AMLO, como se le conoce en México al presidente, necesita a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Y los militares han encontrado en López Obrador uno de los mandatarios que más les han apoyado en décadas
Por Alberto Najar
Twitter: @anajarnajar
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador enfrenta un serio dilema: juzgar al exsecretario de la Defensa Salvador Cienfuegos abre un flanco con su principal respaldo, las fuerzas armadas. Pero no hacerlo arriesga la relación con el principal socio comercial y político del país. La moneda, en el aire.
Se presentó como un éxito de la diplomacia mexicana. El exsecretario de la Defensa Salvador Cienfuegos, detenido y sujeto a un juicio en Estados Unidos, regresó a México.
Lo hizo después que el Departamento de Justicia de ese país desestimó los cargos que había presentado en su contra, es decir, conspiración para traficar cocaína y lavado de dinero.
El caso es una de las decisiones más difíciles para el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sustenta una parte fundamental de su proyecto político, la llamada 4T, en el respaldo de las fuerzas armadas.
Especialmente el Ejército al que se le han asignado tareas que legalmente no le corresponden.
AMLO, como se le conoce en México al presidente, necesita a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Y los militares han encontrado en López Obrador uno de los mandatarios que más les han apoyado en décadas.
En este escenario el regreso del exsecretario Salvador Cienfuegos se presenta como uno de los mayores retos para el proyecto político de la 4T.
Lo es por varias razones:
1. El presidente López Obrador decidió no reconocer la victoria del candidato demócrata Joe Biden. Hace unas semanas la decisión se interpretó como una buena jugada política, porque el presidente en funciones Donald Trump seguirá en el poder hasta el 20 de enero de 2021. Y en ese tiempo puede tomar decisiones que perjudiquen a México. Mejor mantenerlo tranquilo, pero
2. La decisión del fiscal William P. Barr, un personaje cercano a Trump de desestimar la acusación contra el Salvador Cienfuegos, tuvo claramente el respaldo del magnate. Eso significa que,
3. Si existía alguna deuda con Trump ya ha sido saldada. Pero aquí es necesario leer la letra chiquita del sistema judicial, político y de seguridad de los estadounidenses porque,
4. La DEA es el organismo de seguridad con menos prestigio en ese entorno. Tiene fama de inventar persecuciones, crear escenarios a modo para mantener su presupuesto y fama. Pero justamente por eso cuenta con un enorme capital de cabildeo que en momentos de sacudidas políticas como las de ahora, le suele resultar útil. Y los demócratas son sensibles a eso porque,
5. El presidente Joe Biden es un político formado en el sistema. Responde a los intereses de Estados Unidos y uno de ellos, el que mucho se reclama en las filas del Partido Demócrata, es cuidar la frontera sur. Y en este escenario,
6. La propuesta del presidente electo de corregir y limpiar el tiradero de Trump puede, eventualmente, incluir la liberación de Cienfuegos. Y en esta hipótesis la diplomacia, educación política del presidente electo prevalecerá porque,
7. Existe una añeja desconfianza en el sistema judicial mexicano. Los políticos estadounidenses, y muchos círculos de opinión, se han educado en la idea de que en México el sistema de justicia no funciona. ¿Es real? No, pero mediáticamente es muy útil este discurso.
8. Por tanto, el gobierno del presidente López Obrador está obligado a por lo menos llevar ante un juez al exsecretario Cienfuegos.Y esto implicaría una afrenta al círculo de poder del Ejército, el que presionó para que la diplomacia mexicana se empeñara en conseguir el retorno del General. Y en esto,
9. La apuesta puede resultar muy cara. Porque la DEA suele hacer investigaciones a modo, con el precio saldado a testigos que dicen lo que necesitan los agentes de esa agencia. Ése puede ser el caso del general Cienfuegos, si atendemos lo que el presidente López Obrador ha dicho en sus conferencias matutinas. Pero al mismo tiempo, el escenario político no es el más propicio,
10. Porque las posibilidades de que el exsecretario de la Defensa aproveche la estructura de corrupción alrededor de la ahora Fiscalía General para ganar su caso en barandilla, el respaldo de sus ex compañeros de gabinete con Enrique Peña Nieto que se sienten lastimados por la 4T y, por supuesto, los oportunistas de estos dos últimos años son amplias. Lo que puede ocurrir es,
11. Que gane el juicio. Que las pruebas presentadas por el gobierno de Estados Unidos sean desestimadas por su escasa validez legal en México. O,
12. Que se compruebe su participación en el tráfico de drogas por el que fue detenido en Estados Unidos. En todo caso, el proceso judicial que enfrentaría Salvador Cienfuegos es muy menor al que debería ser procesado porque,
13. Como secretario de la Defensa Nacional en el gobierno anterior supo de masacres, tragedias y casos emblemáticos de violación de derechos humanos donde estuvo involucrado el Ejército. Sobre esto no puede ser juzgado en este momento pero,
14. ¿Sería el momento de llevar la transformación de la 4T a esos terrenos? Difícilmente, por lo menos ahora porque,
15. El afán golpista de muchos contra López Obrador, las condiciones inestables en algunos espacios de la discusión política obligan a mantener la prudencia. Hasta dónde es útil, quien sabe. Pero en estos días el gobierno actual enfrenta un reto enorme: si se juzga a Cienfuegos existe el riesgo de perder el respaldo de las fuerzas armadas. Y si no se hace el costo político con el mayor socio de México puede ser… Grave, por decir lo menos.
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Alberto Najar. Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service. Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.