Imelda Marrufo
Abogada/activista
Los Centros de Justicia para las Mujeres (CEJUMs) en el país tienen su origen en el impulso del Centro de Justicia para las Mujeres de Ciudad Juárez. El diálogo entre Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez con la entonces comisionada Laura Carrera Lugo dio frutos que posteriormente repercutieron en mayor escala: actualmente existen 40 Centros de Justicia para las Mujeres en 40 municipios del país.
Sobre el origen del CEJUM en Juárez y de los CEJUM que he podido escuchar cuentan versiones distintas. Cada una de ellas habla desde la cercanía o distancia con dicha política pública. Esta es otra de ellas, basada en las reuniones de trabajo de la Subcomisión de Coordinación y Enlace para Prevenir y Erradicar la violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez. Allí se abordó el proceso local y nacional.
La creación del CEJUM en la capital fue posible gracias al Movimiento Estatal de Mujeres, a la voluntad política de la exprocuradora Patricia González y el impuso de la iniciativa por Luisa Camberos extitular del Instituto Chihuahuense de las Mujeres (ICHIMU).
En Juárez, las organizaciones promotoras tuvieron como tarea convencer a la comisionada de CONAVIM, Laura Carrera, de crear el CEJUM, no fue poca cosa. Formé parte de ese proceso. En esta ciudad no teníamos las condiciones que existieron en la capital del estado: acá no había terreno, ni había edificio, ni recursos, el ICHIMU aún no tomaba este proyecto en sus manos como sí ocurrió en Chihuahua.
El 2012, en una entrevista que realice a la licenciada Elsa Jiménez Larios me compartió su trabajo para la creación de los CEJUM en el país, y la manera en que estos Centros fueron considerados en la Conferencia Nacional de Procuradores como una política de prioridad nacional. Elsa fue colaboradora del Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana (CNPDyPC) y la responsable de operar el Fondo de Aportaciones Sociales a la Seguridad Pública (FASP).
A petición de Elsa Jiménez el Instituto Nacional de Ciencias Penales desarrolló el primer Modelo de los Centros de Justicia para las Mujeres. Elsa Jiménez y Laura Carrera fueron actoras clave para la gestación como autoridades de las dos citadas dependencias federales.
Además de presupuesto, los CEJUM requieren contar con herramientas necesarias para su mejor funcionamiento: una normatividad que dé solidez a las dependencias, un clima laboral adecuado, protocolos de trabajo, un esquema de reconocimiento al personal, un código de ética, un plan de trabajo, un esquema de perfiles de desempeño y una evaluación permanente por parte de las mujeres que acuden a solicitar los servicios. Un sistema integral articulador.
Ya no se trata sólo de dar dinero a los Centros, sino de contar con un sistema integral que tenga como objetivo central a las víctimas de violencia, que ponga en movimiento a las instituciones que forman parte de estas estructuras y les haga comprometerse. Por ello, Projusticia de USAID creó el Sistema de Integridad Institucional (SII), un sistema de indicadores que se traduce en una guía de mejoras para los CEJUMs, en un cambio cultural entre las dependencias participantes y el entorno de las personas clave involucradas.
El gran reto para que un modelo como los Centros de Justicia para las Mujeres funcione adecuadamente requiere un trabajo entre las dependencias que los integran con al menos los siguientes elementos: líneas claras y frecuentes de comunicación entre sí, colaboración, integración entre mandos medios y personal operativo, compromiso, coordinación entre tomadores de decisión y articulación.
Si las instancias de Chihuahua y del país no trabajan para lograr estos retos, ni todo el dinero que se destine evitará la revictimización de las mujeres. En todos estos años, desde su creación, por lo menos en nuestra entidad, la colaboración a fondo entre las instancias ha sido la gran ausente.
No basta con que se creen más Centros, se requiere que la revictimización sea un hecho del pasado. Por hoy la experiencia más común es la tardanza en la atención, las largas filas para dar respuesta, días para que se concrete una cita para que las víctimas sean atendidas. Esa es la historia recurrente.
En el diagnóstico que realizó Projusticia en 2017 el CEJUM de Juárez solo alcanzó 3 puntos de los 48 que se requieren para obtener la certificación, quedando en último lugar de los Centros diagnosticados.
Actualmente, la Coordinadora Estatal de los Centros de Justicia de Chihuahua de mano con las directoras de los CEJUMs de la capital y Ciudad Juárez transitan por la ruta hacia la certificación. El procurador estatal de la infancia ya tomó partido para fortalecer el espacio.
Las organizaciones sociales podríamos acompañar el proceso de evaluación de los Centros, sumarnos al sistema de mejoras para fortalecerlos, coadyuvar para avanzar. En Juárez se va construyendo esta nueva experiencia. A lo largo de los años hemos visto certificaciones simuladas, se requiere cuidar el proceso, aún estamos a medio camino.
El ICHIMU, una de las instituciones que más recursos ha aportado a los Centros de Justicia desde su creación, se ha sumado al proyecto en pro del sistema de mejoras para nuestros Centros. La Fiscal Especializada en Delitos de violencia contra las Mujeres por razones de Género (FEM) ya tiene un panorama más completo de las necesidades de mejora y esperamos que lo haga pronto.
Empiezan a emerger nuevos bríos, se percibe la apertura de dependencias para dialogar y sumarse al nuevo modelo.
La voluntad puede tener sentido cuando el corazón a favor de una causa como el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia sea el eje que nos articule, movilice y siente a la mesa para vencer obstáculos. Las mujeres de Chihuahua y de Juárez merecen que movamos lo necesario para abrir los caminos a la justicia que a menudo tienen rocas tan estorbosas que hay que ir quitando del camino. Habremos de reconocer a las personas que convencidas apoyan para cargarlas juntas.
imelda.marrufo@gmail.com
