La Frontera

Con abrazos, derriban ‘los muros’ que los separan




octubre 26, 2019

Casi 300 familias que viven separadas por las políticas migratorias de Estados Unidos se reencontraron en un tramo seco del río Bravo entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas; es un acto de esperanza, pero también de protesta por la agresión contra los migrantes, el racismo y la supremacía blanca, dicen.

Rocío Gallegos
La Verdad

Ciudad Juárez – Cuando su hija tenía seis años, Javier Gamboa la dejó de ver. Ella cruzó hacia Estados Unidos con su mamá y jamás regreso. Han pasado 36 años desde entonces, dice el hombre que este sábado pudo volver a verla y abrazarla.

Se reencontraron por unos minutos sobre un tramo seco del cauce del río Bravo, durante el evento “Abrazos, No Muros” (Hugs Not Walls) organizado por activistas que reunieron a cerca de 300 familias que viven separadas, en ambos lados de la frontera, por las políticas migratorias

“No creo que la voy a volver a ver” dice Javier, de 64 años, antes de bajar el bordo del río. Su emoción por el reencuentro cambia el tono de su voz, que se quiebra cuando habla de Sonia, su hija, y se enronquece cuando reniega que solo sean unos minutos los que podrá convivir con ella.

Él no puede cruzar la frontera porque le niegan su visa por tener ingresos ilegales a Estados Unidos, donde dice que vivió unos años. Su hija es indocumentada, no ha regularizado su residencia allá.

Hace unos meses ella lo localizó y comenzó a llamarlo por teléfono. Apenas este sábado se volvieron a abrazar. Se reconocieron y lloraron juntos. “Estoy emocionada, no sé como ocurrió todo esto” se escuchó decir a la mujer que abrazaba a su padre.

Con las manos en alto se despiden de sus parientes quienes les responden el saludo desde el otro lado de la frontera. Fotografías: La Verdad

Las políticas migratorias están destruyendo familias, afirma Fernando García, director ejecutivo de la Red fronteriza para los derechos humanos (BNHR, por sus siglas en inglés), organización que encabezó este encuentro, con el apoyo de organizaciones mexicanas como Dhía y Club Rotario, entre otras.

“Millones de familias han sido separadas, estamos hablando de hijo que no están con sus padres y sus madres, de hermanos, esposos, abuelitos, la familia latina está en crisis por la política, primero de Estados Unidos y hoy de alguna forma también por la política migratoria mexicana” dice.

Fotografía: La Verdad

García menciona que “Abrazos, No Muros” es un evento de amor, de esperanza, pero también es un acto de protesta contra todo aquello que han aventado hacia la frontera: agresión contra migrates, racismo, la supremacía blanca.

Fotografía: La Verdad

El reencuentro de familias que se llevó a cabo este sábado fue el séptimo organizado desde hace 2016, cuando se realizó por primera ocasión en esta frontera. Esta edición estaba programada para mayo pasado, pero se canceló porque instancias públicas y privadas de Estados Unidos negaron el acceso a la zona del Río Bravo.

Luego de esa negación para llevar a cabo el evento, “insistimos porque reconocemos que hay una crisis no solo migratoria, hay una crisis de familias que han sido separadas y destruidas” explica García.

Antes de los abrazos, oraron y honraron a las 22 víctimas del tiroteo en Walmart, del pasado 3 de agosto en El Paso, y a siete niños migrantes que murieron en los últimos meses en centros de retención estadunidenses.

Con cruces blancas honraron a siete niños migrantes que han muerto en centros de retención en Estados Unidos y a las víctimas del tiroteo en Walmart de El Paso, Texas.
Fotografía: La Verdad

Al bordo del río Bravo llegaron familias de distintas ciudades. Del lado de El Paso se reunieron personas procedentes de Denver, California, San Antonio y de esta región de Texas; mientras que de lado mexicano acudieron de Durango, Torreón, Veracruz, de algunas comunidades de Chihuahua y de esta zona. Algunas personas llegaron en sillas de ruedas y con niños en brazos.

Fotografía: La Verdad

Había mujeres con hijos que esperaba ver a su esposos, padres y madres que llegaron al encuentro con sus vástagos y viceversa. Había hermanos, primos y abuelos que iban a conocer a sus nietos.

Comenzaron a llegar desde antes de las 8 horas. Las familias mexicanas portaban una camisa blanca con logos y leyendas del evento, las que estaban del otro lado de la frontera vistieron azul.

A todas se les asignó un número con el que las iban llamando para acudir al encuentro con sus parientes.

A Belia, de 60 años, le tocó el turno 145. Mientras esperaba su llamado, permaneció recargada en el cerco instalado sobre el bordo, buscaba divisar a sus dos hijas entre las familias que permanecían del lado estadunidense.

“Vine a ver a mis hijas” dice la mujer que se trasladó desde Tlahualilo, Durango.

Desde hace tres años no las ve. Ellas viven en Las Cruces, Nuevo México, desde hace 20 años, pero son indocumentadas y no pueden cruzar a México. La última vez que estuvo con ellas, recuerda, fue en el 2016, también en un evento de ‘Abrazos, No Muros’.

Comenta que ella no puede ir a verlas porque hace 15 años intentó cruzar a Estados Unidos de manera ilegal, la detuvieron y eso la perjudicó, porque ahora le niegan su visa.

“No tengo papeles y ellas andan de ilegales, así que este es un momento hermoso para reencontrarnos” dice la mujer que se despide apresurada porque han mencionado su número y debe bajar al cauce del río donde abrazará a sus hijas.

laverdadjz@gmail.com.

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