¿Es tan importante mantener sano el movimiento como lidiar con Trump? Por supuesto que sí. No tengo dudas de que el presidente electo de Estados Unidos hizo buenas migas con López Obrador porque lo consideró un hombre honesto, mientras que maltrató a Peña y maltrata a Trudeau porque los considera o consideró deshonestos
Por Alejandro Páez Varela
Como Claudia Sheinbaum no resultó un títere que Andrés Manuel López Obrador mueve desde la oscuridad (o desde la selva), hay un pequeño (y todavía más ridículo) ajuste en el discurso de sus opositores. Ahora dicen que ella “está haciendo todo” para distanciarse de él.
–Ella tiene ganas de diferenciarse –dijo Roy Campos a El País. Campos dirige Mitofsky, una encuestadora que sirvió al PRI y luego al PAN para los fraudes electorales. Ahora simula imparcialidad después de décadas de prestarse para golpear a la izquierda desde el poder mediático.
No es sólo él. Una parte de la oposición en México pasa sin rubor de los argumentos más insensatos (el de “la dictadura”, por ejemplo) a las groserías más grotescas. El monero de El Financiero Antonio Garci Nieto es un ejemplo de ello. Lleva años vomitando ofensas y contenido mentiroso, como José Antonio Crespo, Roger Bartra, Mario Di Constanzo o Beatriz Pagés. Agregaría a esta lista a reconocidos calderonistas pero, parece, varios de ellos han modificado su actitud y coquetean con la 4T, y habrá quién los acoja (como sucedió en el episodio Layda Sansores-Jorge Lavalle) o no sé y en todo caso, cada quién.
La oposición ensaya y se equivoca, ensaya y se equivoca. Sigue buscando desesperadamente un discurso que permita separar a la presidenta de López Obrador. Algunos líderes opositores acusaron que AMLO la manipulaba para que ella se distanciara de él; ahora dicen que las diferencias marcadas por ella son justo en los aspectos rudimentarios y ofensivos de López Obrador. Es decir: a él lo señalan de perverso, machista, xenófobo, altanero, polarizador y dan por hecho los calificativos contra el más importante dirigente social de México desde Cárdenas, y con esos calificativos la miden a ella. Intentan minarlo a él y “rescatar” a Claudia. Lo que desean es que los niveles de aceptación de AMLO no la beneficien a ella. Que el lópezobradorismo la haga a un lado, pues.
Quieren aislar a la presidenta como las hienas aíslan a una víctima y ya no importa si ellas o el león dan el zarpazo: hasta con carroña sobreviven. Quieren una 4T 2.0 dividida entre dos líderes: uno ausente y la otra presente. Para fortuna de Claudia, eso no pasó. Dice la última encuesta de Enkoll que de hecho ella ha sumado a otros que hace seis años eran reticentes a apoyar a López Obrador.
Para una 4T 2.0; es decir, para un siguiente periodo exitoso de la izquierda en el poder, se requerirá seguir lidiando con esa oposición tramposa, incapaz de armar un proyecto de Nación, pero siempre puesta a inventar las teorías más inverosímiles. Sin embargo, la oposición no es el único reto que la presidenta tiene que enfrentar. He hecho algunos apuntes sobre otros retos para ella que son, al final, retos para el movimiento en el poder.
1. Trump
Asume el 20 de enero y es, sin duda, el primer gran reto para la presidenta. Escucho en algunos la confianza de que ella podría lidiar con el odiador convertido en Presidente de Estados Unidos. Creo que tienen razón. Sobre todo porque Claudia se ha hecho rodear de gente que ya lidió con él. Creo que para administrar a Trump se requerirá algo de sicología y algo de estrategia empresarial. Al tipo le gustan los pleitos uno a uno. Justin Trudeau es un ejemplo de ello, como lo era Enrique Peña Nieto. No soportaba a Peña como no soporta a Trudeau. Es un deseo muy personal ponerlos en aprietos aunque dañe al país que representan. Ese es, pues, un primer reto. La presidenta de México tendrá que ser muy astuta y prudente; las dos características las tiene.
2. La economía
Con y sin Trump, las proyecciones indican que vienen crecimientos rabones para la economía mexicana. Obvio con aranceles del 25 por ciento se trastoca todo, pero aún sin ellos se prevén años de PIB cortito. La lección de López Obrador a los economistas es que el nuevo modelo de desarrollo mexicano enfatiza en el reparto de los beneficios (bienestar) por encima del crecimiento a rajatabla. Pero el crecimiento es importante. Más riqueza generada, más riqueza que se reparte; así de simple. Creo que la presidenta necesitará impulsar proyectos grandes con la iniciativa privada a la vez que desarrolla los propios, los estratégicos. Será importante estar cazando oportunidades. Ejemplo: Trump está presionando a Panamá por las tarifas y no ve bien que administre el Canal. Piensa que China se querrá meter (y quizás tenga razón). Una buena idea es ofrecerle a Washington, en las mesas de trabajo, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Dentro de esa ensalada de egos, fobias, manotazos y sentido común que es Trump, se pueden encontrar oportunidades. Hay que aprovecharlas. El tema es sacar a México del 1.5-2.5 de crecimiento y generar más riqueza, mucha más riqueza.
3. El movimiento
Recuperar la ética del movimiento, zangoloteada o puesta en pausa durante gran parte de 2024 para alcanzar objetivos electorales o para las reformas, es un reto tan grande como los dos anteriores. Así lo creo. Escribí antes: nadie culpará a Claudia si se pierde una gubernatura o se pierden cinco, si fue en el proceso de limpiar la política. La limpieza, y no los colaterales, será recordada por muchos años, para bien. Pero si el movimiento se pudre desde adentro se culpará a Claudia y se recordará, para mal, por muchos años.
Yo se que no pasará, pero imagínense a Morena tomando distancia de varias gubernaturas por razones éticas y, al mismo tiempo, presionando a varios/varias gobernadores/gobernadoras para que se asuman en los hechos como de izquierda. No pasará, como digo, porque en los hechos es soltar áreas de influencia deliberadamente, y eso le da más pavor a la dirigencia de un partido que corromperse. Pero imagínense qué actos más poderosos serían exigirle a Ricardo Gallardo o a Layda Sansores corregir o tomar distancia de Morena. Uno es del Partido Verde y la otra es de Morena, pero como si fueran del PRIAN. Imagínense el poder que da exigirles rendir cuentas y el poder (la fuerza moral es siempre fuerza institucional) que le daría al movimiento expulsar a uno o a dos.
Cuando se incorpora a un corrupto a las filas de la izquierda se pudren muchas cosas pero, sobre todo, se pudre el bono democrático. Y perder bono democrático es tomar distancia con la gente. Eso debe quedarle bien claro a los dirigentes del movimiento.
Concluyo: son tres retos los que veo de corto y mediano plazos, y a los tres los veo igualmente importantes. ¿Es tan importante mantener sano el movimiento como lidiar con Trump? Por supuesto que sí. No tengo dudas de que el Presidente electo de Estados Unidos hizo buenas migas con López Obrador porque lo consideró un hombre honesto, mientras que maltrató a Peña y maltrata a Trudeau porque los considera o consideró deshonestos. El bono democrático es todo frente a las amenazas externas. Perderlo sería una tontería del tamaño de una montaña.
Me despido por ahora de todos ustedes con un ruego: que el Creador de todas las cosas acompañe nuestro camino y que nunca separe su mano de este país y de su gente. Que haga un hueco entre los dedos y que allí nos tenga siempre. Felices fiestas.
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Alejandro Páez Varela. Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.