Aunque el empresario Ricardo Salinas Pliego las presume con orgullo en México y el extranjero, las Orquestas Infantiles de TV Azteca no son una muestra ejemplar de filantropía corporativa. Constituyen un modelo en el que el Estado aporta la inmensa mayoría de recursos para un programa privado.
Desde 2009 y hasta el primer trimestre de 2018, se han canalizado al menos mil 689.5 millones de pesos de recursos públicos a ese proyecto de Grupo Salinas. Al mismo tiempo, los programas oficiales de cultura y las compañías independientes de cultura han pasado malas y oscuras horas porque invariablemente reciben una respuesta: no hay recursos, no hay dinero.
Por Carmen García Bermejo/Quinto Elemento
El otoño ha llegado este 2010 a la Cámara de Diputados y en uno de los pasillos que conducen al salón del pleno, Ninfa Salinas Sada se topa con Armando Báez Pinal, legislador del PRI y uno de los integrantes de la Comisión de Cultura. No desaprovecha la ocasión, lo toma del brazo derecho y lo mira de frente.
–Oye, te encargo mucho nuestro proyecto. Tú sabes lo hermosa que es la música.
–Seguro, seguro. Ya lo estamos revisando –responde Báez Pinal, músico y virtuoso ejecutante de guitarra. Sonríe y asiente con la cabeza.
Pero la joven diputada, hija del multimillonario empresario Ricardo Salinas Pliego, propietario de TV Azteca y Grupo Elektra, entre otros consorcios, insiste. Quiere cerciorarse de que su proyecto esté en la mente de los integrantes de la Comisión de Cultura, a la que llegan propuestas de cientos de grupos artísticos independientes en busca de apoyo financiero.
Ninfa le habla con familiaridad a Báez Pinal, líder del Sindicato Único de Trabajadores de la Música y del Espectáculo, gremio que mantiene un buen contrato laboral con TV Azteca porque, a diferencia de Televisa, la primera aún utiliza orquestas en vivo para ciertos programas de televisión.
–Te lo encargo. ¡Que se atienda! –reitera Ninfa, según recuerda hoy el músico.
Ninfa se despide y sigue su camino. Antes de ingresar al salón del pleno, ubica en el vestíbulo a la diputada panista Kenya López Rabadán, quien preside la Comisión de Cultura. Se acerca y la saluda con efusividad. La detiene por un momento y le recuerda.
–No lo olvides, Kenya. Nuestro proyecto es transversal porque beneficia a muchos estados y no sólo a uno. Ahí te lo encargo.
Ninfa le planta un beso en la mejilla izquierda a manera de despedida y se aleja. Continúa cabildeando con intensidad. Muchas decenas de millones están en juego.
Es la segunda quincena de noviembre y los diputados están listos para discutir y aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación 2011.
Un documento titulado Programa de Apoyo a Orquestas Infantiles Esperanza Azteca ha llegado desde hace más de un par de meses a los escritorios de cada uno de los integrantes de la Comisión de Cultura.
No es cualquier papel. Lo que dice en resumidas cuentas es lo siguiente: la Asociación Azteca Amigos de la Cultura y las Artes AC –creada por TV Azteca– solicita que se le asignen recursos por 100 millones de pesos en 2011 para crear 50 orquestas en 29 estados y en el Distrito Federal.
Por eso Ninfa Salinas, legisladora por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y un elemento clave de la telebancada, como se llama comúnmente a los legisladores que responden a los intereses de las televisoras y radiodifusoras privadas, exhibe una envidiable energía a la hora de presionar. Tiene poco tiempo para conseguir que en el Presupuesto de Egresos se etiqueten esos 100 millones de pesos para sus orquestas.
La joven diputada de sólo 29 años, cabello lacio y castaño claro que acentúa los rasgos de su tez blanca y grandes ojos azules, lo logrará: el 15 de diciembre de 2010 los diputados votan y aprueban en bloque lo que muchos de ellos ni han leído.
