Diálogo y construcción de la paz conjunta fueron las peticiones que hicieron algunas iglesias católicas al gobierno mexicano desde la Estela de Luz al iniciar la jornada de oración, un ejercicio de reflexión convocado por la Iglesia Católica ante los resultados de la estrategia de seguridad
Por Arturo Contreras Camero y Kau Sirenio / Pie de Página
Ciudad de México- En la base de la Estela de Luz, que según dicen representa la vida de las víctimas de la violencia en el país, hay unas cien personas. A sus pies está un pliego de papel de unos ocho metros de largo. En el escriben mensajes e ideas para promover la paz en el país. Alrededor, la gente que pasea por Reforma en bicicleta los mira y pasa de largo.
El acto es parte del inicio de la Jornada de Oración por la Paz, un espacio convocado por la Iglesia Católica que se replicará en iglesias de todo el país como respuesta al asesinato de dos sacerdatoes jesuitas en la sierra tarahumara de Chihuahua, donde el clima de violencia se ha ido recrudeciendo desde hace décadas. En los días recurrentes siguieron otros actos violentos, como el ataque de un comando contra un sacerdote en Michoacán, o la orden de aprehensión en contra de otro sacerdote en Chiapas.
“Este es un ejercicio ecuménico unidos por el deseo de justicia, reconciliación y de paz, que surge de lo profundo del corazón ante la sangre que día con día se derrama en el país. El asesinato de nuestros compañeros jesuitas nos está abriendo una puerta para la paz, por eso no quisimos dejar de llamar a una oración en este lugar que representa el dolor del pueblo mexicano por sus muertos”, dijo durante el acto Jorge Atilano González Candia, otro jesuita que es asistente del Sector Social de la Compañía de Jesús en México.
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Durante la última semana, desde Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no existe una ruptura con la Iglesia Católica y aplaudió la apertura al diálogo y al trabajo conjunto para la paz, aunque aseguró que “hace falta más que orar” para resolver la situación de violencia.
Durante su mensaje, el padre Jorge Atilano González Candia citó al papa Francisco:
“Cuando una sociedad abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad”.
El sacerdote pidió apertura al gobierno federal para encontrar una solución a lo que llamó un laberinto de violencia al que ningún actor solo podrá encontrar una salida. Después, en una entrevista personal aseguró que desde la Iglesia han visto disposición al diálogo desde el presidente López Obrador.
“Creemos que se necesita hacer un diálogo entre gente con capacidad de decisión y expertos en temas de paz. Este es un tema muy complejo, lo hemos estudiado desde hace años. La violencia tiene que ver con que se perdieron las narrativas vinculantes, las narrativas comunitarias. Eso debilitó el vínculo social y la institucionalidad. Necesitamos emprender todo un proceso de narrativas comunitarias y vinculantes que nos hagan sentirnos hermanos de otros”.
Minutos después del acto, durante una misa celebrada a la una de la tarde en el templo del Sagrado Corazón, donde descansan los restos del padre Agustín Pro, el beato jesuita fusilado durante el gobierno de Calles, Jorge Atilano González Candia aseguró que tal fractura de las narrativas comunitarias es responsabilidad de lo que llamo la enfermedad del siglo XXI: “la locura de poder”, generada por el deseo de riqueza, fama y poder que envenena de individualismo y lleva a las personas a desconectarse de su comunidad.
Desde la Basílica, el cardenal secunda la jornada
La mañana de este mismo domingo, el cardenal primado de México, Carlos Anguiar Retes, desde su misa en la Basílica de Guadalupe dijo desde el púlpito: “Nos unimos a toda la Iglesia de México del 10 al 31 de julio para pedir justicia, la reconciliación y la Paz de nuestra patria, pedimos por los bienhechores vivos y difuntos para haya conciliación y cese la violencia”.
Después de la lectura del evangelio de San Lucas, vino el discurso central del arzobispo primado de México. En su análisis de la lectura bíblica, habló de las prostitutas, indigentes, migrantes, adictos a las droga y alcohólicos.
“Hablemos de aquellos indigentes que nosotros no queremos tratar ni saber de ellos; de los migrantes que deambulan por nuestras calles; de las prostitutas que por la carencia tienen que trabajar en la calle; de los que están hundidos en la drogadicción y el alcoholismo”. Luego agregó: “Por eso de hoy hasta el 31 de julio, aquí en la Basílica nos uniremos en oración junto a la iglesia de México para pedir por La Paz de nuestra patria para que esta situación de violencia que no se aqueja vaya cediendo con la ayuda de dios la intercesión de la santísima virgen”.
Después, durante la oración de los fieles, el cardenal pidió “por la sociedad mexicana, para que todos nos sintamos responsables en la construcción de la paz y la promoción de la justicia con urgencia en solidaridad y reconocimiento que la paz solamente se logra con la unidad”.
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Este nota fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.