Opinión

La crisis que se avecina: las guerras arancelarias amenaza el sistema de las maquiladoras, la seguridad fronteriza y décadas de progreso



martes, marzo 4, 2025

Destruir un sistema que ha mantenido la paz y la prosperidad durante seis décadas en la región fronteriza entre México y Estados Unidos no es sólo un error económico, sino un desastre geopolítico en ciernes

Por: José Mario Sánchez Soledad

Durante más de medio siglo, el sistema de las maquiladoras ha sido la columna vertebral de la estabilidad económica y la seguridad en la región fronteriza entre Estados Unidos y México. Establecido en 1964, este sistema no era simplemente una política comercial sino una solución a un desafío geopolítico: proporcionar empleo, crecimiento económico y seguridad en ambos lados de la frontera. Ahora, con la inminente imposición de aranceles del 25 por ciento a los productos mexicanos, esta intrincada y delicada estructura enfrenta un riesgo existencial. Las repercusiones de una decisión de ese tipo podrían ser tan destructivas como socavar la OTAN, alterando las relaciones y los marcos de seguridad que han tardado décadas en desarrollarse.

El contexto histórico y geopolítico de la zona fronteriza

La frontera entre Estados Unidos y México no es solo una línea en un mapa; se trata de un espacio económico y regulatorio único que ha funcionado de manera diferente al resto de ambas naciones desde su creación tras la guerra entre México y Estados Unidos (1848-1851). Con el tiempo, la frontera se convirtió en una zona de amortiguamiento, formalizada en 1983 por el Acuerdo de La Paz, para regular el movimiento, el comercio y la seguridad.

* En Estados Unidos, la zona fronteriza se extiende 100 millas desde la frontera internacional, donde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ejerce poderes de aplicación adicionales.

* En México, la zona fronteriza se extiende de 20 a 30 kilómetros y abarca importantes ciudades industriales como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Reynosa y Matamoros, que dependen en gran medida de la industria maquiladora.

Esta zona especial ha permitido políticas comerciales y de seguridad que son distintas del resto del territorio de cada país. Sin embargo, los aranceles propuestos desestabilizarían este ecosistema económico cuidadosamente administrado.

El sistema de maquiladoras: un imperativo económico y de seguridad

El programa de maquiladoras nació en 1964 por necesidad. Después de que terminó el Programa Bracero (1942-1964), miles de trabajadores mexicanos, que habían sido empleados en la agricultura estadounidense, se vieron obligados a regresar a México, pero no había empleos para ellos. A diferencia del centro de México, donde las industrias nacionales prosperaron en la Ciudad de México, El Bajío y Monterrey, la región fronteriza carecía de una base industrial nacional fuerte.

Para evitar el colapso económico y los riesgos de seguridad asociados con el desempleo masivo, México y Estados Unidos colaboraron en una solución mutuamente beneficiosa: el sistema de maquiladoras. Esto permitió a las empresas extranjeras, en particular de Estados Unidos, establecer fábricas a lo largo de la frontera, beneficiándose de:

* Importación libre de impuestos de materias primas para procesamiento y ensamblaje.

* Costos laborales más bajos y creación de empleos estables.

* Un corredor económico controlado que impidió la migración masiva y mejoró la seguridad regional.

Durante décadas, este sistema ha asegurado la estabilidad, convirtiendo la frontera de una posible crisis humanitaria y de seguridad en una historia de éxito económico.

Por qué los aranceles destruirían el sistema de maquiladoras

Los aranceles propuestos del 25 por ciento a las importaciones mexicanas no solo afectarían el comercio, sino que desmantelarían un sistema que fue diseñado para mantener la estabilidad y la seguridad en ambos lados de la frontera. He aquí por qué:

1. Colapso económico en las ciudades fronterizas

Ciudades fronterizas como Ciudad Juárez, Tijuana y Reynosa existen gracias a las maquiladoras. Si los aranceles hacen que la producción sea insostenible, muchas fábricas cerrarán, lo que provocará:

* Pérdidas masivas de empleos en una región que no tiene industrias alternativas.

* Una recesión económica grave, que afectará a las empresas, los servicios y la infraestructura locales.

* Un aumento de la delincuencia y la inseguridad, ya que miles de trabajadores desempleados se quedarán sin opciones.

2. Una crisis de seguridad para Estados Unidos

Históricamente, Estados Unidos ha entendido que un México estable es lo mejor para Estados Unidos. Si el sistema de maquiladoras colapsa, la frontera enfrentará:

* Una mayor presión migratoria, ya que los trabajadores buscarán trabajo en otros lugares, muchos de ellos rumbo al norte.

* Un aumento en la actividad del crimen organizado, que llenará el vacío económico dejado por las empresas legítimas.

* Mayores costos para la seguridad fronteriza de Estados Unidos, ya que la inestabilidad en el lado mexicano aumenta las necesidades de aplicación de la ley.

3. Interrupciones en la cadena de suministro y mayores costos para las empresas estadounidenses

Los fabricantes estadounidenses dependen de las maquiladoras mexicanas para los componentes que se utilizan en automóviles, productos electrónicos y dispositivos médicos.

* Los aranceles del 25% aumentarían los costos de producción, obligando a las empresas a trasladar esos costos a los consumidores o a trasladarse a otros países de bajo costo, como China, lo que contradice los esfuerzos de Estados Unidos por fortalecer el comercio regional.

* Las industrias que dependen de la producción justo a tiempo (como la fabricación de automóviles) se enfrentarían a graves trastornos, lo que provocaría también pérdidas de empleos en Estados Unidos.

Décadas de progreso en peligro

El sistema de las maquiladoras no surgió de la noche a la mañana. Se necesitaron décadas de cooperación bilateral para desarrollar un sistema que equilibrara las necesidades económicas con la seguridad fronteriza. Implementar estos aranceles sería tan miope como abandonar la OTAN: ambas decisiones socavarían alianzas de larga data y desestabilizarían a toda una región.

Un shock económico repentino y extremo en la economía fronteriza podría crear una crisis de seguridad mucho mayor que la que enfrenta actualmente Estados Unidos. En lugar de aranceles unilaterales, Estados Unidos debería fortalecer las relaciones comerciales, modernizar el programa de maquiladoras y garantizar que la estabilidad económica siga respaldando la seguridad fronteriza.

Destruir un sistema que ha mantenido la paz y la prosperidad durante seis décadas no es sólo un error económico, sino un desastre geopolítico en ciernes.

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José Mario Sánchez Soledad, empresario e historiador de Ciudad Juárez y consejero nacional de Coparmex.

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