Los primeros presentados y presentadas del gabinete de Sheinbaum son especialistas en sus campos. Se da la impresión que se ha privilegiado el factor técnico por sobre el político
Por Hernán Ochoa Tovar
Este jueves, la doctora Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa de México, presentó la primera parte de lo que será su gabinete legal y ampliado. Aunque lo presentado tan sólo ocupa un tercio de las posiciones (pues, hasta el momento, se cuentan con 18 secretarías de estado dentro de la estructura en mención), deja un buen sabor de boca, pues, da la impresión, que se ha privilegiado el factor técnico por sobre el político.
Digo esto porque el grueso de los presentados y presentadas son especialistas en sus campos. Rosaura Ruiz, quien será la eventual titular de la Secretaría de Ciencia (ya que el CONACYT será elevado a secretaría por primera vez en su historia) es una especialista en ciencias y en biología. Lo mismo Alicia Bárcena, quien, aunque tiene un gran expertise en temas de política exterior –de ahí que haya sido nominada como canciller durante el cierre del presente sexenio–, las cuestiones medioambientales ocurrieron en la génesis de su trayectoria profesional y no han estado ajenas al desarrollo de la misma.
Juan Ramón de la Fuente, en tanto, es un político con gran experiencia en diversos ámbitos. Aunque su mundo de origen es el de la medicina y la academia, su buen desempeño en funciones ejecutivas (ya fue Secretario de Salud, además de rector de la UNAM) durante un largo tiempo; aunado al hecho de que se desempeñó bien durante el presente sexenio como representante de México ante la ONU, hacen que sea el perfil idóneo para ocupar la cartera de Relaciones Exteriores.
Marcelo Ebrard, a su vez, conoce el mundo económico porque, como canciller, pudo moverse bien en las turbulentas aguas del quehacer geopolítico; y, en el mundo contemporáneo, las reglas claras de la macroeconomía y los entendimientos precisos con los organismos internacionales, juegan una relevancia crucial para el desempeño y el derrotero de las naciones. Marcelo entiende bien eso, pues, aparte de su formación profesional, es un conocedor de los paradigmas globalizadores imperantes en la actualidad. Por ende creo que, en un contexto en el cual el propio T-MEC podría estar en vilo –por la renegociación que habrá de hacerse en un par de años, de acuerdo a lo estipulado algún tiempo atrás, entre los emisarios de México y América del Norte–, Marcelo, sin duda, será un jugador de peso en el tablero político.
Aunque debo reconocer que, hasta antes de las nominaciones, conocía poco del doctor Julio Berdegué, se nota que el señor tiene un vasto conocimiento en cuanto a temas agropecuarios, además de un talante progresista. Se percibe que es un perfil técnico, pues toda la vida se ha desempeñado en la academia y, hasta donde tengo conocimiento, no ha sido político. Considero que podrá tener un buen rol en los complejos y álgidos desafíos que a día de hoy presenta el agro mexicano.
Quien me deja pensando, con su eventual nominación, es Ernestina Godoy, quien habrá de ser la Consejera Jurídica a partir de octubre próximo. Esto porque, a pesar de que Godoy tiene una trayectoria interesante dentro del derecho social y el activismo, su labor como procuradora y primera fiscal de la Ciudad de México (CDMX) está lleno de claroscuros.
Aunque se le reconoce su labor en torno a la desarticulación del denominado cártel inmobiliario de la CDMX, hay quien comenta que su metodología no era del todo ortodoxa. Y aunque logró ser cobijada por los militantes del oficialismo; la oposición no le concedió su ratificación. Aunque esto la llevó a ser candidata a senadora por la CDMX, sitio donde ganó con una votación arrolladora.
En suma, veo discontinuidades con este nuevo gabinete. Hasta hoy, los únicos ratificados de la administración de Andrés Manuel López Obrador serán Marcelo Ebrard , Alicia Bárcena y Rogelio Ramírez de la O, mismos que, huelga decir, han sido de los funcionarios más moderados y competentes de la presente administración. Por lo que se puede ver, aquí pesará más la técnica que la grilla, pues hasta hoy se vislumbra una ausencia de aquellos funcionarios de corte más radical.
Veremos qué sucede, pero lo visto el día de hoy me deja una primera gran impresión. A este respecto, algún analista nacional mencionaba que la doctora Claudia Sheinbaum iba a buscar 90 por ciento capacidad y 10 por ciento lealtad. Ello, a contrapelo de lo estipulado por el presidente López Obrador, quien, como se sabe, ha pedido un gran porcentaje de lealtad, desestimando en muchas ocasiones la habilidad y el conocimiento en la materia (con sus justas excepciones).
Hasta ahora, sólo hemos visto una pequeña probadita de lo que será el gabinete legal y ampliado de la doctora Sheinbaum. Sin embargo, me da la impresión de que va a privilegiar las cuestiones técnicas que las políticas, teniendo una visión más centrada en la academia que en las lides de la grilla común. Por el bien del país que así sea. Los maniqueísmos y las reyertas nos han privado de una visión a largo plazo en muchas asignaturas. Ojalá que ahora sea la excepción. Hago votos.
POSDATA. En el mismo tenor, espero que los o las nominadas a ser los próximos titulares de Gobernación y Educación sean gente que conozca la materia y no políticos que llegan al cargo como una especie de premio de consolación. Hago extensivo el deseo para el resto de las secretarías y de las dependencias del gabinete ampliado. Preferible confiar en expertos, que soltar áreas sensibles a novatos en la materia.
De igual manera, celebro que el CONACYT haya sido elevado a Secretaría. Varios países ya habían hecho reformas en la materia y México se estaba quedando atrás ¡ojalá que la ciencia y la innovación sean una prioridad de estado.