Ninfa Salinas Sada y las orquestas infantiles de TV Azteca se anotan en su haber los primeros 100 millones de pesos de recursos públicos. En el futuro habría muchos más. Tantos como casi mil 700 millones de pesos.
De eso trata esta historia.
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La imponente maquinaria política-empresarial de Ricardo Salinas Pliego se ha echado a andar. Esos 100 millones de pesos que los diputados han decidido entregarle se multiplicarán aceleradamente. Es dinero público fresco. Y con él se pueden hacer maravillas.
Al fin y al cabo, Salinas Pliego ya había convencido previamente a un par de gobernadores de las bondades de su proyecto musical. El primero que se dejó seducir fue el poblano Mario Marín Torres, quien en 2009 decidió sacar 2.5 millones de pesos de la tesorería del estado y entregárselos a la fundación de TV Azteca para crear la primera orquesta infantil y juvenil bajo la marca de la televisora.
Para entonces Mario Marín, un prominente priista, ya se había visto involucrado directamente en la detención ilegal, secuestro y tortura de la periodista Lydia Cacho, a quien pretendía “escarmentar” por sus denuncias de pederastia en contra de los empresarios Jean Succar Kuri y Kamel Nacif, con quienes Marín pretendía congraciarse y quienes lo llamaban lujuriosamente “mi góber precioso”.
El segundo gobernador que corrió a abrazar con dinero público el proyecto de TV Azteca fue el de Nayarit: Ney González Sánchez, quien firmó en diciembre de 2009 un convenio de colaboración con la Fundación Azteca. El gobierno nayarita le entregó 5 millones de pesos iniciales a cambio de que se creara la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca Nayarit.
El tercero en la fila fue el entonces gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, hombre de piel morena y profundas orejas, priista famoso porque jura que durante su sexenio se sacó dos veces el premio mayor de la Lotería Nacional.
Él se contuvo unos días más. Pero el 26 de enero de 2010 firmó un acuerdo con la Fundación Azteca para que de la tesorería pública veracruzana se entregaran 6 millones de pesos al brazo filantrópico del consorcio de Salinas Pliego.
Ya se sumarían muchos más. Unas cuantas palabras bastaban para que lo hicieran.
Lo explicó el propio Ricardo Salinas Pliego unos meses más tarde, en noviembre del año 2011, en un encuentro que tuvo en Nueva York con los integrantes del Council on Foreign Relations:
“Estoy presionando a todos mis amigos en el gobierno. Les digo: ‘¿Oigan, están gastando muchísimo en educación, pero con pobres resultados. ¿Por qué no gastan algo de ese dinero en las orquestas, que realmente están formando a seres humanos?’. Y eso está teniendo eco. Estoy muy contento por ello”.
Tenía razón en estarlo. Los recursos públicos empezaron a fluir en oleadas.
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La historia empresarial de Ricardo Salinas Pliego, cuya fortuna actual es estimada por la revista Forbes en 7 mil 100 millones de dólares, es peculiar. Repele públicamente las acciones de los gobiernos, pero utiliza todos los medios a su alcance, entre ellos la capacidad de influencia de TV Azteca, para obtener contratos, concesiones y recursos públicos.
Audaz y desafiante, su forma de hacer negocios siempre ha causado polémica. Oriundo de Nuevo León, Salinas Pliego calificaba en 1987 como un empresario medianamente destacado en el sector de las ventas de muebles y electrodomésticos. A sus 40 años, era director general de Tiendas Elektra, empresa fundada por su abuelo a principios del siglo XX.
Su perfil público se catapultó cuando el gobierno de Carlos Salinas de Gortari profundizó la privatización de empresas públicas. Llegó 1993 y el Estado se deshizo del paquete de medios públicos formado por Imevisión (con dos redes nacionales de televisión), Estudios
América y Compañía Operadora de Teatros, propietaria de 150 cines.
