El impacto de la actividad humana en la biodiversidad: “Tenemos que aprender a convivir y no destrozar todo”
domingo, abril 13, 2025

Las actividades humanas modificaron las poblaciones de especies que viven e interactúan en una misma área y que reducen la diversidad local en ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce en todo el planeta, señala el estudio The Global Human Impact on Biodiversity
Por Ana Cristina Alvarado / Mongabay Latam
Las actividades humanas están provocando la pérdida de biodiversidad en todo el planeta, de acuerdo con el estudio The Global Human Impact on Biodiversity, publicado en marzo de 2025 en la revista Nature. El artículo señala que las presiones humanas modificaron las poblaciones de especies que viven e interactúan en una misma área y que reducen la diversidad local en ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce.
El estudio se basó en la revisión y en el análisis de los datos de 2133 publicaciones científicas. A partir de esto, los autores obtuvieron 3667 comparaciones independientes sobre los principales grupos de organismos, hábitats y las cinco presiones humanas más predominantes: alteración de hábitat, contaminación, explotación de recursos, especies invasoras y cambio climático.

Lena Fehlinger, una de las coautoras, dice que en Latinoamérica se colectaron 596 comparaciones. Si bien el estudio no fue pensado con divisiones geográficas, debido a este gran número, asegura que las principales conclusiones sí son aplicables a esta región.
Investigadores de Suiza, Suecia, Francia y España participaron en el estudio. Fehlinger, del grupo de Ecología Acuática de la Universidad de Vic, España, conversó con Mongabay Latam sobre los principales hallazgos de esta síntesis de los impactos humanos en la biodiversidad, considerada una de las más grandes que se ha realizado hasta el momento.

— ¿Cuáles son los hallazgos más sorprendentes del estudio?
— Ya anticipábamos un impacto negativo de las presiones humanas sobre la biodiversidad, pero de verdad que nos sorprendió la fuerza y la magnitud de los efectos. Nos sorprendió descubrir que el patrón general descubierto en nuestro análisis fue que a mayor escala sí que observamos una tendencia a la homogenización, pero a menor escala, por ejemplo, en el contexto local, observamos diferenciación. Esto podría deberse a que los estudios a menor escala pueden caracterizar mejor a las comunidades u obtener un muestreo más preciso.
La homogenización de las comunidades (de especies) significa que, con el tiempo, las comunidades de animales o plantas que antes eran diversas se vuelven cada vez más similares. Por ejemplo, si antes existía la selva tropical con muchos tipos diferentes de animales y plantas, y luego ese bosque se transforma en un monocultivo, muchas especies de animales y plantas que estaban allí desaparecen y solo persisten unos pocos que se adaptan a las nuevas circunstancias.

— ¿Qué grupos de organismos son los más afectados?
— Estas presiones afectan muchísimo a todos los organismos [invertebrados, mamíferos, reptiles/anfibios, aves, peces, fungi, plantas y microbios]. Ese es el patrón general.
Es importante distinguir entre la pérdida de riqueza local y los cambios en la composición de la comunidad, ya que los diferentes grupos de organismos se ven afectados de forma distinta. Cuando hablamos de la diversidad local, por ejemplo, son todas las especies que viven dentro de un lago.
La comunidad aborda una perspectiva diferente. Aquí interesa conocer la abundancia de cada especie y cómo interactúan entre ellas.
En otras palabras, cuando hablamos de riqueza nos referimos a la cantidad de especies y cuando hablamos de composición de comunidades queremos saber qué porcentaje o abundancia de cada especie hay en una comunidad.

— Entonces, ¿cómo son afectadas las especies en las diferentes escalas?
— Un evento de contaminación local o la tala de un bosque pueden provocar pérdida de diversidad local. En estos casos, los organismos más grandes, como los mamíferos, reptiles o anfibios parecen especialmente vulnerables.
Sin embargo, al analizar las comunidades, los microbios y los hongos experimentaron los mayores cambios. Esto podría deberse a que las especies más pequeñas tienen ciclos de vida más cortos y se dispersan más fácilmente. Aquí, los organismos más grandes, como los mamíferos, peces, reptiles, mostraron respuestas menos pronunciadas.

— ¿Cuáles fueron las presiones que más afectaron a los biomas acuáticos y cómo han ido afectando o impactando las presiones humanas?
— La mayoría de las comparaciones que se realizaron en el entorno marino y en el de agua dulce fueron en cuanto a la contaminación y la alteración de hábitat, seguidas de la explotación de recursos y especies invasoras y, por último, el cambio climático. Esto significa que la mayoría de los estudios encontrados y analizados en nuestro marco se centraron en la contaminación.
En nuestro trabajo no analizamos el contenido específico de cada estudio para determinar con exactitud qué contaminación investigaron, pero sabemos que muchos problemas en los océanos provienen de contaminación por plástico, petróleo, aguas residuales, escorrentía agrícola y residuos industriales.

