El 20 de enero, Biden asumirá como presidente de EEUU en una ceremonia atípica por el clima de polarización y la ausencia del presidente saliente, Donald Trump
Itzel Ramírez / La Verdad
La irrupción al Capitolio de los simpatizantes de Donald Trump y la pandemia de coronavirus harán de la toma de posesión de Joe Biden como presidente de Estados Unidos una ceremonia atípica por la falta de público, la ausencia del mandatario saliente y un clima de polarización, de acuerdo con Lara Brown, directora de la Escuela de Posgrado de Gerencia Política de la Universidad George Washington.
El próximo 20 de enero, cuando Biden y Kamala Harris juren proteger y defender la Constitución de Estados Unidos, se espera que el nuevo presidente ofrezca un discurso de reconciliación y unidad, una de las señales más comunes de las tomas de protesta de los mandatarios norteamericanos, explicó Brown.
“El presidente electo Joe Biden ha anunciado que su tema será “América Unida”, lo que cae dentro de la tradición que esperaríamos… También podemos esperar un tono de sobriedad y solemnidad, tenemos más de 370 mil ciudadanos que han muerto como resultado del coronavirus solamente en el año pasado y estamos enfrentando algunos de los días más difíciles en lo que respecta a combatir este virus”, consideró la académica en una plática organizada por el Centro de Prensa Extranjera del Departamento de Estado.
La ausencia de Donald Trump a la ceremonia (anunciada en su cuenta de Twitter antes de que le fuera suspendida), podría ser contraproducente para su movimiento político, que ha coqueteado con la idea de presentarse nuevamente a las elecciones presidenciales de 2024, consideró Brown.
“Creo que el presidente Trump se está comportando como un perdedor adolorido y al rechazar los resultados que han sido claramente certificados por todos los estados… el presidente Trump se está haciendo menos popular.
“Una de las cosas que he notado es que los presidentes que han hecho las transiciones elegantemente, también se van con una especie de imagen rehabilitada y con capital político para su post presidencia. Así que honestamente creo que el presidente Trump no se está ayudando a sí mismo, está dañándose y a su partido. Cuando deje el puesto será únicamente un presidente de un solo termino, que perdió la reelección y también perdió la Cámara de Representantes y el Senado para su propio partido”, argumentó.
Además, recordó la también autora de varios libros sobre política estadounidense, las posibilidades de que Trump sea sujeto de investigaciones federales y estatales por diversas razones, amplía la posibilidad de que su legado disminuya cuando deje de ocupar la Casa Blanca.
Junto a Biden y Harris, la primera mujer que ocupe la vicepresidencia de Estados Unidos, estarán entre los invitados todos los exmandatarios vivos (con la probable excepción por motivos de salud de Jimmy Carter), además del vicepresidente saliente Mike Pence.
El tradicional desfile, así como los bailes inaugurales no tendrán la asistencia de otras ceremonias debido tanto a la pandemia como a las medidas de seguridad tomadas por las agencias de seguridad estadounidenses.
Brown recalcó que una ceremonia que tradicionalmente celebra la trancisión pacífica del poder en Estados Unidos está ahora también influida por el proceso de destitución (impeachement) que enfrenta Trump a días de finalizar su mandato; acusado de incitar a la insurrección, Trump es el único presidente de Estados Unidos que ha enfrentado dos procesos de juicio político.
Aunque a lo largo de la historia estadounidense otros mandatarios salientes no asistieron a las tomas de protesta de sus sucesores (como John Adams, John Quincy Adams y Andrew Johnson), esta es la primera vez que un mandatario saliente se negó a reconocer el triunfo de su rival y que cuestionó la veracidad de los resultados electorales, apuntó la académica.
“Todos los presidentes anteriores se han ido reconociendo que no ganaron la elección previa”, agregó Brown.
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