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El músico Armando Báez Pinal, diputado del PRI en la LXI Legislatura (2009-2012), recuerda con claridad lo que ocurrió hace unos ocho años y comenta que la asociación de TV Azteca ha obtenido recursos públicos en todo el país para formar sus orquestas.
–No sólo pide apoyo en la Cámara de Diputados, también a los gobernadores. Formar una orquesta es un proceso complejo. En ese tenor fue como la Comisión de Cultura acordó asignar el dinero solicitado.
La oficina de Báez Pinal luce impecable. Coloca su esbelta silueta de 1.70 metros en un sillón giratorio de piel negra frente a su escritorio de caoba. A su espalda, las fotos colgadas en el muro revelan su afiliación: el extinto Fidel Velázquez y Carlos Aceves del Olmo, actual secretario general de la CTM.
En una de las esquinas de la oficina, dos guitarras eléctricas descansan sobre pedestales. Una es más hermosa porque sobre su frente se expanden motivos de la cultura wirárika en chaquira de colores rojo, azul, verde, negro y amarillo. Las gruesas paredes blancas de la oficina del músico anulan el ensordecedor ruido que afuera agobia a los habitantes del barrio Santa Bárbara, en Iztapalapa, al oriente de la Ciudad de México.
El ex diputado, que ahora preside la sociedad de gestión colectiva Músicos Ejecutantes, justifica la decisión de entregar recursos a las Orquestas Azteca:
–Las orquestas requieren mantenimiento todos los años. Claro que eso levantó polémica porque [al siguiente año] se le volvió a otorgar a la Fundación Azteca otros 130 millones de pesos.
Báez Pinal entrelaza sus largos dedos, escucha atento y se muestra un poco incómodo. A él, como secretario de la Comisión de Cultura, le tocó aprobar el donativo.
–Para mí es loable que TV Azteca haya hecho las orquestas, aunque reconozco que la Secretaría de Cultura federal debe recibir mayor presupuesto para impulsar orquestas de jóvenes en todas las comunidades. Que sea esa instancia gubernamental, y no una televisora, la que diseñe la política.
Como pequeños que siguen al flautista de Hamelin, los gobernadores hacían metafóricamente una fila para entregar los recursos públicos a la empresa de Salinas Pliego.
Siguiendo el ejemplo de sus compañeros de Nayarit, Puebla y Veracruz, los gobernadores priistas Andrés Granier, Francisco Olvera, Javier Duarte, Enrique Peña Nieto, César Duarte, Ivonne Ortega, Humberto Moreira y Rodrigo Medina, entre otros, ordenaron transferir dinero público a la cuenta de las Orquestas Esperanza Azteca, mediante la firma de convenios de colaboración.
Pero la diversidad ideológica no interfería a la hora de entregar dinero público. A los anteriores se fueron sumando progresivamente gobernadores de otros partidos: Juan Sabines, Leonel Godoy, Mario López Valdez, Juan Manuel Oliva, Rafael Moreno Valle, Gabino Cué y hasta Miguel Ángel Mancera.
No escatimaron a la hora de entregar recursos públicos: si uno aportaba un millón de pesos, como el gobierno de Sonora, otro sacaba la casta y entregaba seis millones de pesos, como Juan Sabines. Si el guanajuatense Juan Manuel Oliva aportaba 6 millones de pesos, el tabasqueño Arturo Núñez no se achicaba y ponía casi 13 millones de la tesorería del gobierno (Ver tablas completas anexas).
La influencia de Salinas Pliego y su capacidad de presión demostraron ser efectivos. La Secretaría de Educación Pública, Conaculta, 29 gobiernos estatales, varios municipios, universidades públicas y hasta la Comisión Federal de Electricidad sucumbieron y entregaron dinero y donaciones en especie a TV Azteca, según muestran diversos documentos oficiales.
