss Demián pues explica que su compañero de fórmula, su suplente, no ha hecho pública una identidad diversa. Tampoco aparece en los listados de personas que se inscribieron al proceso interno del partido en la categoría de Acción Afirmativa LGBTI+.
Este reportero se comunicó con él y solo dijo que no podría dar información sobre su identidad de género “hasta verificar sus datos”.
La tercera agresión a su identidad que vivió Tuss Demián también estaba en la publicación de los listados de candidaturas plurinominales de Morena. El partido no le reconocía su identidad como persona LGBTI+, como hombre trans, pues no fue incluido como candidato de cuota a las que están obligados los partidos desde la pasada elección del 2021 para abrirle espacios de representación política a grupos y comunidades invisibilizadas o ignoradas.
“Desde antes de la insaculación yo vi que no aparecía en el listado de acciones afirmativas LGBTI+, entonces escribí a la Comisión Nacional de Elecciones pidiendo que me reconocieran como tal, pues me había registrado para la selección de candidatos”, pero no tuvo respuesta.
Tampoco tuvo respuesta al mail que envió pidiendo, nuevamente su reconocimiento como hombre trans y que se considerara su trayectoria en el activismo por la diversidad sexual para que fuese reubicado en la lista de acuerdo con los lineamientos del Instituto Nacional Electoral en una posición competitiva.
De nuevo fue ignorado, dice, “que nadie del partido, tras la insaculación, se ha comunicado conmigo ni del estatal ni su enlace con las diputaciones federales del nacional ”.
La situación se complicó porque el 23 de febrero por la noche, cuando Tuss Damián regresaba de la Ciudad de México a donde había acudido a registrarse como candidato ante la Comisión de Elección de Morena, fue asaltado por un grupo de sujetos durante el trayecto por la autopista México-Puebla. En el asalto le robaron todos sus documentos de identidad.
Una identidad por la que lleva peleando años para ser reconocido, y fue hasta 2015 cuando logró obtener un acta de nacimiento en la ciudad de México, tras un largo proceso jurídico que le llevó tres años, con el nombre que él eligió.
“Para asumir mi identidad de hombre trans, tuvieron que pasar casi 15 años desde mi llegada a la Angelópolis. Me tomó, prácticamente, la mitad de mi vida deshacerme de los miedos y las dudas con las que crecí, y que me educaron dentro de una familia machista en un pueblo conservador.”
Para que le reconocieran su nueva identidad en Puebla, su estado natal tuvo que librar otras trabas más en un laberinto burocrático que le llevó medio año más, pero por lo visto esa lucha no se ha terminado.
“Lo que si es muy molesto –concluye tras el proceso para postularse como candidato de acción afirmativa LGBTI+– es ser interpretado como hombre cis. No lo soy, ni me veo en esa categoría, por eso me registré como otro, para hacer esa diferencia. Si no, nunca nos miran, no hay un reflejo de dónde estamos. Yo siempre elijo el “otro”. Pero siempre estamos en la incertidumbre de cómo se lee tu identidad”.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Lado B que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.