Empresas afiliadas a la Unión de Funerarias en la ciudad suspendieron el levantamiento de cadáveres por 24 horas desde la tarde de este jueves; alegan que están rebasadas por la dilatación de trámites en el Registro Civil, la prohibición para sepultar cuerpos de personas con coronavirus en el panteón San Rafael y la saturación de crematorios
Rocío Gallegos / Gabriela Minjáres
La Verdad
Ciudad Juárez –Los fallecimientos registrados en medio de la pandemia por COVID-19 desbordaron los servicios fúnebres en la localidad, por lo que al menos unos 120 cuerpos se acumulan en las funerarias en espera de su inhumación o cremación.
“Estamos al tope, nos es imposible recibir un cuerpo más”, dijo Marcelo Ruiz Cantú, vocero de Unión de Funerarias de Ciudad Juárez, integrada por 20 establecimientos que, asegura, representan el 80 por ciento de los servicios que se otorgan en esta frontera.
La saturación y la acumulación de cadáveres se deben a que el Registro Civil se tarda hasta dos días en asentar la causa de muerte de las personas, a la prohibición para inhumar cuerpos por COVID-19 en el panteón municipal San Rafael, y debido a que los crematorios están rebasados, explicó Ruiz Cantú.
Encima de eso, agregó que las autoridades les impusieron nuevas restricciones de control sanitario, los clausuran o sancionan por no cumplir con la disposición de los cuerpos en un lapso no mayor a 48 horas de que trascurrió el fallecimiento.
La situación obligó a las empresas fúnebres afiliadas a la Unión a dejar de recoger cadáveres por 24 horas, desde este jueves a las 14:00 horas. También, acudieron ante las autoridades estatales y municipales para que les apoyen a destrabar la situación.
“Tenemos sufriendo a las familias a la espera de la entrega de cuerpos”, afirmó en una conferencia de prensa improvisada en el exterior de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coespris), a donde acudieron los representantes de las funerarias para solicitar audiencia, pero no fueron recibidos.
Ruiz Cantú dijo que entre los cadáveres acumulados hay personas que murieron por causas naturales, pero la mayoría falleció por insuficiencia respiratoria, neumonía atípica, posible COVID-19 y COVID-19.
Indicó que los establecimientos de la Unión tienen una capacidad conjunta para atender unos 80 servicios, pero ahora tienen 120 cuerpos en espera. Además han perdido a unos 40 empleados, “no quieren trabajar con nosotros” por temor a contagios.
Prohíben inhumar, se desbordan crematorios
Los crematorios están saturados porque el Gobierno Municipal cerró el panteón San Rafael para los cuerpos por COVID-19, aseguraron trabajadores de las empresas funerarias.
Ninguna de las dos alternativas, enterrar o incinerar, se pueden llevar cabo y ya no podemos acumular cuerpos, advirtió Ruíz Cantú.
Comentó que los hornos para cremar están saturados y se estima que por lo menos así estarán en los siguientes 15 días o más, si las autoridades no reaccionan ante la contingencia.
De acuerdo con datos recabados por La Verdad, en la ciudad hay siete crematorios que manejan cinco empresas: Grupo Perches y Mausoleos Luz Eterna, tienen dos cada una; Latino Americano, Memorial y Plenitud, cuentan con uno cada una de ellas. De esos, solo cuatro dan servicio al resto de las funerarias de la localidad.
Empleados de uno de los crematorios explicaron que el proceso para incinerar un cuerpo se lleva un promedio de dos horas. Algunos lugares cuentan con dos o más maquinas, por lo que alcanzan a cremar de 12 hasta 20 cadáveres diarios.
Comentaron que su trabajo se incrementó por la cantidad de muertes en medio de la pandemia y porque los panteones municipales no están recibiendo los restos de las personas que murieron por COVID-19.