Pero de todos los donantes con dinero público, las palmas se las llevan los diputados federales, quienes desde 2011 y durante 10 años consecutivos, incluso en los mayores momentos de crisis económica y a costa de los programas oficiales del sector cultura, han apoyado firmemente el proyecto “filantrópico” de Salinas Pliego, nunca con menos de 70 millones de pesos al año.
Con este furor por entregar recursos públicos a la asociación civil de la televisora pronto se formó una bolsa cuantiosa. Estas son las donaciones que el Congreso, los gobiernos estatales y dependencias federales han hecho con dinero de los contribuyentes a las orquestas de TV Azteca:
Año – Cantidad
2009 – $7.5 millones
2010 – $54 millones
2011 – $401.6 millones*
2012 – $122 millones
2013 – $275.6 millones**
2014 – $156 millones
2015 – $187.5 millones
2016 – $264.5 millones
2017 – $146 millones
2018 – $74 millones***
Total $1,689.5 millones
* Incluye los 265 millones invertidos para la recuperación y adecuación de la sede nacional de las Orquestas Azteca. ** La cifra incluye los 140 millones de pesos aportados para la Casa de la Música de Viena en Puebla. *** Cifras al primer trimestre del año.
(Fuente: elaboración propia con base en la Cuenta Pública de esos años, contratos con los gobiernos estatales y reportes de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.)
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La cantidad podría ser mucho mayor. Los gobiernos de ocho estados se negaron a proporcionar a Quinto Elemento Lab la información de sus donativos y 23 más entregaron muy incompletos los convenios que firmaron con la televisora.
Ricardo Salinas Pliego declinó al menos en tres ocasiones conceder una entrevista para esta investigación o responder un cuestionario con preguntas sobre las actividades de Fundación TV Azteca y el financiamiento de sus orquestas infantiles y juveniles. “Agradecemos mucho su interés, pero me informan que no podrá atender la entrevista”, respondió la asistente del empresario en un correo electrónico del 2 de abril de este año.
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Salinas Pliego jaló todos los hilos disponibles para conseguir tantos recursos como le fuera posible. Y le resultó porque no sólo captó donaciones en efectivo sino en especie. Había necesidad de ello.
El proyecto de las Orquestas Azteca requería una sede nacional de relevancia, así tuvo que recurrir de nueva cuenta a instancias públicas. Su magnífica relación con el entonces gobernador poblano Rafael Moreno Valle fue la clave.
En Puebla, precisamente, había un lugar idóneo para la sede nacional: las viejas instalaciones de La Constancia Mexicana, la primera fábrica textil de México y Latinoamérica, construida en 1835, catalogada por el INAH como Monumento Histórico de la Nación.
Sólo que había un detalle: la remodelación y adecuación del predio de 52 mil metros cuadrados demandaba mucho dinero.
La solución llegó: el gobierno de Puebla y el Ejecutivo federal aportaron 266 millones de los 295 millones que costó la remodelación del inmueble. La Fundación TV Azteca contribuyó con 10 por ciento del total, como detalló el secretario de Finanzas y Administración del gobierno de Puebla en su comparecencia del 24 de febrero de 2014 ante el Congreso local.
La magnificencia y la relevancia histórica de la construcción del siglo XIX no habían pasado inadvertidas. El ex gobernador Mario Marín había anunciado ya que él se encargaría de rescatar la fábrica y que buscaría que se nombrara a La Constancia como monumento nacional. Todo quedó sólo en palabras.
Hasta que Moreno Valle la entregó en febrero de 2012 a las Orquestas Azteca para que la usaran como su sede nacional, donde más tarde se dio cabida también a la Casa de la Música de Viena en Puebla, una iniciativa de TV Azteca y Andrés Roemer, creador de varios programas de la televisora y socio de Salinas Pliego en ésta y otras iniciativas como el Festival Internacional la Ciudad de las Ideas.
Inaugurada en 2014, la construcción de la Casa de la Música de Viena también contó con muchos recursos públicos: el gobierno poblano aportó 53 millones de pesos, el Conaculta 50 millones más y la Secretaría de Turismo federal 37 millones de pesos. En total: 140 millones de pesos.
