En El País

Los pendientes de Josefa




mayo 26, 2019

Josefa González Blanco llegó tarde al vuelo que provocó su renuncia y también a atender la Secretaría de Medio Ambiente; ambientalistas coinciden en que su gestión brilló por la ausencia, y su inacción fue aprovechada por actores estatales y locales para impulsar obras contra el ambiente

Texto: Arturo Contreras
Fotografía: Isabel Mateos
Pie de Página

Ciudad de México – Josefa González Blanco Ortiz Mena estuvo menos de 6 meses a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pero nadie la extrañará; su gestión poco activa fue aprovechada por actores estatales y municipales para llevar a cabo desarrollos que atentan el ambiente, coinciden ambientalistas.

Este sábado, la ahora exsecretaria de Medio Ambiente publicó su carta de renuncia en Twitter. El motivo, explicó, fue una falta que tuvo un día anterior: la exsecretaria pidió que el vuelo AM 198 de Aeroméxico, que viajaba de Ciudad de México a Mexicali se retrasara, pues ella necesitaba abordarlo e iba tarde al aeropuerto.

El presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó de inmediato la renuncia. “Hablamos en la mañana y le recomendé que era lo mejor”, dijo.

Como titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Josefa González tuvo que hacer frente a la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, y a las implicaciones ambientales del Tren Maya en la península de Yucatán, sin embargo, no emitió ningún mensaje por el desarrollo de estos proyectos.

“En realidad Josefa no hizo nada”, opina Eugenio Fernández Vázquez, consultor ambiental en el Centro de Especialistas y Gestión Ambiental.

“Sus pecados fallas son más de omisión que de comisión. La más grande fue no haber defendido el presupuesto de su secretaría, y haber facilitado el debilitamiento de una dependencia que de por sí está muy debilitada por el amiguismo, la corrupción y la mezquindad de las administraciones anteriores”.

Este año el presupuesto de dicha dependencia pasó de tener más de 39 mil millones de pesos, a 26 mil 520 millones. Estos recortes fueron evidentes hace unas semanas, a partir de que la contaminación en las diversas ciudades centrales de México, como Puebla y la capital sufriera una crisis de contaminación provocada por los incendios forestales en el país, que no pudieron ser controlados como en otros años ya que el recorte a la dependencia afectó principalmente a los combatientes de incendios forestales, que recibieron menos de la mitad de los recursos, en comparación con el año anterior.

“Yo no sé hasta qué grado se le refleje lo del avión o no el avión, pero creo que Josefa tuvo que haber renunciado desde hace mucho tiempo por muchas otras cosas”, asegura el consultor, quien además critica que la antigua secretaría nunca haya tomado una posición ante los compromisos globales de México frente al cambio climático.

“Daba la impresión de haber sido puesta ahí para no interponerse, lo que es un problema porque la Semarnat tiene muchas funciones, pero es, sobre todo, una instancia reguladora y normativa, que cuando decide no decir nada ante violaciones potenciales y encima ve su presupuesto reducido, quiere decir que hay una secretaria ínfima y prácticamente inoperante”.

De acuerdo con Fernández, además de sus tareas normativas, en la Semarnat recaen otras importantes tareas en las que no se avanzó durante la gestión de González Blanco, como en la procuración de justicia ambiental, a través de la Profepa, o la defensa de grandes y ricas extensiones del territorio, a través de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas. Mucho menos, asegura el experto, tuvo un papel importante en el desarrollo forestal sustentable, que le toca a la Comisión Nacional Forestal, Conafor.

Gustavo Lozano, defensor del territorio con la organización Acción Colectiva Socioambiental, describe el paso de Josefa González Blanco como gris y casi imperceptible.

“Sí te puedo afirmar, desde la experiencia que hemos tenido este año, que hemos visto una Semarnat debilitada, ausente de espacios en donde debería estar presente para poner un orden a las autoridades de estados y municipios que están autorizando obras que serían responsabilidad de la federación.

Como ejemplo pone la construcción del City Center, en la ciudad de León, Guanajuato. Esta plaza comercial, cuyo proceso ha seguido de cerca Pie de Página, amenaza el último humedal que queda en esta zona urbana, lo que tuvo que dar pie a un pronunciamiento de la Semarnat que nunca llegó.

Gustavo explica que cuando se amenazan grandes cuerpos de agua, como en el caso de este humedal, es facultad de la Semarnat atraer el caso y hacer las investigaciones y clausuras correspondientes, sin embargo, en este caso, a pesar de haber requerimientos de la cámara de diputados, la dependencia no hizo nada.

“Antes de que la 4T fuera gobierno, había un impulso a parar este tipo de proyectos”, lamenta Gustavo. “Pero a partir de la transición, quedó como un vacío que se está llenando del poder político de los estados y que está afectando gravemente al medio ambiente”.

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