De noche, unos 300 cubanos se apostaron en el puente internacional Paso del Norte para suplicar al gobierno de Trump que los deje esperar su proceso de asilo en territorio estadounidense, aseguran que pasan por un momento de crisis en México debido a la violencia y a la precariedad en la que sobreviven
Texto: Rocío Gallegos Fotografías: Rey R. Jauregui / Video: Gabriela Minjáres / La Verdad
Ciudad Juárez – En un intento de cruzar a territorio estadunidense, migrantes cubanos se arremolinaron la noche de este martes en la joroba del puente internacional Paso del Norte, justo donde se funde el límite fronterizo entre México y Estados Unidos.
“Queremos entrar, queremos entrar”, gritaban al unísono los hombres y mujeres que fueron obligados por el gobierno de Donald Trump a esperar su trámite de asilo en suelo mexicano, bajo el programa ‘Protocolo de Protección a Migrantes’ (MPP por sus siglas en inglés). Algunos de ellos llegaron hasta el lugar con sus hijos pequeños de la mano.
“Hemos esperado el tiempo suficiente, estamos en una condición crítica”, dijo un hombre que se identificó como Walter, quien aseguró lleva en esta frontera un año siete meses, donde aún debe seguir a la espera de su resolución de asilo político debido a que Estados Unidos mantiene las cortes de inmigración cerradas y sin fecha de para su reapertura.
Junto a él había más de 150 migrantes que lograron brincar los aparatos de acceso peatonal con cobro, instalados en el puente internacional, para acercarse hasta donde comienza Estados Unidos. Otra cantidad similar de personas permaneció apostada en el acceso a las garitas vehiculares de ese cruce que une a esta ciudad con El Paso, Texas.
Algunos de los extranjeros informaron que buscan ingresar a territorio estadounidense porque acá temen por su seguridad, incluso de los agentes de la policía municipal, a quienes acusaron de agresión y extorsión: “nos quietan la plata”. Otros comentaron que llegaron al puente porque les llegó un aviso, a sus redes sociales y correos electrónicos, de que el gobierno de Estados Unidos los iba a dejar pasar.
Pero contario a esto, los migrantes se toparon con el puente cerrado y una columna de agentes armados de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), así como de la Policía de El Paso, que se apostaron en la joroba del cruce para impedir el ingreso a la fuerza de migrantes a territorio estadounidense.
Autoridades mexicanas indicaron que la interrupción al paso vehicular y peatonal en ese cruce internacional se registró cerca de las 20:30 horas, cuando irrumpieron los cubanos.
“Los migrantes fueron engañados, alguien por demás irresponsable los hizo venir hasta acá”, afirmó Enrique Valenzuela, titular de Consejo Estatal de Población del Estado de Chihuahua, dependencia encargada de la atención a los migrantes.
Valenzuela se acercó al puente para dialogar con los extranjeros. Les advirtió que era una mentira el mensaje que recibieron y pedirles que abandonaran el puente por el frío, que arreciaba al trascurrir la noche, y por los riesgos de permanecer aglomerados en medio de la pandemia por COVID-19. También ofreció dar seguimiento a sus acusaciones en contra de policías municipales.
Los migrantes no se movieron. Debido a su presencia en el cruce, las autoridades estadounidenses obstruyeron por completo los carriles, vehiculares y peatonales, con las barreras de concreto y alambres de púas que desde febrero de 2019 fueron colocadas por CBP en los laterales del cruce, como una medida para impedir cruces ilegales.
También activaron un altavoz a través del cual lanzaron un mensaje en inglés y español donde advertían a las personas que estaban en un área federal y si cruzaban usarían la fuerza, serían detenidos y procesados.
De lado mexicano, agentes municipales se acercaron al puente y se mantuvieron vigilantes.
“Estamos dispuestos a permanecer aquí, hasta pasar aquí el fin de año, para exigir que nos reciban”, expresó a gritos Laura, una cubana que se encontraba entre los primeros de la columna de migrantes arremolinados en el carril peatonal de sur a norte.
Los migrantes que están bajo el Programa MPP, conocido como Quédate en México, comentaron que viven en condiciones de precariedad, sin empleo o ingresos seguros, y de abandono en un contexto de riesgo y violaciones a derechos humanos.
Raúl Pino González, un migrante procedente de La Habana que se acercó al puente junto con su esposa, su suegra, así como dos hijos de 8 y 9 años dijo: “estamos haciendo un poco de presión humanitaria para que sepan que sí habemos muchísimos migrantes acá que estamos pendiente de lo que esté sucediendo”.
El hombre, que está en México desde el 18 de diciembre del 2019, dijo que las políticas migratorias entre México y Estados Unidos deben de cambiar, “deben de llegar a un consenso porque se está violentando el debido proceso a los migrantes a pedir una solicitud de asilo político”.
“Lo último es perder la fe y al menos si no logramos el asilo el asilo político, que nos dejen pasar, hacemos un llamado para decirles a México y a Estados Unidos: estamos aquí, y a Biden, el nuevo presidente, que se acuerde de las promesas de campaña presidencial que ha hecho y que (sepa) estamos aquí”, afirmó.
Una de las banderas de la campaña electoral de Biden fue eliminar la política migratoria de Trump y cancelar el programa MPP.
Fue hasta cerca de las 22:30 horas cuando algunos comenzaron a retirarse. Autoridades mexicanas operadoras del puente indicaron esta mañana que los migrantes abandonaron el lugar durante las primeras horas de este miércoles y los carriles fueron reabiertos. (Con información de Gabriela Minjáres)
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