Además, el gobierno de Puebla firmó un contrato por tiempo indefinido para pagar 100 mil euros anuales al titular de la franquicia de la Casa de la Música de Viena, confirmó la directora de la propia institución. A la fecha se ha pagado un poco más de 10 millones de pesos por ese concepto.
Mientras, decenas y decenas de compañías artísticas independientes, orquestas sinfónicas, el Centro de Capacitación Cinematográfica, los programas de culturas comunitarias, la red de librerías Educal, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, festivales de teatro, cine o danza, por ejemplo, pedían unos cuantos pesos más de presupuesto.
Cada caso variaba. Algunos hacían público su desconcierto, como los cineastas y profesores del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), una de las 15 escuelas de cine más reconocidas del mundo: al recortar “dinero a la cultura y la educación también [se] apagan los sueños de muchos jóvenes mexicanos. Por eso –decían– expresamos a las autoridades nuestro desacuerdo y nuestro enojo. Entiéndanlo: la cultura no es un lujo ni un privilegio”.
La respuesta del Conaculta (hoy Secretaría de Cultura) y de la Cámara de Diputados era la misma: no hay recursos.
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Una exhaustiva investigación de Quinto Elemento Lab desarrollada durante ocho meses, con cientos de peticiones de acceso a la información al gobierno federal, a la Secretaría de Cultura, a los 32 gobiernos estatales y a decenas de municipios, así como una revisión de los reportes entregados por la Fundación Azteca al SAT, muestra que el programa de orquestas infantiles y juveniles que se presenta como un “modelo” de intervención filantrópica-empresarial no existiría sin recursos públicos.
Las aportaciones hechas durante una década por los gobiernos y el Congreso a la Fundación Azteca han corrido a la par de un drástico recorte al presupuesto público destinado a la cultura.
La síntesis de esta política pública se refleja en el siguiente dato: los recursos asignados al Conaculta han tenido un recorte de 60 por ciento entre 2012 y 2018.
El florecimiento de las Orquestas y Coros Infantiles Esperanza Azteca –a la fecha existen 86 en el país, integradas cada una por 200 niños y adolescentes– ha ido de la mano de la cancelación de festivales de teatro, música, danza y cine, la desaparición de orquestas sinfónicas, la difícil sobrevivencia de programas para atender las culturas comunitarias, entre otros fenómenos.
Este hecho no ha cambiado ni en situaciones extremas. Luego del terremoto del 19 de septiembre de 2017, los diputados cancelaron la convocatoria para que estados, municipios y asociaciones civiles inscribieran sus proyectos artístico-culturales con el fin de obtener recursos de una bolsa de mil 500 millones de pesos.
Argumentaron que darían prioridad a las labores de reconstrucción por los sismos y sólo asignaron 350 millones de pesos para 14 proyectos culturales, a los cuales seleccionaron basados en el criterio de que fueran “de alto impacto” y tuvieran “un historial intachable de rendición de cuentas”, según dijo el diputado panista Santiago Taboada, presidente de la Comisión de Cultura, al diario Reforma el 13 de noviembre de 2017.
De esos 350 millones, unos 70 millones (23 por ciento del total) fueron asignados a las Orquestas Azteca, tal como muestra el Presupuesto de Egresos 2018.
“Se ha violentado la Ley de Presupuesto que establece la convocatoria pública obligatoria para acceder a recursos etiquetados. Los proyectos fueron seleccionados a discreción. La asignación se hizo con base en acuerdos cupulares”, cuestiona Jorge Álvarez Máynez, diputado federal de Movimiento Ciudadano e integrante de la Comisión de Cultura.
No sólo eso, sino que el Conaculta (ahora Secretaría de Cultura) y la Secretaría de Hacienda han entregado a las Orquestas Azteca muchos millones más de los que los diputados aprueban.