— ¿Y en cuanto a los biomas terrestres?
— En el caso de los sistemas terrestres, la mayoría de las comparaciones se realizaron, con diferencia, para la alteración de hábitat, después la contaminación y finalmente la explotación de recursos. Se realizaron menos comparaciones para las especies invasoras y el cambio climático. Es importante destacar que se incluyeron más compariciones para el bioma terrestre que para los dos biomas acuáticos.
— El estudio indica que la alteración de hábitat y la contaminación son los principales responsables de la pérdida de biodiversidad. ¿Cuáles son las mayores actividades humanas que están causando el cambio de hábitat?
— No fue el objetivo de esta investigación, pero sabemos, por el trabajo que hacemos en el día a día, que las principales actividades asociadas con la alteración de hábitat provienen de prácticas agrícolas, urbanización, deforestación o construcción de represas en vías fluviales.

En la contaminación impactan los desechos industriales, las aguas residuales y los derrames petroleros. Por cierto, en el ámbito marino, la contaminación por plástico es enorme. También en las aguas dulces.
Esencialmente, los impactos provienen de todas las actividades que garantizan que las poblaciones humanas que están creciendo puedan vivir en algún lugar, tener electricidad y alimentos. Tenemos que aprender a convivir y no destrozar todo.
La explotación de recursos y la contaminación pueden alterar drásticamente una comunidad en muy poco tiempo. Este puede ser el motivo de que los impactos sean tan diferentes entre lo local y las escalas más grandes.

—¿Puedes explicarnos de manera sencilla cuál fue la metodología usada?
—La metodología fue bastante compleja también para nosotros. Realizamos una búsqueda en la literatura existente en la plataforma Web of Science. Utilizamos términos predefinidos, como ‘biodiversidad’ y todas las presiones que nos interesaban.
A continuación, seleccionamos aquellos estudios que contenían información que podíamos extraer y analizar. Esto fue un problema grande, porque extrajimos manualmente la información que nos interesaba, como los datos sobre los cambios en las comunidades.
Todos estos resultados se recopilaron y se analizaron para encontrar patrones generales. No buscamos información específica sobre sitios o especies específicas, sino tendencias generales.

—¿Qué dificultades tuvieron para elaborar en el estudio?
— Tuvimos que ser bastante creativos para extraer la información de las gráficas que utilizaban en los estudios individuales que reportaron los resultados que nos interesaban, porque a veces la información está ahí, pero no es fácil de extraer. Ese fue un obstáculo importante, porque muchos estudios no ponen la información en el texto, solo lo ponen en una gráfica.
Y claro, dadas las limitaciones logísticas y financieras, existen menos estudios a escala global, y suelen ser menos profundos que los estudios a escala local. Entonces las comparaciones se vuelven más difíciles.

— ¿Cuánto tiempo les tomó la investigación, cuántas personas participaron en el estudio?
— Fuimos 16 coautores trabajando en todo el estudio. Sólo la parte de extraer la información manualmente requirió meses. Antes de todo eso, François Keck [el autor principal] trabajó en todo el concepto y en preparar el pipeline de extracción de datos. Y claro, el proceso de publicarlo también es largo.
— En las figuras del estudio se puede ver que en África y en el norte de Asia hay pocos datos, ¿es correcto?
— Sí, sí, claro, algunos sitios, algunos países están mucho más limitados que otros. Algunos sitios son mucho menos accesibles.
También se ve que no tenemos tantos estudios a nivel continental, aún menos a nivel global, porque es muy caro, es mucha logística realizar un estudio tan grande. Se ve que en algunos sitios hay más estudios sobre la riqueza local y no sobre la comunidad general. Entonces, analizamos estos dos grupos por separado.

— ¿Por qué era necesario este estudio y cómo esta información puede ser de ayuda?
Era necesario porque la información ya estaba disponible, pero dispersa. Con este metaanálisis, nuestra intención era crear una declaración —mediante la recopilación y análisis de numerosos estudios de todo el mundo sobre diversos grupos y los impactos— sobre las tendencias generales de los impactos humanos en la biodiversidad.
Así que esto es lo que debemos tener en cuenta cuando hablamos de acciones para mitigar el cambio climático o de qué podemos hacer para cambiar nuestra forma de vivir, de tal manera que sea más sostenible para la naturaleza y no contra ella.
Espero que el estudio también sirva para que más gente entienda que esto no es solo algo que un grupo de científicos dice, si no que los datos muestran que la contaminación y la alteración de hábitat tienen impactos. Es un patrón general y se ve en todo el mundo. No es nuestra opinión como científicos. Se ve que estas cosas están pasando y tenemos que hacer algo para que no sigan así.

— ¿Cómo se sienten ustedes frente a la creciente desinformación sobre temas ambientales y climáticos, muchas veces proveniente de líderes mundiales?
— Pues es difícil. Nosotros hacemos nuestro trabajo de la mejor manera que podemos y lo importante es entender que si hacemos ciencia, los resultados no son una opinión personal. Lo que más duele o lo más difícil es que a veces nuestro trabajo es presentado como una opinión. Si vemos los patrones generales de la homogenización o de la pérdida de riqueza, no es nuestra opinión, es la realidad. Nosotros continuamos nuestro trabajo y esperamos que estudios como este ayuden en alguna parte del mundo.
— ¿Frente a este contexto, qué les motiva a seguir con su trabajo?
— A mí personalmente, porque es mi pasión, porque yo desde pequeña pensé que quiero hacer algo para dejar el mundo mejor y no puedo imaginarme haciendo algo diferente.
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Este contenido es publicado por La Verdad con autorización de Mongabay Latam. Ver su publicación aquí.
