En unas horas, los efectos de la pandemia en la prisión con sede en Ciudad Juárez se multiplicaron, suman 2 fallecidos y 35 casos positivos
Martín Orquiz / La Verdad
En sólo unos días, la epidemia de COVID-19 se multiplicó entre internos del Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3 en Ciudad Juárez, donde la cuenta oficial de afectados es de dos personas fallecidas a causa de ese padecimiento y 35 casos positivos que ya aislados del resto de la población.
El director de Salud en la Zona Norte, Arturo Valenzuela Zorrilla, informó que este jueves visitó las instalaciones del centro penitenciario, ubicado al surponiente de la mancha urbana juarense, para verificar las condiciones que guardan las personas con contagio y dio a conocer los nuevos casos registrados.
A mediados de la semana, el médico dijo que había fallecido un paciente por COVID-19, mientras que los contagios llegaron a 23, cifras que en pocas horas se duplicaron los casos de muerte y en cuanto a los enfermos creció en un 52 por ciento.
Agregó que se continúa en contacto con las autoridades del centro penitenciario y que el jueves acudió a llevarles tratamientos para sus pacientes y para revisar la evolución de esos pacientes.
Los nuevos datos sobre la situación del brote del Cereso número los dio a conocer la mañana de este viernes en la conferencia sobre el reporte de la situación del coronavirus en el estado de Chihuahua, donde también informó que en la entidad se confirmaron 116 nuevos contagios en las últimas horas, que corresponden al mayor pico registrado hasta ahora, para sumar 2 mil 308 casos y 386 defunciones.
Valenzuela Zorrilla indicó que se cuenta con un área exclusiva para el confinamiento de personas que tienen el padecimiento o para quienes son sospechosos de estar enfermos de COVID-19, lo que calificó como una buena estrategia.
La atención para prevenir el contagio de COVID-19 en el reclusorio comenzó el 17 marzo anterior, cuando funcionarios del Sistema Penitenciario de Chihuahua implementaron un control de higiene para prevenir posibles brotes ante la afluencia de visitantes al reclusorio.
Entonces se comenzó a utilizar gel antibacterial y a desinfectarse los módulos donde permanecen los reos.
Ante la aparición del primer caso de pandemia en Ciudad Juárez el 17 de marzo, se establece el día 19 de ese mismo mes un protocolo que restringe el ingreso a personas mayores de 60 años, niños menores de 12, mujeres embarazadas, personas que presenten tos seca, fiebre mayor a los 37.5 grados centigrados, ojos rojos e hinchados, congestión y escurrimiento nasal o que refieren sufrir dolor de garganta, articular o muscular, diarrea, dificultad para respirar o que recién regresaron de alguna zona de contagio, se informó.
Además, se limitó a dos el número máximo de visitantes por cada prisionero.
Las revisiones para ingresar al Cereso tres se intensificaron el 27 de marzo, se dispusieron áreas especiales de observación y aislamiento para posibles casos sospechosos o confirmados y se redujeron los horarios y/o días de visita de acuerdo con las necesidades de cada uno de los penales en el estado.
El 6 de abril se restringió la visita a sólo un familiar por recluso, mientras que al día siguiente fueron instalados lavamanos portátiles en diferentes puntos del reclusorio para que las personas los utilizaran con frecuencia.
Finalmente, el 13 de abril las visitas familiares quedaron suspendidas de forma definitiva y hasta nuevo aviso para evitar contagios o propagación entre la población penitenciaria.
El primer reporte de las autoridades de salud en Chihuahua del comportamiento del padecimiento en el Cereso tres fue hecho el 21 de mayo, cuando se dio a conocer que había un prisionero fallecido y 10 contagiados por COVID-19.
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