Sobre este rechazo, Servicios Públicos Municipales informó a La Verdad que esto se sustenta en las disposiciones de Salud federales y estatales, donde supuestamente se establece que deben incinerarse.
Con base a los decretos federal y estatal emitidos, todos los cuerpos de personas que fallecieron por COVID-19 son incinerados, por lo tanto, los panteones no están haciendo entierros en esos casos, respondió la dependencia municipal encargada de la administración de los recintos fúnebres de la ciudad.
Contrario a esta postura, el alcalde Armando Cabada aseguró a través de sus redes sociales que los panteones municipales no están cerrados para realizar inhumaciones.
“Buscaré que el director de panteones municipales establezca contacto con estas agrupaciones y vea cuál es el problema para gestionar una solución ante la COESPRIS que dependen del estado”, mencionó Cabada a través de un mensaje que lanzó por la tarde.
La disposición de los cuerpos no está solo en poder de las funerarias, afirma Ruíz Cantú quien aseguró que por la tarde, luego de dar a conocer el rechazo municipal, autoridades locales les comunicaron que ya se iban a poder realizar inhumaciones en el San Rafael.
‘Necesitamos fluidez, estamos rebasados’
Ruíz Cantú aseguró que los restos de las personas que fallecieron por COVID-19 se mantienen resguardados en refrigeración, mientras esperan su disposición final.
Aunque de acuerdo con empleados de funerarias, debido a la saturación algunos cuerpos permanecen en camillas, mesas o hasta en el piso, todos resguardados en bolsas sanitarias selladas.
Esta situación los ha obligado a modificar sus instalaciones para acomodar los cadáveres, sobre todo en los crematorios donde ya se les amontonan en espera de que se lleve a cabo el proceso de incineración, dijeron las fuentes consultadas.
Alberto Bencomo Gómez, integrante de la Unión de Funerarias, aseguró que nadie en el mundo estaba preparado para enfrentar la situación que desató la pandemia del coronavirus.
Para las funerarias también ha sido muy difícil ajustarse a las nuevas circunstancias, explicó, no se contaba con la infraestructura necesaria para adoptar los nuevos procedimientos, que a veces resulta imposible atender por impedimentos ajenos a su operación.
“Necesitamos un acercamiento con autoridades para poderle darle fluidez a la situación que se está enfrentando por el COVID”, expresó el integrante de la Unión conformada por 20 funerarias, como Ríos, Santa Rosa, Memorial, San Martín, Camino de Dios, Camino del Cielo, Velatorio del IMSS, entre otras.
Bencomo Gómez explicó que la acumulación de cadáveres se registra porque se dilatan los trámites ante el Registro Civil, donde “se toman hasta 48 horas y eso nos impide cumplir con la disposición de Salud de disponer de los cuerpos en no más de 48 horas”.
A su vez, Ruíz Cantú dijo que las funerarias han tenido que invertir casi dos millones de pesos para ajustarse a las disposiciones en materia de control sanitario para la disposición de órganos, tejidos y cadáveres de seres humanos que murieron por coronavirus.
Los funcionarios de la COESPRIS no los recibieron este jueves, por lo que al retirarse de la dependencia fueron llamados por Maribel Hernández, titular de Gobernación estatal en la zona norte, quien les ofreció dar seguimiento a sus demandas e inquietudes.
Bencomo aseguró que ya hicieron tres llamados a las autoridades y no los han atendido, “este es un problema que no es solo de las funerarias, este es un problema social”.
“Por lo que hemos visto en los hospitales del IMSS, en el 66, en el 35 y en el 6, creemos que estamos a días o semanas de que todo esto truene, porque ellos ya están bien saturados de cuerpos, y cada vez se va a complicar mucho más dar el servicio”, aseguraron empleados de crematorios consultados.
Si a pesar de esta situación no hay acercamiento de la autoridad y, por el contrario, sancionan y hasta cierran funerarias, “esto puede volverse una locura”, advirtió Bencomo.