En 2016, por ejemplo, casi le duplicaron la asignación: le entregaron 105 millones de pesos adicionales. Y lo mismo ocurrió en 2017: la Secretaría de Cultura canalizó 44 millones de pesos más de lo que el Congreso aprobó.
No es ninguna especulación. Está reportado en las cuentas públicas de esos años.
Eso tiene una explicación: el gobierno pasó por encima de los diputados gracias a la reconducción presupuestal prevista en un artículo “inconstitucional” incluido en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.
Y eso es lo que molesta al diputado Álvarez Máynez: “El gobierno federal, el Ejecutivo, puede modificar el presupuesto aprobado por el Legislativo. Eso es lo que ocurrió por lo menos en 2016: nosotros [los diputados] de por sí asignamos una cantidad ya alta al programa de orquestas infantiles y el gobierno federal decidió incluso aumentar discrecionalmente esa cantidad”.
Sí, los aumentos discrecionales fueron de 83 y 47 por ciento, en 2016 y 2017, respectivamente. Y nadie supo de ellos.
Sólo las secretarías de Hacienda y Cultura, así como la Fundación TV Azteca.
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Ninfa Salinas Sada llama la atención por su juventud. Su estilizada figura y su elegante vestuario hacen resaltar su personalidad. Egresada de la Universidad Anáhuac, donde estudió la licenciatura en Mercadotecnia, se convirtió en el artífice de la campaña más importante de las tiendas Elektra, propiedad de su padre: “Abonos más chiquitos, Pago puntual”, el slogan con el que logran captar a un gran número de compradores de artículos electrodomésticos a crédito, quienes terminan pagando el doble de lo que originalmente valen los productos, como han documentado la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y la Procuraduría de Defensa del Consumidor (Profeco).
Los temas legislativos no son su fuerte, pero le gusta la política. Apenas un año antes de ingresar a la Cámara de Diputados, Jorge Emilio El Niño Verde González, presidente del PVEM, la invitó a unirse a sus filas y luego le ofreció una diputación plurinominal.
Aunque en el periodo 2009-2012 funge como presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, su influencia deja huella en muchas áreas, como la de cultura.
La actual senadora rechazó a través de su oficina de prensa conceder una entrevista para comentar sobre su papel en la asignación de recursos a las Orquestas Azteca.
Jaime Oliva Ramírez, diputado por el PAN e integrante de la Comisión de Cultura precisamente en ese periodo, la recuerda y tiene muy presente el cabildeo de su colega Salinas Sada, aunque él lo llama de otro modo.
–Como todos le temen a la televisora, porque les puede hacer una campaña de desprestigio, la presión es superior. Pensamos que 100 millones sólo eran para 2011. Sin embargo, al año siguiente se le volvió a entregar hasta un poco más de la cantidad anterior –concede en entrevista Oliva Ramírez, cuyo hermano Juan Manuel era gobernador de Guanajuato en 2011, año en que éste accedió a la petición de la Fundación Azteca y aportó seis millones de pesos del presupuesto para la creación de las orquestas de la televisora en esa entidad.
El ex diputado Jaime Oliva no niega los hechos. Recuerda que se formó la Sinfónica Esperanza Azteca Guanajuato y luego empezaron a pulular más en otros estados.
–Nunca pensamos que las orquestas de TV Azteca se seguirían con ese esquema de financiamiento público. Esto debe ser revisado. Si en 2011 cumplió con el objetivo de crear 50 orquestas, la Cámara de Diputados ya no debe mantener la asignación de esa partida como si fuera parte del gasto federal. No lo es.
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Cuenta el propio Ricardo Salinas Pliego que un día hojeaba los diarios y encontró una nota titulada “Cuatro empresarios, dueños del 9% del PIB”. Se refería a la información generada a partir del estudio Desigualdad Extrema en México. Concentración del Poder Económico y Político, elaborado por el economista Gerardo Esquivel para la organización no gubernamental Oxfam.
Furibundo, el presidente del Grupo Salinas calificó de “información tendenciosa” porque la nota mencionaba que un grupo de cuatro empresarios, entre ellos Salinas Pliego, se beneficiaron de la privatización de bienes públicos y se convirtieron en multimillonarios que aumentaron su riqueza del 2 al 9 por ciento del PIB entre 2002 y 2014:
“Esta afirmación carece de lógica por muchas razones, pero principalmente porque los bienes que se privatizaron en los 90s, no sólo en México, sino en todo el mundo, no fueron bienes públicos en el sentido económico del término, sino recursos de naturaleza empresarial que generan mucho más valor en manos de la iniciativa privada”.
Gracias a estas privatizaciones, escribió Salinas Pliego en su columna del periódico El Financiero (4 de febrero de 2016), muchos gobiernos lograron sanear sus finanzas e impulsar la economía, y México no fue la excepción.
Y se lanzó contra la organización internacional: “Oxfam se ha involucrado en una cruzada global contra la riqueza. La desigualdad existe en toda sociedad humana donde el talento y otras cualidades se distribuyen o se adquieren de maneras exponencialmente distintas. Simplemente consideremos un músico como Yo-Yo Ma, un futbolista como Lionel Messi, un cineasta como Spielberg o un escritor como Mario Vargas Llosa. Todos ellos son extraordinarios en lo que hacen. Nunca hemos visto a los músicos manifestarse porque Yo-Yo Ma ‘concentra demasiado talento’. Sería absurdo. Naturalmente, los ingresos de este violonchelista corresponden a su maestría”.
En respuesta, Gerardo Esquivel, doctor en Economía por la Universidad de Harvard, recordó que la expansión de la fortuna de Salinas Pliego ocurrió a partir de que adquirió el paquete de medios de comunicación subastados en 1993 por el gobierno y que una parte la adquirió con un préstamo otorgado en condiciones poco claras por Raúl Salinas de Gortari:
“Así que Salinas Pliego no es Messi. A menos, claro, de que Messi se hubiera convertido en el mejor jugador del mundo gracias a su alianza con el hermano del presidente de Barcelona para poder brillar en cada partido que juega. No creo que sea el caso”.
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No se sabe si en esa ocasión Ricardo Salinas Pliego usó un vuelo comercial o dispuso de su jet Gulfstream V matrícula XA-AZT para viajar a la ciudad de Tepic, lo que es un hecho es que el 3 de agosto de 2010 asistió a la firma del convenio para crear la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Esperanza Azteca Nayarit.
El entonces gobernador Ney González Sánchez –hijo de Emilio M. González, ex líder de la CTM– era el anfitrión de la ceremonia, durante la cual se deshizo en elogios para Salinas Pliego, considerado el quinto hombre más rico de México, con una fortuna estimada por la revista Forbes en 7.1 mil millones de dólares.
Con “gran emoción”, Ney le dijo muchos piropos y le expresó su agradecimiento por lo que consideraba un acto desinteresado de Fundación Azteca al crear las orquestas infantiles y juveniles:
“Le doy las gracias a un gran mexicano. A Ricardo Salinas le digo que ojalá muchos aprovecharan su energía y su dinero, como lo hace Fundación Azteca, como lo hace el Grupo Salinas”.
Don Ricardo Salinas, continuó la adulación de Ney González, “tocó la puerta del corazón de la gente de Nayarit, y la abrimos, este es el fruto: la Orquesta Sinfónica Infantil Esperanza Azteca”.
Nada habría de malo con el agradecimiento del gobernador al poderoso presidente de Grupo Salinas, sólo que cometió un error:
A las Orquestas Esperanza Azteca llegan, si acaso llegan, muy escasos pesos de la bolsa de Salinas Pliego.
Ese programa filantrópico vive, en realidad, de los recursos de los mexicanos.
***La Verdad reprodece esta investigación periodística con autorización de Quinto Elemento